
Puntos de Interés
Orografía
Sierra de Peñamayor
La Sierra de Peñamayor se alza elegantemente sobre el sector central asturiano, llegando a alcanzar una elevación máxima de 1.293 m en el Pico el Triguero. Las cadenas montañosas y las extensas praderas hacen de este lugar un paisaje impresionante.
Su historia geológica se condiciona por la colisión entre dos masas continentales colosales, llamadas Euramérica y Gondwana, durante la orogenia hercínica. A consecuencia del choque, los materiales que formaban el lecho de un antiguo mar emergieron y formaron el firme de estas altas montañas.
Coherentemente, los materiales de la Sierra de Peñamayor son calcáreo-dolomíticos, principalmente calizas, y existe una gran cantidad de fósiles repartidos por las montañas pertenecientes a animales marinos que vivieron durante el Moscoviense.
Su gran cantidad de picos le confiere a esta zona una amplia variedad de rutas. Les Praeres es un lugar desde donde se puede partir a coronar las montañas. Su carretera da lugar a una amplia pradería y una antigua majada donde el ganado suele pastar. Este puerto cobró relevancia desde que la etapa 14 de la Vuelta Ciclista a España del año 2018 finalizó allí.
Uno de los destinos favoritos es el Pico Triguero, el pico más alto con 1.293 m, localizado al sureste de esta región. Próxima a él se encuentra la Mina de Cobre de Cayacente y el Dolmen Megalítico de Cayacente. De camino a él se puede pasar por el Picu Texu, el segundo pico más alto con 1.263 m. En la cima del Picu Texu reside un antiguo tejo junto a un buzón con forma de guitarra que hace honores al cantante “El Presi”. Asimismo, el Pozu Funeres queda a mitad de camino, es un pozo que guarda una trágica historia de la represión de la Guerra Civil.
Existen otras rutas que llegan a geniales miradores como el Picu Oroxu o el Pico Peñamayor próxima a las antenas de repetición de Peñamayor. También es un punto de paso por la ruta del Río Pendón. Sin duda existen muchas maneras de conocer este asombroso paraje vecino de Nava.
Los caminos se abren cercanos a acebos, aulagares, tejos centenarios, hayedos, robles y castañares, entre otros. Estas colinas son conocidas también por ser un lugar idílico para contemplar la berrea del venado en Peñamayor. Los amaneceres y atardeceres de septiembre y principios de octubre tienen un encanto salvaje, ya que los ciervos comienzan a luchar por el territorio y a emitir un sonido intenso y único con el que atraer a las hembras.