Red de Caminos
Naturales
Etapa 24: Puebla de Alcocer - Orellana la Vieja
Descripción
Un largo paseo por la dehesa extremeña
La etapa 24 discurre entre encinares y dehesas, y bordea el mayor embalse de agua dulce de Extremadura, el embalse de Orellana, donde la pesca y los deportes acuáticos tienen presencia y sentido entre la naturaleza apenas manipulada por el hombre.
La etapa se inicia a las afueras de la Puebla de Alcocer, localidad ubicada en la llamada Siberia Extremeña, asentada sobre la falda septentrional de la sierra del Castillo, a una altitud de 527 m sobre el nivel del mar, en un enclave privilegiado que domina sobre toda la amplitud del valle. Se dirige al embalse de Orellana, pasando por Orellana de la Sierra y termina en Orellana la Vieja. Un recorrido de 32 km que transita por espacios protegidos, como son el ZEC (Zona Especial de Conservación) y la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) “Embalse de Orellana y Sierra de Pela”. Hay que señalar también que esta zona está declarada Zona de Interés Regional.
Recorre tierras de pasto, encinares, olivares y grandes fincas particulares de ganado ovino. La abundancia de pesca y la navegación a vela encuentran aquí sus mejores condiciones lo que, unido a la hermosura de los parajes circundantes, entre los que se encuentran la isla de Carneril, Cogolludo y otros, asegura al entorno un lugar perfecto para el turismo al aire libre.
La sierra de Pela es una inmensa sierra-isla en medio de un paisaje muy variado de vega y llanura, en la que se alternan los cultivos de regadío, campos de cereal, pastizales, dehesas y matorrales, siendo uno de los enclaves que acapara mayor biodiversidad de Extremadura.
La flora está representada por encinares, normalmente transformados en dehesa en zonas llanas, aunque también podemos encontrarlos, pero más escasos, en las umbrías y en las zonas altas e inaccesibles de las sierras. Sobre los cauces de algunos arroyos y en las colas del embalse se desarrolla una importante cubierta matorral de ribera, constituido por adelfas (Nerium oleander), tamujos (Flueggea tinctoria) y atarfes (Tamarix africana).
En cuanto a la fauna, son las aves, el grupo que mayor relevancia presenta. En las sierras predominan: águila real (Aquila chrysaetos), águila-azor perdicera (Hieraaetus fasciatus), águila pescadora (Pandion haliaetus), buitre leonado (Gyps fulvus), alimoche (Neophron percnopterus), avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), roquero solitario (Monticola solitarius) y cernícalo primilla (Falco naumanni).
En las laderas ocupadas por dehesas que se adentran hasta la orilla del embalse se pueden observar el críalo (Clamator glandarius), la urraca (Pica pica), la tórtola común (Streptopelia turtur) y el rabilargo (Cyanopica cyanus), entre otros. Además el embalse de Orellana forma parte del conjunto de embalses situados al este de Extremadura.
Prácticamente todo el trayecto discurre por un camino de arena, transitable y muy bien señalizado. Los inicios, saliendo del punto en el que finalizó la etapa 23, en las afueras de la Puebla de Alcocer, discurren en línea recta hasta el cruce con la etapa anterior, momento en que se debe girar a la izquierda para tomar, igual que lo hizo la etapa 23 al final de su recorrido, el cordel de las Merinas. En el momento en que casi toca la carretera EX-103, gira bruscamente a la derecha para encaminarse hacia el embalse de Orellana. El paisaje que se atraviesa denota la clara vocación ganadera de la zona, pues en su trayecto hacia el embalse, el caminante irá encontrando sucesivamente, rediles de ovejas, naves para el ganado, abrevaderos para los animales, apriscos, etc.
El embalse se cruza por un puente en perfecto estado de conservación que ofrece unas vistas espectaculares de la lámina de agua. Pasado el puente se encuentra el yacimiento romano de la ciudad antigua de Lacimurga, ubicada en el cerro de Cogolludo, aún no visitable por el público.
El trazado continúa por el camino de tierra entre la dehesa con accesos a fincas particulares a ambos lados. La rasante va variando en ascensos y descensos más o menos pronunciados. Cuando se van coronando los promontorios durante el trayecto, el caminante tendrá la oportunidad de disfrutar de unas vistas espectaculares del embalse. La etapa llega a un cruce a nivel con la carretera EX-115 y discurre durante unos metros por la misma; se deberá extremar la precaución por tratarse de una vía de circulación con cierto tráfico de vehículos.
Tras este cruce, el camino se encuentra enseguida con el desvío a Orellana de la Sierra.
El último tramo de la etapa tiene su término en Orellana la Vieja. La población se encuentra situada en una zona de transición entre las comarcas de la Serena, la Siberia (Montes del Guadiana) y Vegas Altas del Guadiana. El trazado parte de Orellana de la Sierra por un camino de tierra hasta encontrarse con la carretera EX-115, en un cruce señalizado a nivel, continúa por una pista de tierra entre fincas particulares dedicadas al ganado bovino principalmente. Es un tramo de paisaje abierto que se recorre con facilidad sin apenas cambios de rasante.
La entrada al municipio de Orellana La Vieja, parte final de la etapa, se realiza por las primeras calles del casco urbano perfectamente señalizado, hasta llegar al edificio rehabilitado de la Escuela Taller de la Comarca. Se trata de un centro de interpretación visitable, que marca el final de la etapa.
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Información adicional
Embalse de Orellana
El embalse de Orellana es Zona de Especial Conservación para las Aves. En muchos sitios es posible observar especies como: cigüeña negra (Ciconia nigra), cigüeña común (Ciconia ciconia), aguilucho cenizo (Circus pygargus), cernícalo primilla (Falco naumanni), avutarda (Otis tarda), sisón (Tetrax tetrax), alcaraván (Burhinus oedicnemus), ganga ortega (Pterocles orientalis), canastera (Glareola pratincola) y carraca (Coracias garrulus). Otras especies de gran interés son el lagarto ocelado (Lacerta lepida), el lirón careto (Eliomys quercinus) y el sapo partero común (Alytes obstetricans).
Incluido enteramente dentro del espacio protegido, el embalse de Orellana es una de las dos zonas húmedas (junto con la Albuera) de Extremadura que pertenecen a lista de humedales de importancia internacional establecidos en el Convenio de Ramsar. Es, además, el más grande de los situados en el tramo medio del río Guadiana; su superficie es de 5.084 ha, estando regulado más arriba por los de García de Sola y Cijara.
Lacimurga
Descubierta, al parecer, a mediados del siglo XIX, y excavada a comienzos de los años 90 del pasado siglo, este importante yacimiento arqueológico, cuyos vestigios abarcan desde la época prerromana hasta el medievo, con predominio de las construcciones datadas bajo la dominación romana de la Península Ibérica, está considerado como uno de los más destacados de la región.
El oppidum prerromano, del que se han rescatado joyas orientalizantes datadas en los siglos VI-V a.C., daría paso a una ciudad romana convertida en municipio en época de Augusto, o según otros investigadores bajo la dinastía flavia. De esta manera se reaprovechaba un asentamiento desde el que se dominaba uno de los vados del Guadiana y zona de paso entre la Baetica y Lusitania, erigiéndose Lacimurga como la ciudad desde la cual controlar una extensa zona rural de desconocidos límites, cuyas villas y explotaciones se pudieron servir de las vegas del Guadiana y Zújar.