Red de Caminos
Naturales
Etapa 23: Casas de Don Pedro a Puebla de Alcocer
Descripción
Un largo paseo por la dehesa extremeña
La etapa conecta las localidades extremeñas de Casas de Don Pedro y Puebla de Alcocer. La ruta elegida discurre en su primer tramo por la carretera BA-137, con la que se busca la orilla del embalse de Orellana y después cruza la extensa área de pastos de la ribera sur. En un segundo tramo se aprovecha el cordel de las Merinas, vía pecuaria amojonada que atraviesa explotaciones ganaderas de ovino.
La etapa se inicia en Casas de Don Pedro, en el entorno de su iglesia parroquial consagrada a San Pedro Apóstol. La ruta parte en dirección al embalse de Orellana, discurriendo en un pequeño trecho por la localidad y pasando cerca de la ermita de la Virgen de los Remedios; un edificio del siglo XVI de estilo mudéjar.
A las afueras del pueblo el camino toma dirección a Puebla de Alcocer, evitando discurrir junto a la calzada de la carretera BA-137 durante un trecho, aprovechando el antiguo acceso asfaltado a la localidad. Cuando se produce la confluencia entre estas dos vías, la etapa atraviesa sucesivamente el canal de las Dehesas (ver etapa 22) y la colada de las Eras y las labores, una vía pecuaria que denota el carácter marcadamente ganadero del territorio.
El camino se interrumpe antes del puente sobre el embalse de Orellana, junto a una zona de descanso dotada de amplia infraestructura de uso público y recreativo, incluyendo una plataforma al embalse con un posible uso como playa o como embarcadero. En esta zona es habitual la práctica de la pesca. Junto al arranque del puente se sitúa la ermita de San Cristóbal, cuyo acceso parte del área de descanso.
Las vistas de la lámina de agua desde el centro del puente, así como la estampa del propio puente desde el área recreativa, son posiblemente las mejores imágenes que ofrece la etapa y que mejor la identifican. Tras cruzar el embalse, se ofrecen dos alternativas para continuar el recorrido: una de ellas (la más aconsejable para los ciclistas) es seguir por la BA-137, mientras que la otra aprovecha el antiguo camino de servicio del pantano, una carretera sin apenas uso que emplean los pescadores para acceder a algunos lugares en la ribera del Guadiana y que termina en el punto kilométrico 425 de la propia BA-137.
Tras retomar por segunda vez la BA-137, en el caso de haber elegido la segunda alternativa, el camino discurre en dirección a Puebla de Alcocer entre prados de aprovechamiento a diente por ganado ovino, con la inclusión ocasional de alguna explotación de vacuno o alguna yeguada. Pero antes de llegar a esta localidad, la ruta se desvía por el cordel de las Merinas; una vía pecuaria amojonada por la que discurre ya hasta el final de la etapa. El paisaje no varía, con la salvedad de que la calzada de la carretera es sustituida por un camino de tierra.
A medida que el camino se dirige al sur y se acerca al arroyo Grande, cauce que discurre por el fondo de un valle abrupto, el relieve se complica y empieza a aflorar la roca madre en los suelos. A la izquierda puede verse una extensa repoblación con pies de matorral de quercíneas, que poco a poco se convierte en una referencia del paisaje.
Dos cauces de cierta entidad cruzan el camino en su discurrir por la colada. El primero es arroyo de Casas, salvado mediante una obra de drenaje trasversal; el otro es el ya mencionado arroyo Grande, que se trata en realidad de una rambla con lecho pedregoso que es salvado mediante un vado. El resto de cursos fluviales son apenas líneas de drenaje del terreno, sin siquiera nombre, que son cruzados también mediante vados.
Justo tras el cruce del arroyo Grande el camino efectúa un giro de 90° para dirigirse directamente en dirección a Puebla de Alcocer. Se producen diversos cruces con caminos y en el paisaje se va tornando progresivamente de estrictamente ganadero a forestal, con presencia de algunas manchas de matorral.
Poco antes de llegar al tramo que tiene en común con la etapa 24, de entrada y salida de Puebla de Alcocer, a la derecha del camino puede verse una colina situada en un paraje denominado El Guijo, que atrae inevitablemente la atención al ser una loma cubierta por matorral de hoja perenne. Tras superar el cruce con la etapa siguiente el camino discurre casi en línea recta, aunque por terreno ondulado, hacia Puebla de Alcocer, que se convierte en el referente visual en los últimos kilómetros. La etapa finaliza en las afueras de la localidad, frente al parque municipal, cerca de la carretera que conduce de vuelta a Casas de Don Pedro.
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Información adicional
Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol (Casas de Don Pedro)
Construida a partir de finales del siglo XIV, su estilo es gótico civil y la fachada de la última época gótica (circa 1499). Está realizada a base de mampostería de pizarra en los muros y de ladrillo en la puerta, ventanas y mainel.
El edificio consta de una sola nave con cinco arcos rematada con una grandísima cúpula cerrada. Posiblemente esta cúpula se construyó al colocarse en el testero el maravilloso retablo que cubría los 153 m2 de su superficie, ya en el siglo XVI.
En el muro sur existe una portada de arquivoltas apuntadas de piedra decoradas con festones de hojarasca, motivos vegetales estilizados, rosetas, cupidos y pequeños animales propios del gótico final.
A los pies de la iglesia, se eleva una torre de estilo mudéjar realizada de mampostería. Responde al modelo de torre-fachada muy frecuente en la Baja Extremadura. Tiene un ingreso a través de una puerta de ladrillo con arco de medio punto. Sobre ella existe una ventana geminada de arcos apuntados. Todo ello está rematado por el cuerpo de campanas, diferenciado del resto por una moldura saliente que contiene un par de ventanas apuntadas en cada frente.
Castillo de Puebla de Alcocer
Dominando el horizonte durante los últimos kilómetros de la etapa, en lo alto de la sierra del Castillo se yergue el castillo de Puebla de Alcocer. Fue construido durante el siglo XII y XIII y remodelado en el XV por Don Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara, gracias a la concesión de la licencia del rey de Castilla, Juan II.
Está situado en una mole rocosa alargada, en el punto más alto de Puebla de Alcocer, desde donde se vigilaban los movimientos de los adversarios en kilómetros a la redonda. Hoy en día se contemplan las comarcas de La Serena y La Siberia. Del castillo se destaca la majestuosa Torre del Homenaje, de planta cilíndrica, donde se puede observar en lo más alto el blasón con las armas de las familias de los Zúñiga y los Sotomayor.
Puede ser visitado a pie y puede recorrerse la muralla interior, el patio de armas y la Torre del Homenaje, donde desde su altura, se divisa un panorama paisajístico inigualable, rodeado de láminas de agua como los embalses de la Serena (uno de los mayores de España) y de Orellana.
A parte del castillo, es recomendable descubrir el rico patrimonio histórico de Puebla de Alcocer, desde edificios religiosos como la Iglesia de Santiago Apostol (con varios frescos del siglo XIII conservados en su interior) y los conventos de San Francisco y la Visitación (este último en ruinas, pero en cuyo interior anida una importante colonia de cernícalo primilla —Falco naumanni— ), o edificios civiles como el palacio de los Duques de Osuna, sus casas solariegas o la sede de la Santa Inquisición.
La localidad también dispone de un museo etnográfico así como el museo dedicado a uno de los más ilustres vecinos de la villa, Agustín Luengo Capilla, el llamado gigante Extremeño (con sus 2,35 m de altura uno de los españoles más altos de todos los tiempos) y cuyo esqueleto se conserva en el Museo Nacional de Antropología (Madrid).