Red de Caminos
Naturales
Etapa 11: Corral de Calatrava - Los Pozuelos de Calatrava
Descripción
Junto al río Guadiana a su paso por la Comarca de Campo de Calatrava
El trazado de la etapa 11 acompaña al río Guadiana a su paso por la Comarca de Campo de Calatrava. Discurre junto al cauce por un valle encajonado y angosto para asomarse de nuevo a la llanura del Campo de Calatrava.
La etapa se inicia en el centro de Corral de Calatrava, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación. Busca la salida de la localidad por una calle ancha, que conduce a un cruce de senderos junto a la ermita de San Antón y San Isidro.
En la encrucijada el camino gira a la derecha y discurre por zonas de prados; tras atravesar unas lomas llega hasta el río Guadiana, a escasos metros de un puente de mampostería de piedra, de gran belleza, reconstruido recientemente. El río está desprovisto de vegetación arbolada o arbustiva, estando ocupados cauce y lecho por formaciones de cañas que ralentizan la corriente, ya de por sí escasa.
El camino discurre por el margen izquierdol del río, sin llegar a cruzarlo en ningún punto de la etapa. En su inicio la calzada es buena, arrimándose a la ladera de la terraza fluvial. Transcurrido el primer kilómetro el trazado alcanza un azud, probablemente asociado a la central eléctrica situada en la margen izquierda. Poco después el trazado abandona el firme de tierra y aprovecha un antiguo camino asfaltado, aunque de escasa anchura y bastante irregular. En el arranque de este camino se ubica una laguna que ha sufrido un proceso de naturalización, proliferando la vegetación herbácea y subarbustiva en su perímetro, y constituyendo un buen refugio para aves acuáticas, como alternativa al propio río Guadiana, que discurre a menos de 150 m. El caminante podrá verse sorprendido por garzas reales (Ardea cinerea), lo que recuerda que se está atravesando alternativamente por el ZEC (Zona Especial de Conservación) “Ríos de la cuenca media del Guadiana y laderas vertientes” y la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) del mismo nombre.
El camino se va alejando paulatinamente del cauce del río hasta alcanzar la carretera CR-P-4124. En este tramo el paisaje es agrícola, con amplias llanuras de cultivo de secano a la izquierda y zonas de maleza o cultivo también en la margen derecha. El río Guadiana muestra una vegetación riparia más compacta que antes, con presencia abundante de arbolado.
Discurre por la carretera local a lo largo de algo más de un kilómetro, dejando a su derecha la vega del Guadiana, con abundante vegetación arbórea y densos herbazales y cañaverales; volviéndose a acercar también de forma paulatina pero constante. En este tramo se encuentran las ruinas del molino de Valbuena, al que se le asocia un puente de mampostería, ambos elementos en mal estado pero con un evidente interés histórico y cultural. Justo en el inicio del puente sobre el Guadiana el trazado abandona la CR-P-4124 para discurrir ya a partir de entonces en paralelo al río, al pie de la ladera izquierda del valle, alejándose o acercándose al cauce en función de la amplitud del valle y el propio trazado del cauce.
En la práctica totalidad de lo que resta de etapa el valle del Guadiana es aprovechado en su zona de vega para el cultivo agrícola. Existen ejemplares de chopos (Populus sp.) y fresnos (Fraxinus sp.) aislados, tanto junto al río como en las lindes de las parcelas de cultivo. Las laderas del valle están ocupadas por un matorral ralo donde proliferan las retamas (Retama sphaerocarpa), con acompañamiento de algunas encinas (Quercus ilex), de porte rastrero en muchos casos. Se atraviesan dos puentes antiguos de mampostería, uno de ellos en muy mal estado, apenas transitable para personas, por lo que se ha trazado un pequeño desvío para salvar el desnivel del arroyo y cruzar su cauce seco.
En el último kilómetro, el camino se adentra en el borde de una masa de encinar y coscojar (Quercus coccifera) que ocupa ambas laderas del valle.
La confluencia con la etapa 12, y punto a partir del que se desarrolla el tramo común entre ambas, sirve de entrada y salida de Los Pozuelos de Calatrava y tiene lugar a la altura del denominado Puente de las Ovejas, elemento de patrimonio de gran valor y perteneciente a esta otra etapa. El camino por el que ha discurrido el trazado desde el tramo de carretera, denominado como Camino del Martinete, es interceptado en perpendicular por la Cañada Real Soriana, vía pecuaria que hacia la derecha marca el trazado de la etapa 12 y hacia la izquierda conduce a la ya mencionada localidad de Pozuelos de Calatrava, constituyendo el tramo hacia dicha localidad la última parte de esta etapa.
Este tramo se inicia en una pequeña cuesta, con el camino encajonado entre taludes verticales cubiertos de matorral, destacando el tomillo (Thymus sp.), con pies aislados y de porte rastrero de encina y coscoja. Al llegar a la cima de la cuesta discurre junto a la Fuente del Piojo, manantial natural que ha sido aprovechado para abastecer un abrevadero de ganado. A partir de aquí se continúa por una meseta con alguna explotación ganadera a uno y otro lado y alguna pequeña parcela de olivar.
Se alcanza el extremo norte de la pequeña meseta, en donde existen unas magníficas vistas de la llanura del Campo de Calatrava, con Pozuelos de Calatrava al pie de la ladera y Corral de Calatrava a la derecha. El camino baja la ladera y se dirige al pueblo hasta finalizar en el lateral de la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Ante este edificio hay una plaza con bancos que puede servir para descansar antes de retornar a la ribera del Guadiana para emprender la etapa 12.
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Información adicional
Castillo de Caracuel
Cuando el camino se acerca a Corral de Calatrava, el viajero podrá ver, en la sierra al sur de la población, las ruinas del Castillo de Caracuel.
Emplazado en el llamado monte Nogales, se trata de una fortaleza de origen musulmán, que se remonta al siglo IX aunque con modificaciones posteriores. Fue escenario de numerosas batallas, cambiando a manos cristianas y almohades más tarde, hasta que tras la batalla de Navas de Tolosa quedó definitivamente al cuidado de la Orden de Calatrava.
Cuenta la leyenda que en el castillo habitaba una reina árabe llamada Clara, cuya cruel cara dio nombre al castillo, aunque la realidad es que su nombre proviene de la población romana de Carcovium, situada en sus cercanías.
A pesar de encontrarse bajo protección de Patrimonio, se encuentra en estado de abandono, deteriorándose progresivamente y actualmente está prohibida su visita por el peligro de derrumbe.