Puntos de Interés
Vegetación
Bosque mediterráneo
Las condiciones meteorológicas en la zona de la depresión del Tajo provocan que en lugares no utilizados para cultivos o pasto para el ganado y en los que el tipo de suelo permite un mayor desarrollo de la vegetación, se desarrolle un bosque mediterráneo esclerófilo (plantas especialmente adaptadas a grandes variaciones de temperatura y sequías estivales).
Algunas de estas adaptaciones son las hojas coriáceas de especies perennifolias como las encinas o las coscojas (Q. coccifera), la presencia de espinas foliares, la rápida lignificación de los brotes, especies de crecimiento lento…
El sustrato arbóreo de este bosque mediterráneo es mayoritariamente de encinas, acompañado de otras quercíneas como el quejigo (Quercus faginea) o la coscoja. Cuando la cubierta arbórea es suficiente, el sotobosque de las jóvenes encinas y coscojas está acompañado de esparragueras (Asparagus acutifolius), madreselvas (Lonicera etrusca y L. periclymenum) o enebros (Juniperus oxycedrus).
En zonas de suelos más profundos y húmedos pueden aparecen también retamas (Retama sphaerocarpa) mientras que en los más pobres y con mucha insolación está presente la jara (Cistus ladanifer). En zonas más degradadas, afectadas por la actividad humana o los incendios, el sotobosque toma la forma de matorrales esteparios como el cantueso (Lavandula stoechas), el tomillo (Thymus vulgaris) o el romero (Rosmarinus officinalis).
El ejemplo de monte mediterráneo conservado en esta parte del camino corresponde al monte “El Robledal”, y en él se conservan algunos ejemplares centenarios de gran porte de quejigos y encinas.