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Cultura
Cueva del Buxu
Entre prados y masas arbóreas próximas a Cardés, se esconde un tesoro cultural que nos transporta miles de años atrás. Ella es la Cueva del Buxu, una caverna natural donde habitaron humanos de la prehistoria y que nos dejaron como legado una espléndida colección de arte rupestre y otros vestigios de épocas paleolíticas.
Existen diversas teorías sobre la procedencia del nombre de la cueva, una corriente sostiene que su origen es bable por el término “bruxu” que significaría brujo. Otras hipótesis se demarcan por el latín con la palabra “buxus” fuente de la planta silvestre Buj, que puede que fuese por la vegetación que escondía la boca de la cueva en los escarpes calizos.
Se descubrió esta misteriosa cueva en 1916 por Cesareo Cardín, un enviado del Conde de la Vega del Sella. Tras ser informado de las maravillas de la cueva, el conde junto con Hugo Obermaier abrieron al mundo esta cueva mediante una de las primeras monografías de arte parietal asturianas.
Más adelante se realizó su estudio científico que determinó que existen zonas de la cueva que fueron ocupadas en diferentes épocas. Ello se puede explicar por su distribución laberíntica, ya que se trata de una cueva de origen natural formada por la erosión hídrica del arroyo de Entrepeñas, que acabó formando un sifón y abriendo diferentes galerías.
Se hallaron importantes vestigios pertenecientes principalmente a la cultura solutrense, de hace 20.000-18.000 años. Entre los restos descubiertos destaca un colmillo de oso tallado en una forma de ave. Pero sin lugar a dudas, lo más asombroso de la Cueva del Buxu son sus pinturas rupestres.
Al final de los 100 m de profundidad que tiene la cueva pueden verse magníficas obras paleolíticas de la fauna que habitaba Cangas de Onís. Entre las fantásticas ilustraciones de arte parietal destacan varios ejemplos de caballos, cabras, bisontes, ciervos pintados en carbón vegetal y gamos. Asimismo, existen otros grabados zoomórficos y geométricos. Estas representaciones corresponden con épocas del Solutrense y principios del Magdaleniense.
Es posible visitar esta fascinante caverna. Se recomienda informarse sobre los días disponibles de visita.