Red de Caminos
Naturales
Tramo 13: Jinama - El Golfo
Descripción
La ruta de las "Mudadas"
Este decimotercer tramo del sendero circular discurre por el Camino de Jinama, una antigua ruta trashumante que los habitantes de la isla utilizaban para realizar las “mudadas” (ver información adicional), desde las poblaciones del interior hasta el valle de El Golfo cuando las condiciones climáticas se endurecían en la meseta.
Partiendo del mirador de Jinama, en la parte más alta de la meseta de Nisdafe, un cartel indica al caminante de que se está adentrando en el Parque Rural de Frontera, el más grande de los espacios naturales protegidos de El Hierro, y del que no se saldrá hasta la llegada a la población de Frontera, al final del tramo.
El sendero desciende pronunciadamente por firme empedrado, que es habitual durante la mayor parte del recorrido, y está bordeado por muros que lo delimitan entre la vegetación y el escarpe rocoso. A unos 400 m del mirador de Jinama, en el descenso, puede hacer una parada en una zona de descanso construida en piedra sobre firme rocoso que hace las veces de mirador.
Debido al fenómeno frecuente de “lluvia horizontal” provocado por los constantes vientos alisios que originan el conocido “mar de nubes” sobre el Valle de El Golfo, se crea un ambiente muy húmedo que da lugar a una exuberante vegetación. Esta es la razón por la que, durante todo el trayecto, se podrá observar la presencia de especies propias de la laurisilva, como el brezo (Erica arborea), la faya (Myrica faya), el acebiño (llex canariensis), el laurel canario (Laurus azorica) y el mocán (Visnea mocanera). De esta última especie se encuentran identificados ejemplares especialmente voluminosos a lo largo del sendero, como el Mocán de la Sombra y el Mocán de los Cochinos, situado en un recodo del camino. También se podrá ver madroños (Arbutus unedo). Los frutos de ambas especies fueron utilizados como alimento por los aborígenes de El Hierro, los bimbaches.
Como curiosidad, el Mocán de los Cochinos era lugar de descanso para los trashumantes que realizaban las habituales “mudadas” desde el interior hasta el Valle de El Golfo, y debe su nombre a que sus raíces se utilizaban para atar a los animales durante la parada.
Después de recorrer unos 1.500 m se alcanza a El Miradero, una zona de descanso situada en una curva abierta del camino, que sirve de balcón para apreciar en su totalidad una hermosa panorámica del Valle de El Golfo, hasta sus límites por el oeste, con el pueblo de Sabinosa y la costa de Arenas Blancas.
A unos 1.800 m de allí, a la izquierda del camino, en sentido descendente, aparece la Fuente de Tincos, conocida desde antaño por los transeúntes que paraban a beber de ella. Cerca de la fuente se ubica el denominado Hoyo de Tincos, flanqueado por un gran paredón vertical.
A unos 600 m sobre el nivel del mar, el camino discurre entre cultivos, entre los que destacan las viñas, de cuyo fruto surgen los vinos que fueron objeto de exportación en siglos pasados y que ahora poseen una denominación de origen de apreciada reputación.
A la derecha del camino, en esta zona de cultivos, se levanta una cruz de madera erigida en memoria de los difuntos. Un poco más abajo, aparece un majestuoso ejemplar de pino canario (Pinus canariensis), el único del tramo.
A partir de aquí, se abandona la senda para transitar por una vía asfaltada que entra progresivamente en la población de Frontera. La etapa finaliza en esta localidad, con la llegada a la plaza y la visita opcional a la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, patrona del valle de El Golfo.
La iglesia de la Candelaria presenta una particularidad, ya que la torre de su campanario se encuentra situada en la cima de la montaña de Joapira, de color rojizo, formando una de las estampas más típicas de la isla de El Hierro. El llamado Campanario Joapira tiene este singular enclave para permitir que todo el valle oiga el tañido de sus campanas.
En este lugar se encuentra una intersección de senderos, de cuyo recorrido encontraremos detalle en un panel informativo.
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Información adicional
El Camino de Jinama
Antigua senda para la trashumancia, el Camino de Jinama baja por la ladera que enmarca el valle de El Golfo por su parte central. Nace junto a la ermita de la Virgen de la Caridad, en la parte más alta de la meseta de Nisdafe, y llega hasta la plaza de la iglesia de la Candelaria, en la localidad de Frontera.
El Camino de Jinama constituye una de las rutas más utilizadas para las conocidas “mudadas”. Este término hace referencia a los caminos de domicilio que numerosos herreños realizaban dos veces al año, por diferentes razones: por una parte el mejor aprovechamiento de los pastos para el ganado, por otra estos cambios coincidían con la realización de las faenas agrícolas y también para la búsqueda de unas mejores condiciones climáticas. estas mudadas, las realizaban sobre todo los habitantes del interior, como los de San Andrés, Isora y La Cuesta, hacia las poblaciones de El Golfo, cuando las condiciones climáticas se endurecían en la meseta.