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Cultura
Torre y Ermita de l'Aldea

Este enclave del municipio de L´Aldea es un ejemplo de como el desarrollo de las civilizaciones dependen en gran medida de las modificaciones del territorio.
La distribución del río Ebro, así como su desembocadura, han sufrido diversas transformaciones a lo largo de la historia, tanto que la línea de costa estuvo, según los registros, próxima a la actual torre de L´Aldea. Los restos encontrados alrededor de la torre y la ermita indican que allí existía una población que fue habitada por fenicios, romanos, árabes y cristianos hasta el siglo XVI. En ese momento tuvo lugar el desarrollo de la llanura deltaica que, junto con las disputas por el control de la zona y los ataques de los corsarios provocó el abandono del asentamiento que allí se encontraba.
La torre actual es el resultado de una restauración realizada en 1936, ya que la original estaba muy deteriorada. Su origen exacto es desconocido, pero la mayoría de los indicios encontrados apuntan a que esta torre podría haber formado parte de la línea defensiva del litoral, próxima a la desembocadura, durante el periodo andalusí, al igual que la torre de la Canela en Amposta. También es posible que fuera edificada a partir de los restos que allí había por Bernat de Bell-lloc, un noble que, tras su ayuda a Berenguer IV en la reconquista de Tortosa, recibió la zona en torno al 1146. Desde 1160 hay constancia del templo dedicado a Santa María, así como de una comunidad cristiana que se desarrolló junto a él y convivía en paz con la población musulmana. Ambas culturas vivían de la agricultura, la ganadería y el comercio.

La regencia de este enclave estuvo en manos de varios nobles hasta que los monjes de Benifassar lo tomaran en torno a 1304. Durante el periodo en el que los monjes mantuvieron el lugar se mantuvo la población y la torre, además de un castillo junto a ella. En esta época, la ermita de L´Aldea se convierte en un lugar de peregrinación y devoción por parte de los marineros de Tortosa. La prosperidad del lugar se mantuvo hasta mediados del siglo XV, cuando los ataques de los corsarios se fueron intensificando, obligando a los habitantes de la zona a abandonar el lugar.
Según las tres lápidas que hay en la torre y en la ermita, esta zona perteneció a la familia Jordán durante el siglo XVI. Esta familia requiere el aprovechamiento agrícola y ganadero del lugar por lo que la zona se mantiene despoblada. Sin embargo, deciden rehacer la torre, para refugio de pastores y campesinos, además de reformar parte de la ermita.
Las tierras alrededor de la torre quedaron despobladas hasta la primera mitad del siglo XVIII cuando comienza el proceso de colonización y desarrollo agrícola del delta, así como la lucha por el derecho comunal de las mismas. Es en este periodo cuando la ermita es reconstruida aprovechando elementos anteriores como los contrafuertes y el portal renacentista.
Desde entonces, se celebra cada mes de mayo, una procesión en honor a la Virgen de la Ermita. Esta marcha parte desde la localidad de L´Aldea hasta la propia Ermita, donde después de una misa, dan comienzo en sus alrededores encierros de vaquillas, bailes y concursos gastronómicos.