Red de Caminos
Naturales
Camino Natural Vía Verde del Oja
Descripción
Una ruta sin sed
El río Oja nace en la Sierra de la Demanda (Sistema Ibérico), y durante su recorrido dirección noreste en busca del Tirón, para desembocar finalmente en el Ebro, atraviesa uno de los parajes más bellos y monumentales de La Rioja. Se trata de un territorio fértil surcado por otros ríos paralelos, como Najerilla, Iregua, Leza-Jubera, Cidacos o Alhama, aunque sólo a él le ha correspondido el honor de dar nombre a esta Comunidad Autónoma, al contraer su etimología en una palabra de fama universal: “Rioja”.
El Camino Natural comienza en el puente de sillería del pueblo de Casalarreina que cruza el Oja, recorriendo en su primer tramo el casco urbano de esta localidad en dirección a Logroño.
El Camino gura a la derecha, en dirección a Castañares de Rioja y tras cruzar la carretera LR-111, continúa por su izquierda, hasta encontrarse con la Vía Verde del río Oja, con la que comparte trazado hasta el final del recorrido, en un entorno de cultivos. Tras pasar por varios viñedos y una chopera, se llega a las inmediaciones del pueblo de Castañares de la Rioja. Sin llegar a entrar en el casco urbano de esta población el Camino continúa en paralelo la LR-111.
La ruta se aleja de la carretera y continúa en línea recta, atravesando un área recreativa, canales de riego, varios caminos agrícolas y hasta dos carreteras, siempre entre campos de cultivo. Tras pasar bajo las carreteras N-120 y A-12, el trayecto llega a Santo Domingo de la Calzada. En este punto cruza en perpendicular la arteria principal de esta localidad (avenida de Logroño), por donde el Camino de Santiago entra en esta histórica población, saliendo de ella entre naves industriales.
El Camino prosigue por una zona de cultivos y caseríos dispersos, acercándose de nuevo a la LR-111 ante un paisaje que permite contemplar el cierre del valle y el comienzo de los bosques. Desde aquí cruza varios caminos, alguna carretera y uno de los puentes de hierro construidos para el paso del ferrocarril (sobre el río Santurdejo).
Tras pasar un cruce con una carretera entre casas, la ruta se adentra en una zona arbolada de arces (Acer sp.), cerezos (Prunus avium), nogales (Juglans regia), avellanos (Corylus avellana) y fresnos (Fraxinus sp.), llegando hasta el cruce con una carretera y a otro puente de hierro que salva un riachuelo. El itinerario continúa pasando junto a unas cuadras de caballos y llega hasta la antigua estación de tren de Ojacastro.
Desde este municipio, el Camino Natural del río Oja deja la LR-111, para comenzar a discurrir en paralelo al río que le da nombre, pasando por debajo de una pared de caliza donde la humedad favorece la presencia de acebos (Ilex aquifolium). Deja a la izquierda una chopera con un área recreativa, y el desvío al camino que lleva a la ermita de Nuestra Señora de Allende, patrona de Ezcaray. Desde este punto continúa de frente hasta la antigua estación de tren donde termina el Camino Natural, aunque atravesando una última vez el río Oja por un puente a la derecha, se puede llegar a Ezcaray.
Perfil
Destacados
Información adicional
Catedral de Santo Domingo de la Calzada
La construcción de la iglesia actual comenzó en 1158, conservando gran parte de la planta antigua. Posteriormente, en el s. XVI, la parte derecha del transepto fue elevada para albergar el sepulcro de Santo Domingo.
En el exterior de este edificio, construido a modo de iglesia de peregrinaje (por su cercanía al “Camino Francés” hacia Santiago de Compostela), destacan junto a sus dos portadas, el ábside románico, decorado con unos bellos modillones y sus ventanas vidriadas, junto a la torre de estilo barroco.
En su interior merecen especial atención la cabecera románica, el coro, la capilla, el gallinero de estilo gótico y, especialmente, el retablo renacentista, una de las más grandiosas obras del imaginero Damián Forment.
Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad en Casalarreina
Este monasterio dominico, comenzó a construirse en 1514 por orden de Juan Fernández de Velasco, obispo de las Diócesis de Calahorra y Palencia, a instancias de su sobrina, Isabel de Guzmán y Velasco, hija de Juan Alonso Pérez de Guzmán y Orozco e Isabel Fernández Velasco, tras la concesión realizada por parte del papa Julio II en 1509.
Fue inaugurado en 1522, aprovechando la visita del Papa Adriano VI quien pernoctó en él en su camino de regreso a Roma. Es el único monasterio español inaugurado por un Papa.