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Cultura
Convento de la Trinidad
En el siglo XVII, los Agustinos Descalzos fundaron el Convento de la Trinidad, un complejo situado en un paraje natural de gran belleza, a los mismos pies de la Sierra Caballera y el llamado Collado de Los Pozos, conocido así por la abundancia de agua en este entorno.
Actualmente, solo se conserva la iglesia, el hospicio, la fuente y diversas canalizaciones, así como las cimentaciones de los otros edificios que componían el conjunto, ya que tras una de las desamortizaciones del siglo XIX el complejo quedó abandonado.
La iglesia es un sencillo templo, construido en mampostería, con una única nave que consta de varias capillas abiertas en los laterales y está rematada por una capilla mayor de muro recto. El tramo de la nave de la iglesia que precede a esta capilla mayor está profusamente decorado con pinturas que, aunque son de estilo popular, consiguen un espléndido efecto de conjunto ornamental.
Próximo a la iglesia se levanta el hospicio, un edificio de volumen prismático construido también en mampostería. Sus muros tan sólo están abiertos y decorados por unas pequeñas ventanas. La planta baja era utilizada a modo de cuadra y, a través de una escalera se accedería a los dos pisos superiores, habilitados como viviendas para la comunidad monástica.
Al oeste del conjunto se encuentra situada la fuente. Brota mediante una canalización de piedra, protegida por arco muy rebajado con dovelas de piedra toscamente talladas.
Junto a la ermita se ubica una zona de descanso y un edificio utilizado en la romería que aquí se celebra el domingo posterior al Corpus Christi.