Red de Caminos
Naturales
Etapa 9: Trespaderne - Quintana Martín Galíndez
Descripción
Entrando en el Valle de Tobalina
En Trespaderne, el Camino Natural del Ebro comienza su recorrido por el valle de Tobalina. Hasta Cillaperlata, situada bajo un peñón rocoso y junto a un remanso del Ebro, lo hace por la margen izquierda. Después, cambia de orilla para alcanzar el enriscado núcleo de Frías, que ha conservado toda su esencia medieval en sus casas sobre la roca y colgadas en las antiguas murallas. Por su puente fortificado se salta de nuevo el cauce y se atraviesa un desfiladero en el que se ha creado una ruta botánica para llegar a Montejo de San Miguel, ejemplo del tradicional urbanismo disperso de la comarca y, finalmente, a Quintana Martín Galíndez, capital del valle.
En Trespaderne, a orillas del río Nela, existe una zona de esparcimiento junto a la que arranca un carril, situado en la margen izquierda, que da acceso al puente sobre el Ebro. Tras cruzar esta infraestructura, el camino se dirige, de frente, por una senda entre campos. A la derecha se extiende la desembocadura del Nela en el Ebro, isla de fresnos en proceso de conversión a soto.
Poco a poco, el camino de Castrillo se separa del río y rodea el pico de este nombre, situado a unos 584 m de altura. La ruta discurre por un pinar de repoblación, combinado con quejigos y bosques caducifolios en los montes del entorno. Poco después el viajero llega hasta Cillaperlata por un vial asfaltado junto al puente y la presa donde nace el canal Central de Quintana.
Esta bella localidad se emplaza bajo un peñón rocoso en un remanso del Ebro. Cuenta con la parroquial de Nuestra Señora de Covadonga, donde se guarda una antigua talla de la Virgen, copia de una imagen asturiana anterior al siglo XII. El paso por la villa permite contemplar sus curiosas de casonas, además de dos cuevas eremíticas dignas de mención.
Del lavadero, punto en el que esta etapa se une con el final de la siguiente, parte un carril hacia al sureste. El GR 99 prosigue de frente por un valle hasta alcanzar el collado de la Cucharera, superando antes el arroyo de los Cantarillos y la Peña de la Dehesa. Después desciende a Quintanaseca, donde sobresalen la iglesia románica de San Martín y sus casonas blasonadas.
El recorrido prosigue por la carretera que lleva a la BU-520 y sube a Frías, y sigue de frente hasta el aparcamiento, desde donde se puede visitar la localidad, cuya historia se retrotrae al siglo IX. Desde aquí, en un leve descenso se llega hasta el magnífico puente medieval de la localidad.
El viajero ha de situarse entonces en el lado izquierdo del puente, desde donde parte un camino paralelo al río. Entre bosque de ribera, chopos, carrascal y alguna mancha de boj, el itinerario se aleja poco a poco de Frías, subiendo a una faja de prados en la que se desecha un carril a la izquierda. Prosigue el viaje hasta una casa de campo, donde la traza continúa por el campo superior y la arboleda del río hasta una senda marcada, ajustada al Ebro y constreñida por la ladera rocosa del monte de San Miguel, coronado por la ermita románica del mismo nombre.
El vial sigue su avance por un desfiladero, por una zona boscosa que atraviesa una ruta botánica cuyas especies se identifican con placas: chopo lombardo, álamo negro, fresno… y así hasta que el sendero desemboca en una pista bajo el azud de Montejo de Cebas, construido a finales del siglo XIX. El recorrido continúa a la izquierda en ascenso a Montejo de San Miguel, municipio este con un urbanismo disperso de casas tradicionales inmersas en la vegetación exuberante. Un lugar ideal para realizar paseos por las rutas del entorno. Aquí la etapa deja atrás el Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil.
A lo largo de la calle Mayor se prosigue la ruta hasta un área de descanso donde se localizan unas escaleras que bajan a la carretera de Montejo de Cebas. Por aquí ha de continuar de frente el viajero y tomar, a mano derecha, un camino de ribera entre campos, que rebasa la mejana del río y el espacio natural de la Vega de San Sebastián. Por aquí es por donde se debe cruzar el arroyo de San Antonio antes de salir a la carretera de Quintana.
Poco después, tras recorrer apenas 500 m, el camino toma un desvío a la derecha que lleva al puente del canal de la central de Iberduero, que da acceso a la localidad, capital, centro administrativo y de servicios del valle de Tobalina. Originaria del siglo XI, ofrece su iglesia gótica de Santo Tomás Apóstol (siglos XVI y XVIII), la torre medieval de los Salazar (del s. XI) y la ermita de San Roque.
Perfil
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Información adicional
El arte de Frías
Sus barrios (La Muela, San Vitores, San Pedro y San Francisco) encierran un conjunto de casas sobre la roca, que se adosan formando empinadas calles o cuelgan en los pasos de ronda de las murallas. Primer premio del Concurso Provincial de Embellecimiento 1976, Frías se caracteriza por sus solanas y el uso de la toba y la madera. Cuenta también con el castillo de los Velasco, del s. XII; la iglesia de San Vicente; la muralla de la Muela, del s. XIII; el puente medieval del s. XIV; el convento de San Francisco, del s. XIV; la iglesia de San Vítores, del s. XII al XIV; el convento de Santa María de Vadillo; y sus molinos harineros.