Puntos de Interés
Hidrografía
Ría de Ortigueira-Ladrido
La ría de Ortigueira-Ladrido constituye un gran estuario de cerca de 3.000 ha de extensión compuesto por amplias marismas, charcas intermareales, zonas de fangos y cordones dunares que cuentan con una gran riqueza faunística. Está delimitada por los acantilados de Estaca de Bares y el Cabo Ortegal, y se forma gracias a la desembocadura de dos ríos esenciales para esta zona al norte de la provincia de A Coruña: el Mera y el Ladrido. No obstante, no son los últimos cauces fluviales que dotan de riqueza a estos humedales, pues son hasta media docena los ríos que vierten sus aguas en este punto, dándole forma a esta ría.
Su riqueza medioambiental ha hecho que este enclave haya sido protegido bajo las figuras de Espacio Natural, Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Asimismo esta ría forma parte del listado internacional de Ramsar, en el que distingue a aquellos humedales de relevancia mundial.
Las suaves temperaturas, así como la ingente cantidad de precipitaciones que a lo largo del año recibe este entorno hacen que las proximidades de la ría cuenten con una impresionante vegetación, entre las que destacan las amplias zonas de junqueras, ubicadas en las desembocaduras de los ríos y que se alternan con las amplias explanadas de pastizales salinos. En las praderas que se encuentran tras las dunas del humedal es posible encontrar pequeños bosques pantanosos. En zonas un poco más alejadas del caudal de la ría se levantan amplias plantaciones de pinos.
Con respecto a la fauna, la riqueza medioambiental de este entorno lo convierte en un enclave perfecto para la reproducción de numerosas aves acuáticas y limícolas. Entre las especies invernantes –habitan este enclave entre 6.000 y 7.000 de estos ejemplares–, destacan, por ejemplo, el silbón europeo, ostrero euroasiático, zarapito real, archibebe común y chorlito gris. Con respecto a las aves migratorias, en la ría de Ortigueira-Ladrido es posible encontrar hasta 5.000 ejemplares de este tipo, constituyendo así uno de los principales puntos en el norte de nuestro país para este tipo de especies. De hecho, es uno de los pocos humedales de la zona en los que es posible encontrar especies como el chorlitejo patinegro.