Red de Caminos
Naturales
Etapa 6: Pesquera de Ebro - Manzanedo
Descripción
De valle en valle atravesando desfiladeros
Desde Pesquera de Ebro, una senda lleva al caminante hasta el desfiladero de Las Calzadas, que se atraviesa para llegar al valle de Zamanzas. Un puente medieval de nueve ojos da acceso a Villanueva-Rampalay antes de continuar el camino entre el río y la carretea hasta Tubilleja y el paraje de los Molinos del Canto, que destaca por su valor paisajístico. Se llega así a la tradicional localidad de Tudanca, que también resalta por sus bosques de ribera, y por un camino de herradura que conduce después al desfiladero de Los Tornos. El GR 99 sube al portillo del Oso y baja al valle de Manzanedo para alcanzar Cidad del Ebro y acabar en Manzanedo.
Desde la ermita de San Antonio ha de tomarse una senda situada a la derecha del Ebro, ajustada entre muros de campos yermos y carrascales que bordean su escarpe. Más adelante, desciende con vistas al estrecho de Las Calzadas, y penetra en una zona de cultivos, dejando atrás una chopera, varios campos de labor y el sonido acompasado del agua. El vial desemboca en la carretera, pero hay que seguir el antiguo camino ceñido a la margen del río. Entre quejigos, bajo roquedos, se continúa el viaje por una pista a la derecha y se accede a la carretera, en el estrecho de Las Calzadas.
Dicha carretera atraviesa el congosto y se adentra en el valle de Zamanzas, con la vista puesta en Colina y su iglesia románica. Sin acceder al casco urbano, el itinerario continúa por pista entre cultivos y quejigos hasta otra que se dirige a Quintanilla-Colina, localidad que atesora iglesia de factura popular y muestras de la arquitectura típica del valle, además de unas impresionantes vistas del entorno.
El camino sigue hasta un carril asfaltado por el que se puede llegar, a mano izquierda, a Villanueva-Rampalay tras cruzar, eso sí, un destacable puente medieval de nueve ojos. Superada esta infraestructura la ruta continúa hacia la derecha para desviarse en seguida por una pista de tierra que parte a la izquierda.
Dejando tras de sí varios campos de labor, el camino vuelve a internarse en la tupida vegetación de la ribera del Ebro durante unos cientos de metros. La vuelta a campos de cultivo anuncia la cercanía de la localidad de Tubilleja.
Allí destacan su parroquial del siglo XVI y algunas casas de piedra de interesante arquitectura tradicional: solaneras, blasones y una ventana gótica.
Para continuar a Tudanca se ha de tomar la carretera aunque pronto se alcanza el paraje de los Molinos del Canto. Se trata de un paraje donde se encuentra un azud y dos molinos, cada uno en una orilla siendo el situado en la margen izquierda parte de un centro de turismo rural. Todo ello forman un enclave de alto valor paisajístico.
La carretera atraviesa entonces un pequeño desfiladero y, casi a la entrada de Tudanca, se une al GR 85 “Ruta de los Sentidos”.
Tudanca es una de las aldeas burgalesas que mejor conserva su trazado tradicional de calles estrechas y el sabor de la arquitectura popular. Muchos de los edificios incorporan elementos constructivos y motivos decorativos que sirvieron para elevar el prestigio y categoría social de sus habitantes: piedra, arcos de medio punto, ventanas geminadas y escudos. Destaca su iglesia barroca de la Magdalena, del siglo XVII. Además, posee un privilegiado entorno natural, pues dada su proximidad al Ebro goza de un bosque de ribera con numerosas especies: alisos, sauces, arces, chopos, álamos, tilos, encinas y robles.
Hasta hace unos años se accedía a la aldea bien por un camino, bien por la sierra de Tudanca. Hoy llega hasta aquí una carretera asfaltada. Desde el núcleo se continúa por el camino de herradura que sigue la margen derecha del Ebro entre chopos, dejando atrás el cementerio, el puente y la fuente.
El Ebro y el camino de plataforma de piedra realizan un giro a la derecha, superando los relieves calizos de la sierra de Tudanca. Mientras, el río abre una cortadura formando el desfiladero de los Tornos. El firme de piedra zigzaguea, se encarama al portillo del Oso y desciende al valle de Manzanedo. El ruta de bajada se realiza entre carrascas que conducen a una bifurcación, previa a una zona de cultivos. Continúa el descenso por la traza que se dirige al río , llegando hasta la fuente de la Olla, una vez atravesada un área de reproducción de especies protegidas.
La senda avanza ceñida al río durante 300 m, para posteriormente ensancharse bajo un dosel de alisos y desembocar en una traza más clara. Así continúa para saltar un reguero, donde surge la fuente de la Rosa y alcanzar Cidad de Ebro, a la altura de la ermita románica de la Virgen Blanca.
Esta localidad brinda la oportunidad al viajero de visitar su iglesia de San Román, así como algunas casonas de piedra, blasones y las ruinas de dos molinos. Desde su crucero, del siglo XVII, se baja al puente medieval de pilastrones, siguiendo las marcas del GR 85. Allí arranca un camino, a mano derecha, custodiado por robles y nuevas construcciones, que avanza entre frutales y campos hasta La Vega, meandro formado por el Ebro, tapizado de quejigos, carrascas, cultivos y choperas.
Desde allí el sendero sale durante un pequeño tramo a la carretera V-5741 que va en dirección a Manzanedillo y vuelve a integrarse en el camino de ribera hasta el puente de esta localidad. Destacan que esta población su arruinada iglesia románica, algún ejemplo de casa fuerte con ventana gótica y un crucero barroco del siglo XVIII.
Por último toca cruzar un pontarrón sobre el Ebro, tras el cual el camino sube a la izquierda y accede a Manzanedo. Recomendada es la visita a su iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción, y prestar atención a los demás ejemplos de arquitectura popular con balcones, solanares pintados en azul y verde, pequeñas ventanas y portadas en arcos de medio punto.
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Información adicional
El desfiladero de los Tornos
Se trata de una hoz estrecha y alargada que en su parte más profunda alcanza más de 200 metros de desnivel. El desfiladero se ciñe tanto al cauce que apenas permite el tránsito. Los pobladores de la zona picaron en la roca un pequeño y zigzagueante sendero (el paso de los Tornos o del Oso), para no quedar aislados, trocha que asciende entre un espeso bosque de encinas, enebros y sabinas negras, único acceso a Cidad de Ebro y uno de los rincones más salvajes y desconocidos del Ebro. Se oculta entre los apretados pliegues del anticlinal de Tudanca, en la confluencia de los valles de Valdebezana, Manzanedo y la comarca de Los Altos. En lo alto del portillo se contempla una impresionante perspectiva de la profunda garganta y el quebrado paisaje. Además es un paraíso para las rapaces, pues los inaccesibles nichos y repisas talladas por la erosión en sus verticales cantiles facilitan el refugio de águilas real y azor-perdicera, buitre leonado, alimoche, halcón peregrino y búho real.
GR 85 “Ruta de los Sentidos”
Esta gran ruta atraviesa las merindades de Burgos en un viaje por un mosaico de paisajes castellanos. Sus 165 km recorren caminos tradicionales, valles, bosques y pueblos durante 9 etapas: Villasana, Castrobarto, Quincoces de Yuso, Quintanilla, Frías, Trespaderne, Puente Arenas, Tudanca, Soncillo y Puentedey. La ruta permite sentir la historia (eremitorios, necrópolis, leyendas), la naturaleza (pedreras, escarpes, hayedos y quejigares), el arte (ermitas, iglesias o casonas) y las tradiciones (carboneras, loberas, molinos y colmenares).