Puntos de Interés
Vegetación
Almendros
Dadas las condiciones climáticas y de orografía en las inmediaciones del río Matarraña, los cultivos leñosos son los que más territorio ocupan en la zona. Entre este tipo de cultivos destaca el del almendro (Prunus dulcis), que se ha extendido durante las últimas décadas en la comarca en detrimento de otros como el olivo –dada la dificultad que la orografía supone para recoger la aceituna–, gracias a su capacidad para adaptarse a los bancales situados en las proximidades del Matarraña.
El almendro constituye un arbusto que puede llegar a medir hasta ocho metros y cuyo tronco suele ser agrietado y se vuelve más negro conforme el árbol envejece. Sus hojas son caducas y suele florecer durante el invierno, antes de que salgan las hojas. La parte carnosa de su fruto es verde que, una vez seco, se desprende para dejar al descubierto la semilla, que es la almendra. Es una especie que crece mejor en zonas con climas templados, secos e incluso algo áridos, aunque prefiere los terrenos calizos. Es un árbol que resiste mal las heladas. El almendro no es autóctono de la península Ibérica, sino que se trata de un árbol procedente del sudoeste asiático y el norte de África, aunque su introducción en la Península se produjo en época fenicia y fue una especie especialmente distribuida durante el periodo romano. En nuestro país es abundante, sobre todo en la mitad oriental y en zonas de Andalucía y Baleares.
Es una especie que se cultiva, esencialmente, por su semilla. De hecho, España es el segundo productor a nivel mundial –solo por detrás de Estados Unidos–, lo que convierte a esta especie en un árbol esencial para algunas regiones de nuestro país. Asimismo, la almendra no es solo utilizada como parte de la dieta, sino que de ella se extrae un aceite utilizado en cosmética y, además, su cubierta verde sirve como forraje y su cáscara es usada como combustible. Con respecto a su madera, posee un tono rojizo y una textura dura que no se agrieta con facilidad, por lo que es especialmente indicada para la ebanistería.
Las principales variedades cultivadas en esta zona son la Largueta y las Comunas. Su particular belleza ha hecho que la imagen de los almendros en flor se haya convertido en una de las estampas que identifican el valle del Matarraña y lo dotan de un paisaje privilegiado en el que el blanco y rosado de los almendros se intercala con las tonalidades verdes que caracterizan la zona. Todo un espectáculo del que disfrutar en la comarca del Matarraña durante la época de floración de estos cultivos, a mediados de febrero.