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Cultura
Torre d'En Galmés
Este yacimiento arqueológico es el poblado talayótico más extenso (más de 6 ha) de la isla de Menorca, y de los más grandes del archipiélago balear. Su posición, sobre una colina desde la que se puede controlar buena parte de la costa sur de la península, y su monumentalidad, hacen pensar que debía tener cierto dominio sobre otros poblados de Menorca. Su época de máximo esplendor debió ser en el siglo II a.C., en el período naviforme (1700-1400 a.C.), aunque se han localizado restos (se conserva al menos un hipogeo) que remontan la ocupación de este espacio hasta el 2000 a.C. Posteriormente se habría utilizado parcialmente durante época romana y hasta la conquista cristiana (se han encontrado restos de la época islámica). El poblado se organiza alrededor de una serie de grandes edificios en una zona pública: tres talayots (especie de torre maciza que constituye la construcción prehistórica más característica de la isla) y el conocido como recinto de la taula, un espacio con planta en herradura en cuyo centro se encuentra la estructura que le da nombre. Las taulas (“mesa” en catalán) son construcciones megalíticas que se encuentran exclusivamente en Menorca, consistentes en una laja clavada horizontalmente sobre la que se coloca otra verticalmente, a modo de mesa. Por los restos recuperados se cree que en este recinto se realizaban sacrificios animales y se presentaban ofrendas de alimentos o bebidas. Junto a la entrada de este espacio se encontraron restos de una hoguera y se localizó una estatua de bronce que representa al egipcio Inhotep (fechada entre los siglos IV y III a.C., esta deidad era venerada por sus conocimientos en todo el Mediterráneo, junto a otros objetos rituales, esta estatua se guarda actualmente en el museo de Menorca). En la zona sur de la colina, se haya la zona residencial. Las casas siguen todas un mismo patrón de construcción, edificios circulares con diferentes estancias que convergen en un patio central con un hogar y una cisterna, con otros edificios adosados (salas hipóstilas), que probablemente funcionaran como almacenes. Entre estas edificaciones, destaca la conocida con el nombre de “Círculo Cartailhac” (en honor al arqueólogo francés Émile Cartailhac, que la dio a conocer en un tratado publicado a finales del siglo XIX). Esta casa fue excavada y restaurada en 2008, y se sabe que estuvo habitada entre el 250 y 100 a.C.. Adicionalmente a esta zona, se ha localizado, al otro lado del camino del recinto de la taula, una casa reformada en la época romana, aprovechando una cueva. Es interesante destacar, al sur del poblado, el sistema de recogida del agua de lluvia, a base de canalizaciones excavadas en la roca, que llevan el agua hasta unos depósitos que estarían cubiertos de cantos rodados para actuar como filtro. Desde estos pequeños depósitos, se dirigía el agua, ya con menos impurezas, hasta otros más grandes que servían de aljibes. El hipogeo pretalayótico mencionado más arriba se reutilizó con este fin. Este yacimiento arqueológico se puede completar con la visita a otros dos yacimientos que se encuentran a unos 700 m al sur del poblado, el sepulcro megalítico de Roques Llises y Na Comerma de Sa Garita. Un recinto cuya finalidad no está muy clara, compuesto por un edificio de planta absidal con columnas, que habría estado cubierto por grandes losas y con un espacio rodeado por una muralla de piedras. El acceso al poblado se hace por la carretera que va desde Alaior hasta la playa de San Bou, tomando un desvío perfectamente señalizado. Cuenta con un centro de interpretación y el acceso está regulado, se puede consultar horarios y comprar de entradas en https://www.menorca.es/portal.aspx.