Red de Caminos
Naturales
Tramo Tortosa - Estación de Pinell de Brai (Baix Ebre)
Descripción
Entre huertos y paredes rocosas
El tramo del Baix Ebre (Bajo Ebro) del Camino Natural Vía Verde Val de Zafán utiliza la sección final de la antigua vía de ferrocarril de la Val de Zafán, recorrido que partía de la localidad turolense de Alcañiz y atravesaba el Bajo Aragón para entrar en Tarragona por la comarca de Terra Alta.
Desde la localidad de Xerta, toda la ruta se encuentra acondicionada y señalizada, y cada una de las antiguas estaciones cuenta con un merendero y panel interpretativo. El inicio de la ruta está situado en las proximidades del Camí dels Codonyers, cerca del cruce de la antigua plataforma del ferrocarril sobre la travesía de la carretera C-12 (a la altura del punto kilométrico 18), muy cerca del estadio de deportes de Tortosa. Si se continúa por la plataforma se llega hasta el puente metálico del tren sobre el Ebro, con la estación moderna de Tortosa al otro lado, donde todavía se conserva la catenaria antigua de la infraestructura.
Tras encontrar un panel informativo, se cruza sobre el Canal de la Derecha del Ebro, llegando a Ferreries, una zona industrial con grandes naves, para posteriormente cruzar la carretera TV-3421. A partir de este puente sobre el canal, el trazado coincide con el Camino Natural del Ebro GR-99. Tomando la calle Vial de Val de Zafán, se llega a una rotonda en cuyo centro se ha conservado un antiguo puente de la vieja estructura ferroviaria.
Dejando atrás Roquetas, se van superando sucesivas intersecciones con calles y carreteras, hasta alcanzar un área de descanso a las afueras de la localidad de Jesús. Tras cruzar el Camí del Terrer Roig se vuelve a retomar la plataforma del ferrocarril. Tras varios pasos e intersecciones con carreteras, el paso de un puente, y la Torre de Corder (s. XIII), se llegará a la antigua estación de Aldover.
Los últimos dos kilómetros antes de alcanzar la estación se hacen en compañía del Canal de la Derecha del Ebro, que nos acompañara hasta llegar al Azud de Xerta. La población de Aldover ofrece al viajero, entre otras cosas, una interesante playa fluvial a orillas del Ebro.
El Camino, sin dejar la antigua vía ferroviaria, atraviesa huertas de naranjos, almeces (Celtis australis) y cañaverales, y cruza la carretera C-12. El recorrido, que hasta ahora transcurría entre huertos y poblaciones, va descubriendo un paisaje más agreste y natural, paralelo a la C-12. El Camino pasa bajo la carretera, abandonando durante un par de kilómetros la compañía del Camino Natural del Ebro GR 99, y se acerca de nuevo al Canal de la Derecha del Ebro junto al cual circula hasta girar a la izquierda para entrar en la localidad de Xerta.
Rodeando la iglesia de la Asunción y san Martín, el Camino gira a la derecha y de nuevo a la izquierda en la siguiente intersección. Después de cruzar la calle de Antoni Anyón y la carretera de Gandesà, el Camino tuerce a la derecha para encontrarse con la estación de Xerta, volviendo a unirse al Camino Natural del Ebro GR-99.
Saliendo de Xerta tras cruzar bajo un par de carreteras, se llega en paralelo a la C-12, hasta un curioso reloj lunar y un monumento con forma de puente erigido en homenaje a los constructores de las compuertas del Canal de la Derecha del Ebro. El Camino discurre durante un tramo separado de la C-12 por tan sólo un quitamiedos y de frente se puede ver el macizo de Els Ports, que separa el Ebro de la comarca de Terra Alta.
Más adelante se llega a la altura del antiquísimo Azud de Xerta, siempre en obras de mantenimiento debido a las sucesivas crecidas del río Ebro. El Camino se aleja de la orilla fluvial, adentrándose en el primero de los muchos túneles que atravesará hasta el final del recorrido.
Hay que tener a mano la linterna, pues todavía esperan al viajero dieciséis túneles más, algunos de ellos de longitud considerable y, aunque muchos contaban en origen con iluminación eléctrica, es posible que en ocasiones no funcione.
Próxima al Camino, y por debajo del mismo, discurre la carretera C-12, ahora a mano derecha tras salir de uno de los túneles. Internándose en otros tantos túneles, se abandona definitivamente la compañía del río Ebro para adentrarse en el barranco de la Canaleta.
Se alcanza así la antigua estación de Benifallet, actualmente en restauración. Si se quiere visitar la localidad, a 4,5 km en la otra orilla del Ebro, es necesario tomar el Camino Natural del Ebro GR 99, que en este punto se separa definitivamente del Camino Natural Val de Zafán.
Cerca de la estación de Benifallet hay un par de edificios en ruinas, que probablemente dieron servicio para la construcción y mantenimiento de la vía férrea. Tras pasar otro de los túneles, la ruta cambia de orilla del barranco mediante un viaducto.
Caminando por la margen izquierda del río Canaletas, varias terrazas acondicionadas con bancos, permiten al viajero disfrutar de espectaculares vistas al cañón. Se trata de una estrecha llanura fluvial donde aparecen pequeños huertos y cañaverales que, según avanza el Camino Natural se va estrechando con espectaculares paredones verticales de roca caliza, con abundantes cuevas y oquedades, mientras pinares y brezos (Erica sp.) pueblan las empinadas laderas.
Poco después de atravesar el último de los túneles, el Camino finaliza en la vieja estación de Pinell de Brai, situada a la salida de un túnel junto a la carretera T-324 (N-230). A la altura del punto kilométrico 14, existe una entrada para vehículos y un aparcamiento.
Para seguir conociendo el trazado del antiguo ferrocarril de Val de Zafán, se puede continuar la ruta por el tramo de Terra Alta.
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Información adicional
Tortosa
Posiblemente su origen fuese la ciudad de Hibera, capital íbera, cuyo asentamiento pudo estar en la colina donde actualmente se sitúa el castillo de la Zuda que todavía tiene elementos del periodo andalusí, y está construido sobre la acrópolis romana.
Durante el imperio romano esta población fue conocida como Dertosa y posteriormente, al ser ocupada por los musulmanes en el 740, pasó a llamarse Turtuxa.
Tortosa siempre ha sido sede episcopal, y en su casco urbano todavía permanecen muchas edificaciones cristianas, como el convento de santa Clara o la catedral de santa María, situada sobre el foro romano, que luego fue mezquita y más tarde Seo románica.
Entre los principales tesoros arquitectónicos de esta viva ciudad merecen destacarse los Reales Colegios renacentistas, el barrio de la Judería, además de diversos palacios de distintas épocas y los edificios modernistas del mercado y el matadero.