Etapa: Quintanarruz - Burgos

El hito kilométrico 0, localizado junto al panel interpretativo de Caminos Naturales, marca el inicio de esta etapa cuyo trazado, como es habitual en antiguas líneas ferroviarias, presenta pendientes muy suaves en todo el recorrido, tanto ascendentes como descendentes. Se atraviesa la pequeña localidad de Quintanarruz por la calle La Vía, como no podía ser de otra manera. Tras abandonar la localidad, la ruta torna dirección sur donde los bosques de quercineas cada vez son más abundantes.

En lo alto de un pequeño promontorio se erigen las ruinas de lo que fue la ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles y, poco después, un banco de madera permite al viajero sentarse y disfrutar de la riqueza botánica del río La Molina. Tras superar el punto kilométrico 4 se divisa la localidad de Cobos Junto a La Molina, con su iglesia de San Torcuato como edificio más destacado.

Avanzando cómodamente se van sucediendo los kilómetros hasta llegar a la pequeña Área de Descanso de La Molina de Ubierna, que bien merece una parada para recuperar fuerzas. Tras superar el punto kilométrico 7 se divisa la iglesia de San Román, donde tienen lugar diferentes escenas de La Pasión de Jesucristo, que cada Viernes Santo representan los propios vecinos de la localidad. En el cruce de caminos que da acceso a esta población, se ubica un panel interpretativo que invita a visitarla.

El viaje prosigue sin mayores sobresaltos, hasta llegar a una antigua casilla de guardabarreras, convertida hoy en día en vivienda, y que precede al cruce de la carretera CL-629, donde se recomienda extremar la precaución. Poco después se alcanza la localidad de Peñahorada donde se localiza una nueva Área de Descanso. Entorno al punto kilométrico 11, el viajero llega a la antigua Estación de Peñahorada, donde el paso del tiempo se hace palpable observando su estado actual.

El trazado se coloca paralelo a la carretera CL-629 dejando a la izquierda un antiguo cargadero de mineral en buen estado de conservación. Poco después de superar el punto kilométrico 12 se alcanza el Túnel del Callejón y el Túnel de la Hoz que debido a su corta longitud, el primero mide 121 m y el segundo tan solo 84 m, no presentan iluminación artificial, recomendando ir equipado de linterna. Inmediatamente después se cruza la carretera CL-629 por un puente elevado al efecto y, poco a poco, se abandona el macizo rocoso en el que el monte bajo de encinas puebla sus laderas.

Las ruinas de la iglesia gótica de La Mota preceden al antiguo Apeadero de Villaverde Peñahorada, ambos a la izquierda del trazado. Los cultivos de cereal de secano y la llanura cobran ahora mayor protagonismo, cruzando la carretera BU-V-5008. Una vez más, nos encontramos con una vía de tráfico rodado por lo que el senderista debe agudizar sus sentidos y extremar las precauciones. Tras superar el punto kilométrico 16, se cruza el puente sobre el río Ubierna, siendo la antesala de la entrada del viajero en Sotopalacios. Una localidad donde destaca, por un lado, el castillo de los Adelantados y, desde el punto de vista culinario, la elaboración de morcillas que se recomienda parar a degustar.

Tras avanzar algo más de un kilómetro, se llega a la antigua estación de Terminón-Castellanos, ubicada como bien indica su nombre, entre ambas localidades. Junto a la antigua edificación, un panel interpretativo y un área de descanso ofrecen la inmejorable oportunidad de tomarse un respiro, obtener información sobre el trazado y el entorno y hacer balance de lo recorrido y de lo que queda por recorrer.

Al llegar a la población se abandona momentáneamente el antiguo trazado ferroviario, avanzando por la acera en paralelo a la carretera N-623, conocida como carretera Burgos-Santander en el interior del núcleo urbano, y que se puede cruzar utilizando el paso de peatones con semáforo colocado al efecto. Poco después, se gira a la derecha para volver a retomar el antiguo trazado ferroviario, esta vez a la altura de la antigua Estación de Sotopalacios, donde grandes castaños de indias (Aesculus hippocastanum) permiten recuperar fuerzas en el Área de Descanso.

Se abandona la localidad entre tierras de cultivo, dejando atrás el camino que da acceso a Quintanilla Vivar, situada a menos de 1 km del Camino Natural. Poco después se ha de superar la autovía A-73, utilizando para ello un paso subterráneo. De esta manera, se retoma el antiguo trazado ferroviario, cruzando de nuevo el río Ubierna por el correspondiente puente. Sin más dilación se alcanza el punto kilométrico 22, superando, con las debidas precauciones, la carretera BU-V-6279 que conduce a Sotragero.

Continua la aventura, entre terrenos de cultivos cerealistas, dejando atrás las poblaciones de Villarmero y Quintanadueñas, ambas a la derecha del recorrido, y la antigua estación de Villarmero, dotada con un área de descanso. En este punto es posible cruzar la autovía de circunvalación BU-30 por puente elevado para, poco después, llegar al polígono industrial de Villalonquéjar, donde el trazado se bifurca en dos adaptándose a cicloturistas y senderistas en todo momento.

Finalizado el tramo industrial se continúa por un carril bici que llevará al senderista y al cicloturista a la ciudad de Burgos. Una vez que ambos dejan atrás las primeras viviendas, los trazados se vuelven a separar, continuando de frente por el carril bici los cicloturistas y girando a la izquierda los senderistas.

Su inmenso patrimonio arquitectónico y cultural hacen de Burgos visita y parada obligada en este recorrido. De este patrimonio destaca, sin duda, su mundialmente conocida catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 y, mucho antes, a finales del siglo XIX, Monumento Nacional.

Burgos también es lugar de paso y disfrute de otras importantes rutas nacionales e internacionales: El Camino de Santiago, concretamente el Camino Francés, que regala a la ciudad el paso de los peregrinos. El Camino del Cid es otro ejemplo; comienza con el destierro de Rodrigo Diaz (el Cid), natural de la cercana localidad de Vivar del Cid. El Camino de San Olav, que comienza en la ciudad de Burgos y finaliza en la original ermita de San Olav, inaugurada en 2011 en el Valle de los Lobos ubicado en la localidad de Covarrubias.

Además de ciudad universitaria, la riqueza culinaria burgalesa ejerce una titánica atracción sobre la inmensa mayoría de visitantes. Éstos no podrán irse sin probar algunas de sus delicias como el lechazo asado o su riquísima morcilla, ambos con Indicación Geográfica Protegida (I. G. P.) por su calidad y tradición; todo ello regado con sus afamados caldos de Ribera del Duero (D. O. P.) y Arlanza (D. O. P.).

Con las pilas bien cargadas, el viajero avanza por la ciudad burgalesa donde poco antes de la antigua estación de ferrocarril de Burgos los itinerarios ciclista y senderista vuelven a confluir. El viajero sólo deberá dejarse guiar a través de la urbe por las placas situadas en el alumbrado público para encontrar el camino a la mencionada antigua estación de ferrocarril de Burgos, punto final de esta impresionante etapa.