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Orography
Estrecho de San Blas

A pocos kilómetros de la localidad de Tragacete, se encuentra el Estrecho de San Blas. Se trata de un paraje que recibe su nombre en honor de un santo de gran devoción en esta zona. Es a partir de aquí cuando el río Júcar empieza a tener entidad, alimentado por los múltiples manantiales que brotan unos kilómetros más arriba, a la sombra de la Muela de San Felipe.
El río Júcar ya muestra su carácter desde sus comienzos, encajonándose entre farallones calizos.
En este punto se puede observar un fenómeno bastante curioso. Junto a ambas orillas del río existen unos espacios de aspecto circular, por donde brota el agua desde el suelo, incorporándose rápidamente al caudal del Júcar. El agua brota con fuerza por varios puntos próximos entre sí. Son los conocidos como manantiales de San Blas que se nutren de un acuífero profundo y extenso que resiste bien la escasez del verano. El estrato calizo que alberga el acuífero tiene fracturas en su techo y a través de ellas el agua puede salir al exterior, incorporándose al cauce del río. En años secos este es el punto a partir del cual el Júcar siempre lleva caudal.
En este privilegiado entorno se encuentra, además, una fuente de excelentes aguas junto a la que se ha construido un pequeño merendero. Justo detrás, en una de las paredes de roca, se guarda una imagen del San Blas en una pequeña hornacina.
El 3 de febrero, coincidiendo con las fiestas de San Blas, se hace una romería partiendo desde la iglesia del pueblo, con la bendición de los panes, conmemorando así el día de la caridad.