Red de Caminos
Naturales
Etapa 44: Villablanca - Ayamonte
Descripción
Ya huele a mar
La etapa da comienzo en la localidad de Villablanca. Se trata de un camino sencillo y accesible puesto que apenas existen desniveles, discurriendo la mayor parte de éste por terrenos de escasa pendiente donde ya se hace notar la brisa del cercano océano.
Los primeros kilómetros desde que la etapa se inicia en el municipio de Villablanca discurren por el denominado camino de Zaballa, desandando los últimos kilómetros de la etapa anterior, por un camino cómodo y de baja dificultad, que comienza con un suave descenso.
Coincide con la etapa 43 hasta la zona de descanso de La Estacada. Ésta es la última de una serie de áreas de reciente construcción, preparadas como refugio y descanso para ciclistas y senderistas en los más de 850 km del camino natural que ya se aproxima a su final. Aquí aparece el paisaje típico de monte bajo mediterráneo, predominando especies arbóreas representativas del mismo, como son: la coscoja (Quercus coccifera), el acebuche (Olea europaea var. sylvestris), los pinos carrasco (Pinus halepensis) y piñonero (Pinus pinea); junto con matorral compuesto por jara (Cistus spp.), retama (Cytisus scoparius) y romero (Rosmarinus officinalis). Además abunda el cultivo del olivo, que enmarca el paisaje de esta etapa.
La fauna del entorno consta de conejo (Oryctolagus cuniculus), liebre (Lepus europaeus), ciervos (Cervus elaphus) y, en cuanto a la avifauna, cabe destacar la presencia de abubilla (Upupa epops), zorzal común (Thurdus philomelos) y paloma torcaz (Columba palumbus).
Tras recorrer los 6,5 km iniciales desde Villablanca, se alcanza un cruce donde se debe girar hacia la izquierda en dirección a Ayamonte. Tras recorrer pocos metros, el camino se encuentra con un vado que atraviesa el arroyo de las Almendras.
Una vez pasado el mismo, el camino continúa aproximadamente durante los siguientes 150-200 m, paralelo a la margen izquierda del arroyo Grande. Continuando el recorrido de la etapa, el trayecto se acerca al río Guadiana, que lo acompañará durante un largo tramo, discurriendo en paralelo al mismo en algunos puntos y distanciándose en otros, pero siempre ofreciendo unas vistas espectaculares.
A lo largo del recorrido, la vía atraviesa la urbanización Costa Esuri, destinada principalmente a segunda residencia. Una vez abandonada dicha urbanización se llega a un cruce, en el que la etapa continúa por la izquierda hasta alcanzar el Regajo del Pozo del Alcalde, que es atravesado por un puente.
Al igual que en tramos anteriores, el paisaje que acompaña al camino en todo momento sigue siendo de pendientes muy suaves y con una vegetación que no cambia apenas, puesto que se siguen divisando pinares aislados junto con eucaliptares en algunas zonas, encinas (Quercus ilex), olivos y acebuches, así como los matorrales típicos de las inmediaciones compuesto por monte bajo mediterráneo, a excepción de la vegetación de ribera que aparece en las proximidades de arroyos y cauces anteriormente mencionados.
El próximo punto a destacar de la etapa es el área de descanso La Guerrera-La Pedraza, que se encuentra perfectamente acondicionada para el uso por parte de los excursionistas.
A continuación, la etapa cruza la autopista A-49, que une España con Portugal, a través de un paso subterráneo. Una vez pasado éste, la vía desemboca en una carretera que lleva, a mano derecha hasta un polígono industrial. El polígono se atraviesa por su calle principal, tomando una primera rotonda hacia la izquierda y la siguiente de frente. El camino pasa ahora por una zona de marismas propias de la desembocadura del río Guadiana, desde donde se puede divisar al fondo el Puente Internacional del mismo nombre. El final de la etapa coincide con la entrada en el núcleo de población de Ayamonte, en la desembocadura del río Guadiana en el Atlántico.
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Información adicional
Puente internacional del Guadiana
El Puente Internacional del Guadiana conecta Ayamonte, en la provincia de Huelva, con Castro Marín, en el Distrito de Faro (Portugal). Fue construido por un consorcio hispano-portugués en el año 1991. Se trata de un puente de 666 m que se eleva sobre el nivel del río a unos 20 m, cuenta con dos pilares de forma triangular que alcanzan una altura de 100 m. La gran envergadura de esta estructura permite que pueda observarse desde kilómetros de distancia.
Paraje Natural de Las Marismas de Isla Cristina
Las Marismas de Isla Cristina son un espacio protegido declarado Paraje Natural en 1989. Cuenta con una superficie de 2.145 ha repartidas entre los municipios de Ayamonte e Isla Cristina.
Están situadas en la desembocadura del río Carreras. Entre su fauna más representativa se encuentran especies como el flamenco (Phoenicopterus roseus), la espátula (Platalea leucorodia), la cigüeña (Ciconia ciconia), la pagaza piconera (Gelochelidon nilotica) y otras limícolas. Entre la flora destaca el pino piñonero, sabina negra, cantueso, romero y almajo.
Las marismas son zonas húmedas, terrenos bajos y pantanosos que son inundados por las aguas del mar durante la marea alta. Normalmente están en zonas de desembocadura fluvial. La dependencia mareal de estos ecosistemas les confiere una ausencia casi total de estacionalidad.
Desde el punto de vista paisajístico, dentro de las marismas se pueden diferenciar las zonas en las que la intervención del hombre ha transformado el ecosistema para su uso, de aquellas en que esto no ha ocurrido y que presentan una mejor conservación.
Ayamonte
Hay quien sitúa el origen de Ayamonte como enclave de la antigua civilización de Tartessos. Ptolomeo identificaba la población como la ciudad de Canaca. La etimología del nombre, documentado al menos desde el siglo X, tampoco está clara, pudiendo significar “sobre el puente” o derivar del nombre de algún caudillo árabe.
Los numerosos restos encontrados de distintas épocas confirman la dilatada y fecunda historia que el lugar atesora. En 1239 el enclave fue reconquistado por Sancho II de Portugal y en 1335 quedó definitivamente en manos castellanas. Durante los siglos XVI y XVII Ayamonte fue uno de los principales núcleos urbanos de la costa onubense. En la segunda mitad del siglo XIX experimentó un gran crecimiento demográfico y a partir de1920 se produjo la industrialización, con gran peso del sector conservero
Por sus numerosos atractivos, el turismo es una fuente esencial de ingresos de Ayamonte, que atesora también una importante actividad pesquera. El Guadiana es el corazón de una ciudad que se extiende en su margen izquierda. Al otro lado, las vecinas poblaciones portuguesas de Vila Real de Santo Antonio y Castromarín comparten la desembocadura del gran río. Hasta 1992, año en que se inauguró el Puente del Centenario que une España y Portugal, el tránsito de personas y vehículos se realizaba en un transbordador, que sigue activo. Desde Ayamonte se organizan paseos turísticos en barco que remonta el Guadiana visitando algunas localidades portuguesas hasta Sanlúcar de Guadiana.