Puntos de Interés
Hidrografía
Salinas de Janubio
Cerca del pueblo de Yaiza encontramos uno de los tesoros naturales de Lanzarote. Se trata de las Salinas de Janubio, las más extensas de todo el Archipiélago Canario y una de las panorámicas más impresionantes de la isla, en la que destaca su extensa paleta multicolor que combina los tonos tierra y rojizos con los ocres y negros típicos del paisaje volcánico.
La formación de este valioso enclave tuvo lugar entre 1730 y 1736, durante las erupciones volcánicas del Timanfaya. Este espacio se quedó aislado del mar al formarse una barrera arenosa surgiendo así la caleta del Janubio, una especie de charca de gran extensión.
Parece ser que, previamente a dichas erupciones, según constatan las Actas del Cabildo de 1653, este paraje presentaba una actividad portuaria intensa.
La construcción de las salinas comenzaría en 1895 de la mano de Vicente Lleó Benlliure, quien inicialmente ligó la producción a la pesca, la salazón y la industria conservera. Hoy la explotación salinera es la única actividad del complejo, cuya disposición se presenta de forma escalonada, adaptando el trazado a los bordes de la charca. Antiguamente existían cinco molinos de vela que se encargaban de remontar el agua desde la charca y, a través de una red de canalizaciones era conducida a distintos lugares de la instalación. Hoy día estos molinos han sido sustituidos por otros con motor.
En su etapa más productiva, de estas instalaciones llegaron a salir 13 millones de kilos de sal al año, ahora funcionando a solo el 15% de su capacidad, esta cantidad se ha visto reducida a unos 2,5 millones de kilos de sal anualmente.
Declaradas Sitio de Interés Científico en 1987, además constituye lugar de paso y refugio de un sinfín de aves limícolas, entre las que hay muchas migratorias.