Puntos de Interés
Vegetación
Encina
Se trata de una de las especies que mayor dispersión tiene en el sur de Europa. Este árbol, familia de las Fagáceas, ha desarrollado impresionantes habilidades para la adaptación a las cambiantes condiciones meteorológicas de países Mediterráneos como el nuestro, caracterizado, sobre todo en las zonas del interior, por valores de temperatura extremos, como en el caso de la provincia de Segovia.
Uno de los rasgos que le permite sobrevivir en climas como el de esta región es su porte bajo. Esto le permite desarrollar una copa ancha que le otorga sombra sobre su propio tronco para rebajar así la temperatura durante los tórridos meses de verano en esta zona donde, además de existir temperaturas extremas, suelen escasear las precipitaciones durante el verano. Además la encina es capaz de realizar la fotosíntesis en las horas de menos calor durante el periodo estival. Pero también está preparada para sobrevivir a las duras temperaturas invernales que se registran en este enclave segoviano, ya que la encina cesa su actividad a partir de los 0ºC.
Con respecto a los usos de la encina, se trata de una especie con un sinfín de utilidades que van desde la producción de madera, hasta leña y carbón, aunque sin duda el más reconocido es de la alimentación de uno de los animales estrella de la gastronomía española: el cerdo. De hecho el calificativo “de bellota” referido a este animal es un indicativo de calidad. Además, aunque hoy no está muy extendido el consumo de bellotas en la dieta española, lo cierto es que durante siglos –sobre todo antes de la llegada de la patata procedente de América- este fruto proveniente de la encina fue un alimento característico por su gran aporte nutritivo.