Etapa 8: Estación de Cabra – Estación de Navas del Selpillar-Lucena

La octava etapa del Camino Natural Vía Verde del Aceite es la más larga del recorrido y comienza en la antigua estación de ferrocarril de Cabra, hoy completamente rehabilitada y equipada con un restaurante, área de estacionamiento para autocaravanas, zona infantil y espacio de descanso, así como un punto de información. Muy cerca comienza la Ruta de la Sima de Cabra, uno de los senderos más emblemáticos y representativos del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.

Nada más salir de la estación, el camino cruza el arroyo Góngora y pasa junto al parque de calistenia del Camino Natural y el inicio del Sendero Puente de Jacas. El trazado bordea la ciudad de Cabra, pasando junto al hospital, el Auditorio Municipal y las instalaciones deportivas, y salva varias carreteras mediante un puente y un paso elevado. Durante este tramo, el itinerario discurre entre olivares, protegido por talanqueras de madera. Poco después atraviesa una pista asfaltada junto a una antigua construcción ferroviaria y salva los arroyos de la Huerta y de la Guadalazar.

A algo más de seis kilómetros del inicio, la etapa alcanza el viaducto del Alamedal, que permite cruzar el arroyo de la Losilla. Unos metros más adelante, la Casilla Cañada del Pastor marca la proximidad de Lucena. Al acercarse a la ciudad, el paisaje de olivos se abre paso al polígono industrial, donde la ruta atraviesa varias intersecciones antes de llegar a la estación.

La estación de Lucena, de segunda categoría, contaba con un edificio de viajeros de tres volúmenes: los laterales idénticos y de una sola planta y el central con dos alturas, en cuyo primer piso se ubicaba la vivienda del jefe de estación. Destacaba por su marquesina en forma de V que estaba sostenida por pilares de fundición y que cubría toda la longitud del edificio. A escasos metros del edificio de viajeros y en el mismo lado de la vía, se levantaban un par de edificios que eran utilizados como muelles de mercancías. En estas naves techadas y diáfanas había una pequeña oficina para el empleado encargado de los albaranes. Por un lado, se cargaban o descargaban los vagones de mercancías, mientras que en el otro, lo hacían los vehículos que llegaban por carretera. Para proteger las mercancías durante las operaciones de carga y descarga, estas edificaciones se diseñaron con un tejado a dos aguas que termina en sendos voladizos laterales.

Actualmente, el edificio principal ha sido transformado en el Centro de Interpretación de la Artesanía y Tradiciones, un espacio que rinde homenaje a las costumbres y oficios que han dado fama al municipio: la alfarería, la orfebrería y los trabajos en bronce y madera, sin olvidar la cultura del aceite, las fiestas y su folclore popular. En el mismo recinto, junto a un antiguo hangar hoy reconvertido en restaurante, también puede visitarse el Museo de la Automoción Antigua, abierto al público los fines de semana.

En este tramo final, el paisaje cambia. Las suaves ondulaciones del terreno y el clima más templado anuncian la entrada en tierras de viñedo. Aquí los olivos comparten protagonismo con las cepas que dan origen al vino Montilla-Moriles, uno de los productos más reconocidos de la provincia de Córdoba. Así, el camino alcanza la última parada de la etapa, la estación de Moriles-Horcajo, en la pedanía de Las Navas del Selpillar (Lucena). Este antiguo apeadero, puesto en servicio en 1891, acondicionado como museo, cuenta con zona de descanso, área de estacionamiento para autocaravanas y fuente de agua potable. Destaca el depósito para el suministro de agua para las locomotoras de vapor que aún se conserva, una estructura cilíndrica y de chapa que se montaba sobre otra de mampostería o ladrillo.

Como en las etapas anteriores, este tramo del Camino Natural enlaza con una amplia red de rutas que permiten al viajero descubrir el entorno a pie, en bicicleta o en vehículo a motor. Entre ellas destacan las que discurren por el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, así como propuestas culturales de gran interés como la Ruta del Vino Montilla-Moriles, que tiene en Lucena uno de sus puntos de partida más destacados.