Puntos de Interés
Municipio
Villafranca de los Caballeros
Los primeros habitantes del municipio llegaron hasta el entorno de Villafranca de los Caballeros durante la época íbera y celtíbera, tal y como demuestran los restos hallados en las inmediaciones de la localidad, que datan de los siglos VII y VI a.C. Los siguientes datos que hacen alusión a los habitantes de este pueblo toledano datan de finales del siglo XII, cuando la Orden Militar de San Juan se asienta en la zona para iniciar su repoblación tras la expulsión de la población musulmana. No obstante, no sería hasta el siglo XIV cuando comenzaría a repoblarse lo que hoy se conoce como Villafranca de los Caballeros. El verdadero impulso de la localidad llegó en el siglo XVI, cuando comienzan a construirse algunos de los edificios más importantes de su patrimonio como, por ejemplo, la iglesia de nuestra Señora de la Asunción, que cuenta con una estructura de modelo de cruz latina, con crucero marcado, presbiterio circular, sacristía y dos naves.
Durante el proceso de urbanización del municipio tuvo especial trascendencia el río Amarguillo a su paso por la localidad. Entre la arquitectura civil de Villafranca de los Caballeros destaca fundamentalmente su ayuntamiento, así como el edificio que antaño albergó el Hospital de Nuestra Señora de la Asunción. En cuanto a su patrimonio arquitectónico religioso, además de la ya mencionada iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, destacan templos como la ermita del Santo Cristo de Santa Ana, que data del siglo XVII; la ermita de San Sebastián o la ermita de San Juan.
No obstante, uno de los principales atractivos de esta localidad manchega no tiene que ver con su arquitectura, sino con su entorno natural. Villafranca de los Caballeros cuenta con un complejo lagunar único en nuestro país que alberga una importante biodiversidad que incluye fauna y flora única en Europa.
Con respecto a las festividades de la localidad, una de las más curiosas es la conocida como Fiesta de las ánimas benditas y mayordomías, en las que el colorido carnaval se une con la tradición religiosa del culto a los muertos. Las conocidas como mayordomías, representantes de esta festividad, tienen su origen en las cofradías nacidas tras el concilio de Trento con una misión asistencial y que resurgen cada año durante el carnaval de Villafranca de los Caballeros, cuando se desplazan en procesión por distintas calles del municipio. El resto de festividades en la localidad tienen una vinculación religiosa y giran en torno a la figura de los conocidos en la zona como “santos viejos”. Son un ejemplo de ello la romería de San Antón, la de San Sebastián o las celebraciones en honor a San Blas, así como las fiestas de San Marcos, San Isidro y San Cristóbal.