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Puntos de Interés
Cultura
Monasterio de Santa María de Rioseco
El Monasterio de Santa María de Rioseco se fundó en 1184 en San Cirpiano de la Oca, a petición del Rey Alfonso VIII con el fin de pacificar la zona fronteriza con el reino de Navarra. En 1236, tras una inundación que destruyó el primer monasterio, el templo fue desplazado hasta su ubicación actual.
El recinto monástico estaba compuesto por la hospedería, el hospital, las estancias de los monjes y la iglesia, lo que permitió el desarrollo de una comunidad que pudo llegar a contar con 100 personas entre las que se incluían los mojes de la Orden del Císter, quienes gestionaban el monasterio, novicios, religiosos y criados.
Los monjes de Rioseco, conocidos como los “monjes blancos” pertenecían a la Orden del Císter y contribuyeron a la economía local gracias a la explotación ganadera, especialmente de ganado bobino y caprino. Igualmente, esta comunidad religiosa se dedicó a la producción agrícola de trigo, vid y lino, y fueron artífices de la introducción de nuevos cultivos en el valle como los frutales. Todo ello favoreció que, en los alrededores del recinto, se instalan muchas familias en granjas, ventas o molinos.
En esta época, este tipo de monasterios promovían un renacimiento cultural, no solo por su proyección espiritual, sino también por su labor de transformación político-social. En este sentido puede indicarse que la comunidad que habitaba en Rioseco se encontraba perfectamente organizado. De ahí que en el mismo recinto conviviesen los monjes, que se dividían entre “oradores” o letrados y los legos o “conversos”. Éstos últimos eran los encargados de realizar el trabajo en las granjas. Según los escritos encontrados, en su época de mayor esplendor, la comunidad pudo llegar a contar con más de cien personas, siendo tan solo veinticinco de ellas monjes.
La decadencia del monasterio comenzó durante la guerra de la Independencia Española, ya que los monjes tuvieron que abandonar el conjunto monástico entre 1809 y 1814. En 1835, tras la proclamación de la ley de desamortizaciones, tuvo lugar la venta de los bienes. A largo de los siglos, el abandono y el expolio deterioraron el monasterio casi hasta su desaparición, aunque, finalmente, las ruinas fueron cedidas al arzobispado de Burgos la última mitad del siglo XX.
A partir del año 2010, comenzaron una serie de actuaciones de mantenimiento del monasterio de la mano del colectivo "Salvemos Rioseco". Esto ha permitido que el complejo no se encuentre en estado de ruina y, en 2019, esto desembocó en que fuese declarado Bien de Interés Cultural.
En la actualidad se puede visitar el conjunto del monasterio compuesto por la iglesia, de una sola nave, cuyo retablo de estilo barroco se encuentra en la capilla mayor del Seminario Diocesano de Burgos; la sala capitular; una estancia contigua a la iglesia en la que los monjes se reunían con el abad; las bodegas del monasterio, conocidas como cilla y el claustro del siglo XVI.