Red de Caminos
Naturales
Etapa 5: Cangas de Onís - Villamayor
Descripción
Entre los ríos Sella y Piloña
El camino discurre a través de prados y castañares por las llanuras aluviales de los ríos Sella y Piloña, entre los concejos de Cangas de Onís, Parres y Piloña, una ruta que, partiendo de la histórica villa de Cangas de Onís, ofrece en su recorrido fantásticas vistas de los ríos y valles que atraviesa, con el Parque Nacional de Picos de Europa como telón de fondo.
La quinta etapa del Camino Natural parte de la población de Cangas de Onís, capital del concejo del mismo nombre, cruza el concejo de Parres y finaliza en la población de Villamayor, perteneciente al concejo de Piloña, sirviéndose de las numerosas comunicaciones existentes entre los núcleos rurales que componen los tres concejos.
A lo largo de la llanura aluvial de los ríos Sella, primero, y Piloña, después, caminaremos a través de prados, castañares y gran variedad de vegetación de ribera, con unas fantásticas vistas de los ríos y valles que atraviesa la ruta, sin perder de vista las cumbres del Parque Nacional de Picos de Europa.
En Cangas de Onís podremos visitar algunos de los monumentos que dan cuenta del pasado de la que fuera capital del Reino de Asturias hasta el año 774, y donde comenzó uno de los capítulos más importantes de la historia de la Península: el inicio de la Reconquista por parte del ejército de Don Pelayo, que se estableció en esta villa. En su término municipal tuvo lugar en el año 722 la legendaria batalla de Covadonga, que terminó con la derrota de las fuerzas musulmanas.
La población de Cangas de Onís está situada en el encuentro de los ríos Sella y Güeña. En el valle que separa ambos ríos, se encuentra la capilla de la Santa Cruz, erigida por el rey Favila en el año 737 sobre un túmulo megalítico que acoge un dolmen. En 1936, el templo fue destruido durante la Guerra Civil, pero fue reconstruido posteriormente. En sus alrededores se han encontrado restos arqueológicos de una necrópolis medieval.
Desde la capilla se accede al dolmen de la Santa Cruz por un hueco ovoide. Se trata de una cámara de más de dos metros de altura de planta poligonal abierta por un lateral. Tiene cinco lajas de piedra y dos más pequeñas, y de su cobertura nada se sabe. De los siete ortostatos (bloques o losas verticales de piedra que forman las paredes del monumento funerario), cuatro están decorados con grabados y pintura en su cara interna, mientras que el situado en la cabecera fue alisado antes de ser pintado de rojo.
Emplazada en las afueras de Cangas de Onís, de camino hacia Llueves se localiza la Cueva de los Azules, declarada Bien de Interés Cultural. Se trata de un conjunto de abrigos rocosos frente a la desembocadura del río Güeña en el río Sella. Esta cueva destaca por el hallazgo de un hombre con 9.500 años de antigüedad y que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico de Oviedo. Junto al cadáver, se encontraron diversos objetos personales propios de los cazadores-recolectores de la región. Actualmente se encuentra cerrada al público.
La etapa comienza a la salida de Cangas de Onís, en la carretera en dirección al núcleo rural de Llueves. Continuando por la carretera hacia Cangas de Onís y siguiendo las marcas direccionales pintadas en farolas y columnas, giraremos a la derecha en la calle Juan Carlos I, poco antes de llegar al Pabellón Municipal de Deportes. Al final de la calle, tomaremos una pista de tierra que discurre paralela al cauce del río Sella, declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona Especial de Conservación (ZEC). La vegetación de ribera de este tramo se caracteriza por la presencia de fresnos (Fraxinus angustifolia), abedules (Betula pendula), chopos (Populus sp.) y carballos (Quercus robur).
Esta pista llega a la población de Villanueva, donde hay un panel informativo sobre la ruta. Siguiendo las marcas direccionales y las señales indicativas, abandonaremos Villanueva a través de un puente y continuaremos a la derecha por la carretera nacional N-621 durante cien metros aproximadamente, por los que deberemos extremar la precaución, hasta la Posada del Monasterio, donde el sendero gira a la izquierda, junto a la señal de aparcamiento.
A continuación, la ruta asciende ligeramente por una pista de zahorra, desde donde podremos observar el Parador Nacional de Cangas de Onís y la población de Villanueva. En este tramo, el sendero discurre entre tierras de labor y bosquetes salpicados de avellanos (Corylus avellana) y carvallos.
Siguiendo el trayecto, encontraremos dos mesas temáticas donde se identifican varias de las cumbres que ofrecen las vistas panorámicas de este tramo de la ruta, y que forman parte del Parque Nacional de Picos de Europa.
Poco más adelante, el camino se adentra en un pequeño bosque mixto de sauces, castaños, robles y pinos, hasta llegar al núcleo rural de San José, donde, rodeando la capilla, la ruta desciende a la derecha por una carretera asfaltada, para volver a incorporarse rápidamente a la derecha. Posteriormente, el camino sigue descendiendo ligeramente por carretera entre prados, castaños y robles, dejando el pueblo de La Cabaña a la derecha.
Después de varios metros, siguiendo las indicaciones de las señales, la ruta por carretera se desvía a la derecha, en dirección a la aldea de Romillin, por una pista de tierra delimitada a la derecha por murias (montones de cantos) de piedra caliza. Una vez en Romillin, el camino prosigue por carretera asfaltada en dirección a Romillo (Romillu).
Se Abandona Romillo por un camino de piedra que desciende ligeramente, dejando una pequeña iglesia a la izquierda. Se trata de un camino estrecho que discurre paralelo al río Piloña, entre prados y pastizales delimitados por pequeños bosquetes de castaños y robles. Estando ya próxima al núcleo rural de Vibañu, la ruta vuelve a incorporarse, a la derecha, a la carretera.
Saliendo de Vibañu, a la derecha de la iglesia de Santa María, el camino continúa por carretera, atraviesa El Collau y pasa por delante de la capilla de San Martin de Escoto, del siglo XII, situada sobre una pradera con una mesa y unos bancos de madera, donde podremos hacer un descanso. Desde aquí, tomaremos un camino que atraviesa prados y pastizales hasta adentrarse en otra zona de bosque de castaños y robles.
A la altura de Soto de Dueñas, el camino cruza la carretera y continúa de frente por una pista que asciende paralela a la margen izquierda del río, con fantásticas vistas de la llanura aluvial, hasta Villar de Güergo, ya en el concejo de Piloña. En Villar de Güergo, donde el GR-109 comparte dirección con el Camino a Covadonga, el trazado continúa por carretera, atraviesa los pueblos de Sevares y La Piñera, desciende hasta Moñes y llega a El Caleru.
Desde El Caleru, la ruta bordea una casa y continúa en fuerte descenso por un camino de tierra, dejando siempre a la izquierda el Pico La Xiera. Poco después de salir de El Caleru, el sendero vuelve a incorporarse a un camino de tierra estrecho, que desciende moderadamente hasta poco antes de llegar a Carua. Una vez abandonado este núcleo rural, el camino vuelve a la carretera hasta llegar a la población de Villamayor, donde termina la etapa.
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El puente y la Cruz de la Victoria
Sobre las aguas del río Sella, una cruz de hierro cuelga del “puente romano” de Cangas de Onís para recordar el importante pasado histórico de la villa. Se trata de una réplica de la mítica Cruz de la Victoria que enarboló Don Pelayo en la batalla de Covadonga, conservada en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo.
La Cruz de la Victoria es el emblema heráldico del Principado de Asturias y fue donada a la iglesia de San Salvador de Oviedo por el rey Alfonso III el Magno en el año 908. Está formada por dos piezas de madera recubiertas de oro, piedras y esmaltes. Mide 920 milímetros de alto y 720 milímetros de ancho. En su reverso aparecen varias inscripciones latinas y en el centro tiene un hueco para guardar reliquias.
A ambos lados del arco central peraltado del puente, aparecen otros dos arcos desiguales. En realidad, este puente fue construido en la Edad Media, entre los siglos XIV y XV, durante el reinado de Alfonso XI, y fue levantado sobre una calzada romana. El “pontón” ha sido declarado Monumento Histórico Artístico y separa los concejos de Cangas de Onís y Parres.
Monasterio de San Pedro de Villanueva
El Monasterio de San Pedro de Villanueva (siglos XII al XVIII) fue restaurado y convertido en parador de turismo en 1998. Situado a orillas del río Sella, el actual Parador Nacional de Cangas de Onís está considerado como una de las joyas del románico asturiano.
Declarado Monumento Nacional en 1907, el edificio tiene un origen prerrománico, pero no existe apenas testimonio material de esta época, solo algunos muros conservados dentro del propio parador. Este antiguo monasterio benedictino conserva de su original fábrica románica la planta de la iglesia, así como los ábsides circulares y diferentes elementos decorativos. También tiene tintes barrocos, como la torre y el claustro.
Los artistas que decoraron la iglesia están considerados como los mejores radicados en Asturias entre los siglos XII y XIII, a la altura y destreza de los autores del Apostolado de la Cámara Santa en Oviedo, que constituye una de las obras maestras de la escultura romántica española. Las portadas que se conservan son de una belleza sin igual. Los capiteles tratan diferentes escenas caballerescas, como la de la despedida del halconero y la dama, así como motivos animales y vegetales de una gran calidad.