Etapa: La Puebla de Valverde - Albentosa

La etapa comienza junto a la antigua estación ferroviaria de La Puebla de Valverde, donde se localiza el hito kilométrico 83. El antiguo trazado ferroviario de Ojos Negros avanza en paralelo a la línea ferroviaria actualmente en uso. Los montes de encinas se alternan con tierras de labor, ofreciendo un bello espectáculo cromático, destacando con luz propia las parcelas de almendros en su época de floración.

El itinerario se aproxima a la autovía A-23, incluyendo un pequeño tramo compartido con vehículos a motor, lo que obliga a extremar las precauciones. Continuando el viaje, ya con el tráfico segregado, se alcanza el viaducto de la Rambla de Peñaflor, una espectacular construcción ferroviaria cuyos altos arcos de mampostería permiten superar el desnivel del cauce, ofreciendo una vista impresionante del paisaje.

Superado este viaducto que hará las delicias del cicloturista, se alcanzan dos antiguos edificios ferroviarios en estado de ruina que en su día daban servicio a la vía minera. El trazado avanza por un denso encinar alcanzando el hito kilométrico 86. Justo antes de salir de este bosque mediterráneo, un nuevo edificio ferroviario en ruinas nos recuerda el pasado histórico del recorrido.

Un kilómetro más adelante, se alcanza un área de descanso ideal para recuperar fuerzas. Enclave desde el que contemplar la cercana Masía del Fraile, rodeada de densa vegetación natural salpicada por alguna tierra de labor. En esta zona se localizan bellos ejemplares de sabina albar (Juniperus thurifera) que encuentran en estas frías tierras un hábitat perfecto para desarrollarse.

Después de superar el hito kilométrico 88 se divisa, en la paralela línea férrea en uso, la estación de Pozo del Fraile que, aunque se encuentra también abandonada, resiste mejor el paso del tiempo que sus vecinas del antiguo ferrocarril minero. Tras avanzar un nuevo kilómetro, el paisaje va cambiando ligeramente, ganando protagonismo las parcelas de encinas orientadas a la producción de trufa negra de enorme calidad y altísimo valor culinario, que cuenta con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Trufa negra de Teruel.

Se suceden los kilómetros hasta cruzar por un puente la línea del ferrocarril en uso, alcanzando el hito kilométrico 91 a la altura de la conocida como Masía Tripa Azul. Poco después, se llega a una nueva masía donde el itinerario realiza una curva para continuar en dirección este, tornando poco después de nuevo a su predominante dirección sur. Los cultivos van cediendo protagonismo a favor del monte mediterráneo, predominando el monte bajo y el matorral. Finalmente, el viaje alcanza un área de descanso donde es posible recuperar fuerzas y disfrutar del entorno natural. Este espacio cuenta con un pequeño refugio de piedra con tejado a un agua, ideal para resguardarse de las inclemencias del tiempo.

El viaje sigue su curso entre antiguas zonas de trincheras, construidas con el objetivo de reducir la pendiente que debía superar la locomotora con los vagones cargados de mineral de hierro. Encinas y sabinas nos acompañarán hasta poco después del hito kilométrico 96, donde las tierras de labor recuperan protagonismo. A solo un kilómetro de distancia se ubica la antigua estación de Sarrión, dotada de área de descanso ideal para contemplar la belleza de esta localidad turolense.

No se debe continuar la aventura sin disfrutar de una visita a esta población, sede de la Asociación de Truficultores de la Provincia de Teruel. Aquí, además de degustar su gastronomía, se puede explorar parte de su vasto patrimonio arquitectónico, destacando la iglesia de San Pedro, la iglesia de San Cristóbal y las ermitas de La Sangre de Cristo y de San Roque.

Después de cruzar la carretera que conduce a la localidad, el recorrido alcanza el hito kilométrico 98 y continúa en un descenso predominante hacia el sur. Luego gira hacia el este para superar el viaducto del Barranco de los Judíos y, poco después, un túnel dotado con iluminación artificial. Tras esto, se llega a un pequeño tramo compartido una vez se supera el hito kilométrico 100 que se deberá recorrer con precaución.

El viaje continúa sin mayores sobresaltos dejando más adelante, a la izquierda del itinerario, la Masía del Retamar. Después de alcanzar el hito kilométrico 102, una nueva masía aparece ante al viajero, esta vez a su derecha. Tras superar un nuevo kilómetro, con suaves pendientes ascendentes y descendentes, se divisa a la izquierda del trazado la estación de ferrocarril de Mora de Rubielos, perteneciente a la línea de tren en servicio en la actualidad.

Se recorre un nuevo kilometro para afrontar la parte final de esta etapa cargada de sorpresas, comenzando con un túnel en curva dotado de iluminación artificial en el que, a pesar de ello, es recomendable disponer de una linterna para superarlo sin dificultad. Al salir de este túnel excavado en la roca natural, nos encontramos con una pequeña área de descanso que nos permite, además de recuperar fuerzas, descubrir la sorpresa final de la etapa, que no es otra que el grandioso viaducto de Albentosa. Espectacular construcción ferroviaria de 180 metros de longitud y 40 metros de altura en su punto más alto, formado por siete arcos que permitían cruzar el río Albentosa al antiguo ferrocarril minero en su viaje desde Ojos Negros hasta Sagunto.

Tras disfrutar de esta majestuosa obra de ingeniería ferroviaria, solo queda recorrer un puñado de metros para alcanzar la localidad de Albentosa y poner el punto final a esta espectacular etapa turolense del Camino Natural Santander-Mediterráneo entre La Puebla de Valverde y Albentosa.