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Culture
Emeritorio rupestre Cueva de los Portugueses
El Emeritorio rupestre Cueva de los Portugueses es un conjunto eremítico excavado en la roca de arenisca entre el periodo visigodo y el altomedieval, se estima que entre los siglos VIII y IX. Se ubicada a ambos lados del arroyo de las Tocas, junto al desvío de la carretera N-639 que permite el acceso a la localidad de Tartalés de Cilla.
El uso original de esta estructura no se sabe con exactitud. Podría haber acoguido las liturgias religiosas de los primeros cristianos, aunque no se descarta la posibilidad de que se hubiera empleado como vivienda de eremitas o de monjes relacionados con la iglesia de San Pedro o la ermita de San Fermín, e incluso que alguno de los habitáculos hubiera servido como establo en algún momento. De hecho, algunas teorías apuntan a que pudieron estar habitadas por ganaderos seminómadas de los siglos VIII al IX.
Las estructuras originales tenían planta rectangular y contaban con pequeñas oquedades junto a los arcos que daban acceso a la cavidad que hacían las veces de ventana. De esta primera construcción se distinguen asientos y hornacinas excavadas en la roca.
A mediados del siglo XX los trabajadores de nacionalidad portuguesa que participaron en la construcción del canal que que conecta el embalse de Cereceda con la central hidroeléctrica de Trespaderne modificaron la estructura del emeritorio con el fin de mejorar la habitabilidad de las estancias y establecerse allí. Para ello excavaron cellas que permitían comunicar las salas entre sí dando lugar a los corredores que se aprecian hoy en día. Por este motivo, el lugar también es conocido como “Cuevas de los Portugueses”.