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Municipality
Huélamo

La historia de este municipio conquense situado en la orilla izquierda del río Júcar comienza en tiempos de Abderramán III, entre el 929 y el 961.
Situado en un emplazamiento privilegiado, esta población ostentaba un importante valor a nivel estratégico. Según algunos expertos, es posible que sea el territorio conquense más antiguo, como así atestiguan algunos restos de la Edad de Bronce encontrados junto al río Almagrero en la llamada Covacha de las Grajas.
Los historiadores indican que esta curiosa denominación procede del árabe Hisn Wada Olmu cuyo poético significado es “el castillo del río de los álamos”. Sin duda parece referirse a un viejo castillo enclavado en lo alto de un montículo. Apenas quedan unas pocas ruinas de esa construcción que hicieron famoso al municipio por ser una de las tres fortalezas principales, junto a Uclés y Huete, de la provincia de Cuenca. La finalidad de su famoso castillo era defender un paso de gran valor militar conocido como el Barranco del Judío, en el camino de Albarracín.
Estuvo gobernado por un reyezuelo llamado Abe Hayyan, que en su momento osó revelarse contra el poder central y sería sometido finalmente por Abderramán III. Durante aquella época Huélamo estaba considerado como “puerto seco”, es decir, un lugar donde se estableció una importante aduana en la que se cobraban los impuestos sobre la importación de mercancías al vecino reino de Aragón. Años más tarde, Alfonso VIII conquistaría estos territorios pasando Huélamo a pertenecer a la Orden de Santiago, que lo repoblaría con ciudadanos cristianos.
Su situación le hizo sufrir los avatares de otros conflictos, como los acaecidos entre los reinos de Castilla y Aragón. Fue también escenario de la Guerra de la Independencia y de algunos combates durante las Guerras Carlistas, así como de la Guerra Civil.
La actividad tradicional en la que los habitantes de este municipio asientan su economía es la agricultura, aunque en la última década se ha registrado un importante crecimiento del sector turístico en la zona, debido a la belleza de su entorno natural.
Su caserío de casas blanqueadas por la cal sobresale de las tierras que lo rodean llenas de pinares y montañas. El visitante puede perderse en sus empinadas callejuelas y plazuelas donde las fuentes son elemento principal de decoración. En los alrededores se puede visitar el valle del Júcar y el Parque de la Serranía de Cuenca.
Las fiestas de Huélamo se celebran en honor de la Virgen del Rosario el viernes anterior al primer domingo del mes de septiembre. Los festejos giran en torno a “Los Cargos”, representaciones de los tres poderes: el concejo local que simboliza el poder del pueblo es el Bastón, el poder religioso es la Bandera y el militar la Alabarda, también conocida como Pincho.
Durante estas fiestas también tiene lugar “La Joya” una peculiar carrera en la que los participantes han de correr descalzos hasta alcanzar la meta donde deben besar la Bandera.