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Barbadillo de Herreros
Barbadillo de Herreros es uno de los pueblos de la Sierra de la Demanda burgalesa. Su historia se remonta al siglo X. En aquellos tiempos los pueblos estaban agrupados en alfoces y eran controlados por un único señor. En esta época surge el Alfoz de Barbadillo. Dicho Alfoz aglutinaba poblaciones como Barbatiello, conocido también como Barbatiello de Ferreros, Riocavado, Barbadillo del Pez y todo el Valle de Valdelaguna.
Situado en un enclave favorable, debido a la cercanía del río Pedroso, rodeado de frondosos bosques y dotado de una gran riqueza mineral, Barbadillo se convirtió en núcleo de la actividad minera de la zona. En este sentido se han encontrado escritos de 1044 en el que se relata la importancia de esta industria y de Barbadillo de Herreros, antes conocido como Barbatiello, denominación que cambiaría hacia 1352 por Barbadiel de Ferreros, en el Becerro de las Behetrías.
Aunque el pueblo fue eminentemente minero, sus principales fuentes de riqueza fueron los rebaños merinos trashumantes y la explotación forestal, que se completaba con la caza y pesca abundante en la zona.
Pero sin duda sería el año 1864 el que marcara el auge de esta población coincidiendo con la recuperación de una ferrería para la reducción del mineral de hierro, que trajo el aumento de su población, debido a la necesidad de mano de obra, y la construcción del ferrocarril minero. Situación que daría un cambio radical cuando en 1926 se abandonó la última ferrería y los vecinos del pueblo fueron abandonándolo gradualmente.
Hoy día, todavía se puede apreciar la riqueza que trajo la industria minera a la villa en sus casonas blasonadas del siglo XVIII, que comparten protagonismo con las casas serranas de arquitectura popular, reconocibles por su tradicional chimenea acampanada. De su núcleo destaca la iglesia parroquial de Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel construida en el siglo XVII, que alberga una pila bautismal románica, un crucifijo y la imagen tallada de San Sebastián de estilo renacentista.
De su pasado minero aún conserva su popular Ferrería y el Museo de las Ferrerías, situado en el ayuntamiento.
En cuanto a las tradicionales fiestas de esta villa destaca la Romería de los mártires, que tiene lugar en mayo, las fiestas patronales de Nuestra Señora de Costana, el 8 de septiembre, San Blas, el 3 de febrero y Santa Isabel, celebrada el 2 de julio.