Puntos de Interés
Orografía
Sierra de las Cruces Altas
Los alrededores del municipio de Gargantilla, que se sitúa en el corazón del Valle del Ambroz, destacan por su carácter quebrado, en el que abundan los montes de castaños, encinas y robles.
Cerca de esta población se sitúa la sierra de Cruces Altas, con un relieve accidentado en el que sobresale el cerro Camocho, a 1826 metros. Subir hasta la cima supone un camino duro, aunque bien lo merecen las vistas desde el punto más alto. Se puede partir del pueblo, donde comienza el viejo camino de herradura que transita el GR10 y que sube por la garganta de la Buitrera. Algo más de una hora y media nos llevará llegar al Puerto de Honduras, límite con la comarca del Jerte. Allí es posible recuperar el resuello junto al monumento a los montañeros.
Desde aquí encontraremos una pista forestal que nos conduce hasta el cerro de la Buitrera. Una vez pasado este punto, y tras bajar hasta un pequeño collado, iniciaremos de nuevo la subida hasta la cima del Pico Camocho, desde el que podremos contemplar, entre otras cosas Las Hurdes, la Sierra de Francia, el Valle del Jerte y del Ambroz, así como La Vera.
Tras adentrarnos en el impresionante enclave natural que es la sierra de las Cruces Altas, podremos encontrar diversos ejemplares de árboles peculiares, como los acebos de la Quebrá, los castaños del Tocino, o los abedules blancos, junto a otros más comunes como tejos, acebos, ciruelos, cerezos y olivos. En cuanto a la fauna de la zona, abundan las jinetas y tejones, y es posible tropezarse con algún que otro lince.
Además cabe destacar que esta sierra está surcada por tres gargantas. La primera es la garganta de Honduras, que nace en la propia sierra de las Cruces Altas y discurre por terrenos cubiertos de abedules y alisos. Esta garganta abastece una de las piscinas naturales más bonitas del Valle del Ambroz, en la zona alta de Gargantilla, rodeada de cerezos en el lugar donde se represa la corriente del río.
La segunda de las gargantas es la de San Andrés, también conocida por “la Romanilla”, con una longitud de aproximadamente 5 kilómetros y que nace en la cara norte del Puerto de Honduras –al igual que la garganta Buitrera mencionada anteriormente-, donde predominan los castaños. La última es la garganta Cambara que actúa como límite entre las localidades de Gargantilla y Segura de Toro.