Puntos de Interés
Infraestructura
Puente de Carlos III
Puede que actualmente el Puente de Carlos III sea un puente más que une los barrios mirandeses de Aquende y Allende. Sin embargo, a lo largo de la historia ha sido uno de los elementos estratégicos primordiales en las comunicaciones en el norte del país.
Se tiene constancia de un primer puente que ocupó esta misma posición desde 1099, estableciéndose como lugar de paso obligatorio de mercancías y personas entre los reinos castellano y navarro durante el reinado de Alfonso VI de Castilla. Además, requería del pago de un pontazgo.
Entre 1425 y 1463 sufrió varias reformas incorporando una torre en la que se registraban los cobros. Años más tarde, en 1581, sobre el primer arco desde el barrio de Aquende se construyó una torre que hacía las veces de casa institucional y de la justicia. Poco después, en el otro extremo, es decir sobre el primer arco desde el barrio de Allende, se construyó otra torre que hizo las veces de cárcel, convirtiendo el puente en una fortaleza administrativa.
Durante los días 19, 20 y 21 del mes de junio de 1775 tuvo lugar una crecida extraordinaria del río Ebro que desoló gran parte de Miranda destruyendo el puente y por tanto los principales elementos administrativos de la ciudad. Tras la riada se solicitó a la corte del rey Carlos III la construcción de un nuevo puente. Ese mismo año comenzaron las obras unos metros cauce arriba de la ubicación original, siendo el arquitecto elegido para ejecutar el proyecto Francisco Alejo de Aranguren.
La obra finalizó en 1777 dando lugar a un puente reforzado con tajamares apuntados para evitar el impacto de las crecidas, que cuenta con 6 arcos conformados por cinco pilares construidos en sillería. Se colocaron en el acceso al puente desde Allende dos leones portando los escudos del reino y de la ciudad de Miranda. Actualmente estos leones se encuentran en el centro del puente.
Desde su construcción hasta la actualidad el puente ha sufrido diversas transformaciones y reformas, pasando de tener un papel relevante en las comunicaciones por carretera debido a que por él pasó la carretera Nacional-I que unía Irún con Madrid, a ser un elemento fundamental de la ciudad desde el punto de vista funcional, arquitectónico y paisajístico.