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Cultura
Pozo Funeres
El Pozo Funeres es un espacio dedicado a la memoria histórica, un recuerdo de la tragedia sucedida durante la represión de la posguerra y una fuente de inspiración de leyendas. Se ubica en la falda de la montaña, bajo el Picu Tremes y muy próximo al Picu Texu y el Picu Trigueru. En este paraje naturalizado se encuentra esta sima natural.
Estallada la Guerra Civil Española, la región de Biemes se vio situada bajo el bando republicano hasta su dominación en el año 1937 por el bando sublevado. Muchas eran las personas que encontraron refugio en las montañas de la Sierra de Villamayor para poder formar parte de la resistencia. Los guerrilleros fugados fueron desde entonces perseguidos.
Las primeras fuentes indican que fue entre marzo y mayo de 1948 cuando un grupo de 22 mineros asturianos sospechosos de colaborar con las guerrillas fueron detenidos, torturados y arrojados a esta sima natural, al Pozo Funeres. Existen ambigüedades en el número de personas reales que tuvieron este destino. Sin embargo, es unánime la triste forma con la que se acabó con sus vidas. Aquellos que sobrevivieron de la caída y se lamentaron, les silenciaron vertiéndoles gasolina para luego prenderles.
Existen otras historias en Bimenes que describen el horror de lo sucedido en la comarca. La guerra en Bemenia, así como en otros tantos lugares de España, fue algo que no se quiere olvidar porque no se quiere volver a repetir. En honor a estas personas se erigió una placa conmemorativa. Asimismo, cada año se celebra un solemne acto en el que participan la Federación Socialista Asturiana, Juventudes Socialistas de Asturias y Unión General de Trabajadores.
Previos a estos sucesos veraces, ya existían leyendas alrededor de este pozo. Se cuenta que, tras la Batalla de Covadonga en el año 722, los sarracenos quemaron la Torre de Beloncio en Piloña y secuestraron a las mujeres del lugar. Entre ellas estaba la hija del Rey Aurelio, Hermensinda. Ante el temor de lo que pudiera sucederle, la joven se arrojó a las profundidades del pozo. Tras enterarse de ello, el caudillo musulmán ató a uno de sus soldados junto al foso con el mensaje de que no fue por su voluntad, por miedo de represalias. Se dice que desde entonces se escucha la voz de Hermensinda en las noches de primavera y verano a través del pozo de la muerte.
Asimismo, se dice que este pozo es infinito y que conecta con el mismo infierno. Otras leyendas negras cuentan que un campesino y una campesina que recolectaban castañas discutieron por quién había recogido más. Hasta tal punto que la campesina dijo: “El que menos tenga, que se caiga al pozo Funeres”. Entonces se dice que el pozo se la tragó y el campesino huyó para no volver más a ese lugar.