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Puntos de Interés
Orografía
Caldera de Taburiente
El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente es un tesoro natural de la isla de La Palma que cautiva a los amantes de la naturaleza y de la exploración. Su formación geológica, como caldera volcánica, destaca proporcionando una diversidad paisajística única, desde altas cumbres hasta profundos barrancos, así como bosques de pino canario (Pinus canariensis), cascadas, como la famosa Cascada de Colores, arroyos y acantilados, creando un paisaje fascinante.
Su nombre "Taburiente" proviene de la lengua de los benahoaritas, habitantes indígenas de La Palma antes de la conquista castellana en el siglo XV. Aunque su significado en español no está claro, se presume que está relacionado con el nombre de una antigua tribu o lugar en la isla.
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La formación geológica de la Caldera de Taburiente es el resultado de procesos volcánicos y erosivos que se extendieron a lo largo de millones de años. Inició con sucesivas erupciones, hace aproximadamente 3 millones de años, que permitieron que emergiera desde el fondo oceánico la base actual de la isla. En el Pleistoceno, alrededor de 1.6 millones de años atrás, el colapso del gran volcán originó una enorme depresión que se extiende por el suroeste de la isla, dando lugar al Valle de Aridane y a la famosa caldera volcánica. La erosión continúa esculpiendo la caldera hasta hoy, con la actividad fluvial, la meteorización y otros procesos erosivos como modeladores del paisaje.
La biodiversidad en la Caldera de Taburiente es verdaderamente extraordinaria, albergando especies únicas de flora y fauna, las cuales se adaptan a las condiciones específicas de la isla y a los diversos pisos bioclimáticos. Una diversidad que se extiende hasta los 2.426 m sobre el nivel del mar, en el Roque de los Muchachos. Entre las especies más notables se encuentran el emblemático Pino Canario y el bosque Fayal-brezal. Este último es una formación vegetal característica de la Macaronesia compuesta principalmente por los árboles conocidos como faya (Myrica faya) y brezo (Erica spp.), que suelen encontrarse en áreas de mayor humedad y altitudes, contribuyendo así a la diversidad biológica de las islas. No podemos pasar por alto la importancia de las coloridas flores de los Tajinastes, de tonos rojizos y azules, pertenecientes a la especie Echium wildpretii, que añaden una belleza distintiva al paisaje. Además, pueden observarse otras especies como el Codeso (Adenocarpus viscosus) y el Cardón (Euphorbia canariensis), visibles en las zonas más secas, que también juegan un papel crucial en la diversidad botánica de la zona.
En términos de biodiversidad animal, la Caldera de Taburiente alberga una fascinante variedad de especies que contribuyen a la riqueza de su ecosistema. Entre las aves majestuosas que pueblan este entorno, encontramos no solo al cernícalo (Falco tinnunculus) y al cuervo palmero (Corvus monedula hesperius), sino también al Canario (Serinus canaria), endémico de la región, que aporta una singularidad especial a la avifauna local. Otras aves notables incluyen el Petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii) y el Halcón Peregrino (Falco peregrinus), que encuentran en los diversos hábitats del parque un refugio esencial.
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En el reino de los reptiles, el lagarto gigante de La Palma (Gallotia auaritae) destaca como una especie única en la isla. Además, la riqueza de insectos también contribuye a la diversidad biológica del parque. Entre ellos, el Escarabajo de la Caldera (Apalus bimaculatus) y la Mariposa de la Hierba Luisa (Pyronia bathseba) son ejemplos de las numerosas especies que encuentran su hogar en los variados hábitats que conforman el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. La conservación de estos hábitats se vuelve fundamental para preservar la integridad de la fauna endémica y garantizar un equilibrio ecológico sostenible en la región.
Por ello la Caldera de Taburiente se encuentra protegida como Parque Nacional, con estatus de Reserva de la Biosfera y Zona Especial de Conservación de la Red Natura 2000. Una figura de protección que cuenta con una relevancia crítica no solo para preservar la biodiversidad, sino también los procesos ecológicos fundamentales. Estos hábitats únicos se benefician de valores climáticos excepcionales, como las condiciones subtropicales y la influencia de los vientos alisios, que contribuyen a la formación de microclimas diversos.
Para los amantes del senderismo, el parque ofrece una red de senderos, siendo el "Sendero de los Roques" uno de los más conocidos, brindando vistas panorámicas impresionantes de la caldera y, en días despejados, de las islas de Tenerife, El Hierro y La Gomera. Además, su ubicación remota y baja contaminación lumínica lo convierten en un lugar ideal para la observación astronómica, contribuyendo a que La Palma sea reconocida como Reserva Starlight. Es por ello que, en la cima del Roque de los Muchachos, se encuentra la batería de telescopios del Observatorio Astronómico del Roque de los Muchachos, lugar de investigación astronómica de relevancia científica a nivel mundial.
Culturalmente, la Caldera de Taburiente tiene un significado especial para los palmeros. Antes de la conquista de Castilla, fue considerada sagrada por los benahoaritas, habitantes originarios de La Palma, quienes la veían como un lugar espiritual y hogar del dios del sol, Magec. Tras la conquista, la zona se utilizó para la agricultura y ganadería, dejando vestigios de la intervención humana en la zona, como terrazas de cultivo y caminos antiguos, resaltando por el alto valor hídrico de la caldera. En resumen, la Caldera de Taburiente es una experiencia enriquecedora, tanto en términos de naturaleza como de historia.