Red de Caminos
Naturales
Etapa: Burgos - Revilla del Campo
Descripción
El viaje ferroviario del Santander – Mediterráneo se viste de gala a su paso por Burgos
Esta parte del antiguo trazado ferroviario del Santander – Mediterráneo tiene como protagonista el paso por la capital burgalesa, donde confluyen otras grandes rutas, como el Camino de Santiago, el Camino del Cid o el Camino de San Olav, que permitirán compartir experiencias y anécdotas bajo el incomparable marco de la monumentalidad de la ciudad de Burgos.
Su inmenso patrimonio arquitectónico y cultural hacen de la ciudad de Burgos visita y parada obligada en este recorrido. De este patrimonio destaca, sin duda, su mundialmente conocida catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 y, mucho antes, a finales del siglo XIX, Monumento Nacional. Burgos también es lugar de paso y disfrute de otras importantes rutas nacionales e internacionales. El Camino de Santiago, concretamente el Camino Francés, atraviesa la ciudad permitiendo a los peregrinos disfrutar de su riqueza histórica. El Camino del Cid sigue los pasos del destierro de Rodrigo Díaz, natural de la cercana localidad de Vivar del Cid. Por su parte, el Camino de San Olav, que comienza en la ciudad de Burgos y finaliza en la original ermita de San Olav, inaugurada en 2011 en el Valle de los Lobos ubicado en la localidad de Covarrubias.
Además de ciudad cultural y universitaria, la riqueza culinaria burgalesa ejerce una titánica atracción sobre la inmensa mayoría de visitantes. Éstos no podrán irse sin probar algunas de sus delicias como el lechazo asado o su riquísima morcilla, ambos con Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) por su calidad y tradición. Todo ello regado con sus afamados caldos de Ribera del Duero (D.O.P.) y Arlanza (D.O.P.).
Con el estómago lleno y las pilas bien cargadas, se comienza la andadura en la antigua estación de ferrocarril de Burgos. Sólo deberemos dejarnos guiar a través de la ciudad por las placas situadas en el alumbrado público para encontrar el camino que nos llevará fuera de la capital burgalesa, que quedará grabada en la retina para siempre.
En este tramo cercano a la ciudad se suceden las áreas de descanso (Los Pisones, Rompizales, etc…) que ofrecen reposo y sosiego a jóvenes y mayores, siendo muchas las vecinas y los vecinos burgaleses que, debido a su frecuente uso, nos acompañaran en su caminar haciendo del trazado toda una ruta biosaludable.
El camino, flanqueado por cultivos, avanza en paralelo al rio Cardeñadijo con su modesto caudal y su pequeño bosque de galería adornando el paisaje. Para no olvidar la vocación ferroviaria de este viaje, en algunos cruces de caminos se han conservado pequeños tramos de rail embutidos en el camino, que en ningún caso revierten dificultad alguna o peligro, pero si nos hacen retroceder en el tiempo imaginando el traqueteo del tren.
Poco después de superar un nuevo hito kilométrico, el antiguo apeadero de Cardeñadijo nos presenta el pueblo que le da nombre, sobre el que se erige, dominando el paisaje, la iglesia de San Martín Obispo. Debido a su cercanía con la capital la oferta gastronómica se compone de similares manjares que harán las delicias de cualquiera.
Tras superar esta bella y tranquila localidad se avanza con ligera pendiente ascendente, comprobando como el monte mediterráneo con su amplio cortejo de plantas aromáticas se va abriendo paso poco a poco entre los cultivos cerealistas de secano.
Sin más preámbulos se alcanza el túnel de Modúbar de la Emparedada. Esta antigua infraestructura ferroviaria que cuenta con 590 m de longitud en línea recta permite ver la salida desde la boca de entrada por lo que no posee iluminación artificial. En cualquier caso, es recomendable llevar una linterna, sobre todo si el recorrido se realiza con niños.
Después del túnel, el camino desciende ligeramente dirigiéndose hacia la localidad de Modúbar de la Emparedada, deleitándonos con espectaculares vistas. En días claros, se pueden divisar las estribaciones de la sierra de la Demanda. Además, la paz y tranquilidad que contagia el trazado aumentan con el pausado pastar de rebaños de ovejas sobre las laderas aprovechando los pastos de la zona.
Poco después de que el camino se adentre en Modúbar de la Emparedada encontraremos el antiguo apeadero de ferrocarril. Esta pequeña localidad ha estado habitada desde tiempos ancestrales, como demuestra el yacimiento neolítico del Altotero. Un lugar destacado es el Museo Modúbar de la Emparedada, conocido como MUMO. Este museo presenta un concepto innovador, ya que permite realizar la visita las 24 horas del día mediante un código de acceso. El museo pertenece al proyecto de cooperación Leader “MUSEOS VIVOS” impulsado por Grupos de Acción Local (GAL) de Castilla y León, con una gran oferta de museos temáticos, centros de interpretación y otros lugares de interés repartidos por toda la geografía castellano leonesa.
De vuelta al antiguo trazado ferroviario, y poco después de abandonar la población de Modúbar de la Emparedada, el itinerario gira hacia el sur y tras cruzar la carretera BU-V-8013 se alcanza la localidad burgalesa de Cojóbar, también perteneciente a Modúbar de la Emparedada, donde un panel interpretativo de Caminos Naturales nos proporciona la información necesaria para conocer la zona. La iglesia de San Cristóbal es un punto destacado de la localidad. Poco después, se alcanza el antiguo apeadero de Cojóbar. Tras superar un nuevo kilómetro en la etapa, un cruce de caminos invita a visitar la localidad de Olmosalbos, donde se encuentra el impresionante Torreón de los Gamarra.
Continuando por donde antaño viajaba el tren, el caminante llega a la localidad de Revillarruz, dominada por la iglesia de la Natividad de San Juan Bautista. El camino avanza en paralelo al río Ausines, cruzándolo por un puente que permite disfrutar de la vegetación de ribera.
La localidad de Los Ausines, con el barrio de Quintanilla, nos recibirá un poco más adelante. Poco después se encuentra el antiguo apeadero de Los Ausines, equipado con un Área de Descanso. Los Ausines está compuesta por tres barrios que el trazado va dejando a la izquierda, en primer lugar, el ya mencionado barrio de Quintanilla, con la iglesia de Santa Eulalia y el puente medieval sobre el río Ausines. El segundo es el barrio de San Juan y, poco después, el barrio de Sopeña.
El trazado avanza en paralelo a la carretera BU-P-8012 durante varios kilómetros. Tras superar un nuevo hito kilométrico se alcanza el Área de Descanso de Revilla del Campo, que cuenta con instalaciones deportivas y conserva elementos originales de la línea de ferrocarril. La localidad de Revilla del Campo, con un barrio a cada lado del itinerario, es el lugar perfecto para poner punto final a esta etapa entre Burgos y Revilla del Campo, junto al panel interpretativo de Caminos Naturales.
Perfil
(calculado según criterios MIDE para un excursionista medio poco cargado)
Destacados
Revilla del Campo
Revilla del Campo es un pequeño municipio burgalés que comprende también la pedanía de Quintanalara, y que dista tan solo 22 km de la capital de la provincia. Situado en un altozano entre las vegas del río Lara y el río de Los Ausines, esta localidad ha estado poblada desde tiempos inmemoriales. Prueba de ello son las piezas de origen paleolítico encontradas en sus alrededores. Estos vestigios prerrománicos sugieren que los antepasados que llegaron hasta Atapuerca pasaron también por Revilla del Campo en su recorrido hacia las famosas cuevas.
El entorno de Revilla del Campo es un escenario natural lleno de contrastes, donde es posible encontrar zonas de laguna junto a escarpados montes burgaleses. El núcleo urbano se encuentra conformado por dos barrios: Santa María, el más grande, y Santa Eugenia, de menor tamaño. Por su entorno discurren los cauces fluviales de varios arroyos, así como el río de Los Ausines, esencial para el desarrollo social de esta zona de la provincia de Burgos, donde buena parte de sus municipios nacieron al abrigo de su caudal.
Entre los elementos patrimoniales de Revilla del Campo destaca el puente de piedra sobre el río de Los Ausines, así como los diferentes castros de origen prerromano que han sido hallados en las inmediaciones de la localidad. Con respecto a su arquitectura religiosa, sobresale principalmente la iglesia de la Natividad, un templo construido entre los siglos XV y XVIII en el que conviven tres estilos artísticos: gótico, renacentista y barroco, como resultado de la dilatación de su construcción. Llama especialmente la atención su imponente campanario que es visible a kilómetros del municipio y permite identificarlo de manera inequívoca. Asimismo, en Revilla del Campo destacan también otras construcciones religiosas por su importante valor histórico como, por ejemplo, la ermita prerrománica de San Roque y la ermita de San Juan.
El calendario de Revilla del Campo está marcado por sus fiestas patronales. El 16 de julio se celebra en honor a Nuestra Señora del Carmen, mientras que el 8 de septiembre tiene lugar la romería de la Natividad de Nuestra Señora. También es festejado en todo el municipio el día de San Isidro Labrador, que tiene lugar el 15 de mayo. Asimismo, para los vecinos de la pedanía de Quintanalara tiene especial trascendencia el día de San Pantaleón, que se celebra el 27 de julio.
Multimedia
Descargas
Descargas de GPS
Ciclabilidad
Esta Cicloetapa se corresponde con el tramo Burgos y Cascajares de la Sierra del Camino Natural
RECOMENDACIONES DE SEGURIDAD
-Se deben extremar las precauciones en el tramo urbano de Burgos.
-Existe un túnel de 590 metros de longitud sin iluminación artificial y numerosos cruces de carreteras de acceso a las localidades por las que el trazado pasa cerca.
REDOMENDACIONES GENERALES
-Infórmate sobre los aspectos técnicos de la ruta y sobre la meteorología del día.
-Cuida del medio ambiente. Procura no molestar a los animales ni deteriorar la vegetación. Respeta las zonas privadas.
-Debes dar prioridad a los peatones y cumplir con las normas generales de circulación.
-El entorno por el que vas a circular es abierto, de libre circulación y escenario de múltiples actividades (deportivas, forestales, ganaderas y agrícolas). Mantén una actitud comprensiva, prudente, responsable y respetuosa.