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Puntos de Interés
Cultura
Parque Cultural El Zarzal
El actual término municipal de Garafía formaba parte del cantón Benahorita de Tagalguén, el cual fue uno de los cantones más poblados de la isla, a finales del siglo XV. Ello se debe a la propia geología insular, correspondiendo la zona norte al el complejo volcánico de Taburiente. Una zona conformada por los materiales más antiguos y más erosionados de La Palma, en donde son comunes los barrancos, entre los que es fácil encontrar abrigos o cuevas.
Además de las características geológicas, las condiciones climáticas de la zona presentan mayor humedad y nivel de lluvias que en otros puntos de la isla, gracias en parte al choque de los vientos alisios con la geografía palmera. Esto facilita facilitaron los cursos y nacimientos de agua en los barrancos, así como la proliferación de especies herbáceas que se empleaban para alimentar al ganado (principalmente caprino y porcino) y con las que elaborar el famoso gofio canario.
En el Parque Cultural El Zarzal se encuentra en el interior del término municipal de la Villa de Garafía, en el paraje del Caboco. El parque consta de dos recorridos por los barrancos de la Zarza (declarado Bien de Interés Cultural en 1995) y la Zarcilla, donde se encuentran los mejores ejemplos de arte rupestre de la isla de La Palma, con gran cantidad de superficie grabada que muestra la detallada elaboración de los grabados.
Durante el recorrido por el parque, a través de los exuberantes y frondosos barrancos, se pueden apreciar hasta veintinueve paneles geométricos, en el Barranco El Zarzal, con formaciones circulares y semicirculares elaborados con grabados de líneas sinuosas y repetidas, siendo los paneles más destacados los de la Fuente de los Palomos y el Llano de la Zarza. Por otro lado, en el Barranco La Zarcita, se aprecian hasta 20 paneles en el margen izquierdo del barranco que “apuntan” al amanecer en diferentes épocas del año. Mientras que, en el margen derecho, estos grabados están orientados al anochecer.
A estos barrancos se les considera la Capilla Sixtina Benahorita, pero se desconoce el uso real que tuvieron. Como hipótesis se ha planteado que pudieron ser una zona de ofrenda u oración a deidades animistas. Aunque al haberse encontrado restos óseos y de cerámicas no se descarta que estos barrancos fueran asentamientos estables.