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Cultura
Ermita de la Virgen de la Peña
La ermita de la Virgen de la Peña, que es la ermita rupestre más importante de Huesca, y la casa del santero están situadas en la pared sur de la sierra del Caballero en un rellano del terreno y protegido por un saliente. La ermita es un edificio del siglo XVII, construido en sillería, con muro con contrafuertes que salva el desnivel del terreno, de una nave con cabecera rectangular y crucero apenas acusado en planta, su interior está dividido por perpiaños en cinco tramos, que se cubren con bóveda de lunetos, salvo el crucero, que lo hace con bóveda vaída, muy decorado con yeserías barrocas, así como con pinturas en arcos y bóvedas. Tiene coro alto a los pies, en el que destaca la balaustrada, donde se han instalado dos tablas con pinturas del siglo XV que representan a San Pedro y San Pablo. La sacristía tiene acceso desde la cabecera, a través de un pasillo que desemboca en una estancia cuadrangular cubierta con bóveda de arista, que compone un cuerpo saliente del resto del edificio. La entrada a la ermita se sitúa en el costado izquierdo del edificio. Es en arco de medio punto, sobre impostas y jambas más anchas que las dovelas. Por encima de la cabecera se eleva una pequeña espadaña de ladrillo de un solo ojo en arco de medio punto. En una de las fachadas hay una gran pintura de carácter popular que representa a San Cristóbal cargando en su hombro a Cristo niño.
La casa del santero está adosada a la pared caliza por su lado sur y su fachada se curva ligeramente para adaptarse al terreno. Tiene cuatro plantas, que abren en la fachada pequeños vanos cuadrangulares. La superior abre totalmente a través de una galería corrida, a modo de solanar fragmentado por estrechos pilares cuadrangulares, situada directamente bajo el tejado. En su interior destaca la cocina, con un gran hogar.
Aunque los edificios actuales estarían construidos en el siglo XVII con posteriores reformas y conservaciones, hay elementos de su origen románico como los paramentos del templo y piezas escultóricas reutilizadas en diversas partes del lugar sobresaliendo el tímpano que se halla empotrado en el muro sur de la casa del santero, bajo un ventanal y a la izquierda del refuerzo que sujeta esa fachada que representa al anacoreta Fray Juan, que llevó a cabo su vida eremítica en esta sierra, que junto con el grabado de 1642, serían las únicas representaciones existentes de este personaje ligado a la historia de la ermita.