Red de Caminos
Naturales
Etapa 42: Sanlúcar de Guadiana - Los Romeranos - San Silvestre de Guzmán
Descripción
Por los bellos relieves de la frontera
La etapa 42 lleva al caminante por paisajes muy valorados por sus contrastes y sinuosidades. El relieve montañoso se alterna con zonas planas, ocultando y mostrando el río continuamente, siempre frontera, como referente central.
El inicio de la etapa se encuentra junto al puerto de Sanlúcar de Guadiana, abandonando la localidad por un sendero empinado que pronto pasa junto a un alojamiento rural, que cuenta con un antiguo molino de viento. La vía discurre en un principio por un sendero, paralelo al río Guadiana, que ofrece espectaculares vistas. El relieve es montañoso, propio de la sierra, en ocasiones con desniveles considerables.
En cuanto a la vegetación de la zona, se observan principalmente eucaliptos (Eucalyptus globulus), campos de olivos y encinas (Quercus ilex), así como monte bajo y los característicos setos de chumberas (Opuntia ficus-indica). En los márgenes más cercanos al río predominan los cañaverales (Arundo donax).
El camino continúa hasta llegar a la margen derecha del río Rivera Grande, cruzando el cauce por el puente sobre la carretera HU-4401, donde existe un área de descanso. Retomando la etapa, el recorrido va en un principio paralelo a la ribera por la margen izquierda. En este tramo comienza una fuerte pendiente en la que se pueden observar bonitas vistas de la confluencia del río Rivera Grande con el río Guadiana. La vía continúa después con una fuerte subida hasta llegar al punto más alto de la etapa, donde el esfuerzo empleado por el caminante se verá recompensado con una panorámica de toda la sierra por la que discurre el camino. Se pueden observar ejemplares dispersos de encinas, acebuches (Olea europaea var. sylvestris), y jaras (Cistus spp.), y en cuanto a fauna se dejan ver en ocasiones ciervos (Cervus elaphus).
A partir de este punto, comienza el descenso de la etapa, discurriendo durante unos 500 m por la carretera HU-4401, para continuar el camino en dirección a Los Romeranos, a unos 5,5 km y San Silvestre, a aproximadamente 17 km.
Dejando atrás los diferentes cruces, bien señalizados, se llega al área de descanso Los Romeranos, a la entrada de una pequeña urbanización del mismo nombre que en su día llegó a ser una población.
El relieve de la etapa ahora es más uniforme, sin apenas desniveles; el paisaje sigue siendo propio de la sierra del lugar, con grandes claros y vegetación mayoritaria de jara, encinas y acebuches.
Siguiendo en dirección hacia San Silvestre, el camino se va separando del río Guadiana y a 1,5 km de dicha población llega al merendero y área de descanso Pilar de la Huerta, en el que se puede pasar un agradable día de campo y que además cuenta con un área recreativa para niños. El nombre del área se debe al antiguo abrevadero, que aún se conserva, en el cual los viajeros y ganaderos de la zona daban de beber a sus animales.
A continuación, justo a la entrada de San Silvestre de Guzmán, a la izquierda de la vía, destaca un antiguo molino de viento. Ya dentro de la localidad se puede visitar la acogedora Plaza de España, típica del siglo XVIII, en la cual se levanta la iglesia parroquial con esbelto campanario del siglo XVII.
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Sanlúcar del Guadiana
Bajo la protección del reino de Taifa de Niebla, algunos grupos musulmanes se asentaron en esta zona, si bien el origen de la población actual hay que situarlo a mediados del siglo XIII, con la conquista de Sancho II de Portugal y la construcción de una fortaleza. Siendo tierras de realengo, pronto pasarán al señorío de Gibraleón. Más tarde, ya en manos de los Pérez de Guzmán, se le concede el título de Villa, merced otorgada por Isabel Guzmán de Ledesma.
A mediados del siglo XVII, Sanlúcar de Guadiana se hace cargo del abastecimiento de la tropa española acuartelada en la frontera con Portugal, debido a la Guerra de la Independencia de este país. Es entonces cuando se construye el fuerte de San Jerónimo, en 1642, y el castillo de San Marcos. Las nuevas defensas no impiden que los portugueses tomen la villa.
A lo largo de su historia la villa ha sufrido inundaciones debido al desbordamiento del río Guadiana. La más devastadora tuvo lugar en 1823 en que casi la mitad de las casas fue destruida.
Sanlúcar de Guadiana disfrutaba de una posición estratégica que la convertía en una de las poblaciones más relevantes de la zona, ya que era un paso obligado para el comercio. Así, en el siglo XIX, el puerto de Sanlúcar de Guadiana adquirió gran importancia pues desde aquí se exportaban gran cantidad de productos, entre los que destacaban, aguardiente, arroz, azúcar, jabón, plomo y maderas. Actualmente es un paso fronterizo frecuentado por los barcos de los turistas y embarcaciones particulares de recreo que visitan la localidad remontando las aguas del Guadiana desde su desembocadura en Ayamonte, o simplemente cruzando la frontera desde la localidad de Alcoutim en Portugal.