Puntos de Interés
Geología
Cueva de los Enebralejos
Se trata de la cueva más importante de la provincia de Segovia. Se ubica en el término municipal de Prádena, muy próximo al entorno de la sierra de Guadarrama. Tiene un importante valor desde el punto de vista espeleológico, ya que posee multitud de estalactitas y estalagmitas. La formación de la cueva se produjo por la erosión ejercida por el agua procedente de los riachuelos que manan de las montañas del entorno de Guadarrama en la roca caliza en un proceso que, según los estudios llevó entre cinco y seis millones de años. Después el agua redujo su caudal y pasó a ser un simple goteo, lo que provocó la creación de las numerosas estalactitas y estalagmitas que es posible observar en la cueva. A día de hoy existe un río subterráneo que discurre por algunas galerías durante los meses en los que se produce el deshielo en el entorno de la sierra de Guadarrama.
Los primeros pobladores de la zona, allá por el año 2500 a.C. escogieron esta cavidad para llevar a cabo distintos rituales. De hecho, durante la Prehistoria este lugar fue utilizado como lugar de enterramientos, tal y como prueban los osarios y restos humanos. Los sucesivos trabajos arqueológicos desarrollados en la cavidad sirvieron para hallar además piezas de cerámica, utensilios líticos y piezas de arte rupestre a lo largo de la cueva. Según cuentan las leyendas de la zona, esta cavidad fue cerrada durante el periodo de los reyes Católicos porque los judíos la utilizaban como escondite. No sería hasta 1932 cuando durante unas obras en la zona se descubriera de manera accidental la existencia de la cueva. En la actualidad es posible acceder a la cavidad con una visita guiada previa adquisición de la entrada.
La cueva se encuentra estructurada en tres salas o galerías. En la primera se encuentran los pozos excavados en el suelo en los que durante el neolítico y paleolítico se llevaron a cabo los enterramientos humanos. Ya en la sala es posible observar numerosas pinturas rupestres entre las que destacan la figura de un cazador y un ciervo. Para finalizar la tercera sala, la más grande de la cueva, conocida como santuario, fue el lugar escogido por los primeros pobladores de este entorno para llevar a cabo ceremonias rituales.