Red de Caminos
Naturales
Etapa 37: Cañaveral a Garrovillas de Alconéctar
Descripción
Acercándose al embalse de Alcántara
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¡AVISO IMPORTANTE!
Tras las obras de "Acondicionamiento de la EX-373. Tramo N-630 a A-66" que se han ejecutado por parte de la Junta de Extremadura, el cruce de los usuarios (peatones y ciclistas) del Camino Natural del Tajo sobre la carretera EX-373 deberá realizarse con la máxima precaución por el paso habilitado para ello mediante señalización horizontal.
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Esta etapa del camino natural atraviesa variados paisajes, desde las zonas más áridas caracterizadas por la vegetación mediterránea hasta las hermosas estampas que ofrece el Tajo, embalsado de nuevo en el pantano de Alcántara.
El caminante comienza su paseo en la localidad de Cañaveral por su salida sur en dirección a la vía del ferrocarril, que cruza por un paso elevado. Continúa al otro lado de la carretera N-630 para alcanzar un estrecho sendero de piedra que lleva hasta el puente de San Benito.
Este puente de piedra del siglo XIV, que ayuda a vadear un pequeño arroyo, era empleado en la Edad Media por los peregrinos que iban a Santiago de Compostela para llegar hasta la fuente de San Benito y allí calmar su sed; desde este punto se dirigían a la iglesia de Santa Marina en pleno centro de Cañaveral.
Transcurre la primera parte de esta etapa por un sendero de marcado trazado, y es que gran parte de ese tramo se realiza por el denominado camino de la Plata.
A continuación se atraviesan pequeñas lomas que permiten disfrutar del paisaje y de la variada fauna que encuentra refugio en los campos y retamares. Salen al paso liebres (Lepus granatensis), perdices (Alectoris rufa), bandadas de abubillas (Upupa epops) e incluso algún pequeño zorro (Vulpes vulpes) que se avista escabulléndose entre los matorrales. Así, poco a poco, la etapa se acerca al embalse de Alcántara, otro más de los embalses que se encuentran en el recorrido del camino natural y que está incluido dentro de la Red Natura 2000 con la figura de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) denominada “Embalse de Alcántara”.
Al acercarse al pantano, el paisaje empieza a transformarse, el matorral da paso a olivos, encinas (Quercus ilex) y alcornoques (Quercus suber). Al llegar a la altura de una pequeña caseta, donde se puede reposar, el camino gira hacia la izquierda, tornándose ahora en una estrecha senda, con ligeras pendientes que termina entroncando con la carretera N-630 a través de unas escaleras realizadas con troncos de madera y encajados directamente sobre el terreno. Llegados a este punto se encuentra el primero de los puentes que se debe atravesar en esta etapa, contemplando desde el mismo unas espectaculares vistas del embalse y el río Tajo. En este punto el caminante podrá observar el viaducto que se ha construido para dar servicio al AVE, ejemplo de ingeniería moderna.
Se cruza el puente por el carril acondicionado para peatones para retomar la senda de nuevo a la salida del mismo. Durante esta parte del recorrido el camino natural discurre prácticamente paralelo a la vía del ferrocarril y a la carretera N-630 al aproximarse, hasta casi coincidir, el trazado de la etapa con la carretera en diversas ocasiones.
Posteriormente el camino cruza la carretera EX-373 que se dirige a Hinojal, para continuar de nuevo en estrecha senda y paralela a la carretera N-630 en dirección Cáceres.
En otras dos ocasiones se deben atravesar puentes, en una de ellas sobre el río Almonte y en otra para sobrevolar la vía del ferrocarril, que discurre paralela al arroyo Villoluengo. En este punto se encuentran de nuevo zonas en obras que coinciden con la traza del camino natural.
Después de las obras el trayecto cruza la carretera en varias ocasiones, saliendo de la senda para tal fin. De nuevo se atraviesa la carretera N- 630 para, realizando un quiebro en el camino, encaminarse hacia la carretera EX-302 que se dirige hacia Garrovillas de Alconétar. A partir de este momento, y hasta el final de la etapa, será esta carretera la compañera de viaje del caminante, quien, ora en paralelo, ora serpenteando y cruzando sobre ella, la tendrá como referencia. Será precisamente con la EX-302 con quien cruce de nuevo en las estribaciones del embalse de Alcántara sobre el arroyo de Araya. Solamente se separa de ella, brevemente, en el último tramo cuando la etapa circula por una estrecha senda que discurre entre formaciones rocosas muy llamativas y zonas arboladas, y que ofrece al viajero la posibilidad de descansar en un área habilitada para ello antes de llegar a su destino final en la famosa plaza de la Constitución de Garrovillas.
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Viaducto sobre el Río Tajo
Además de los retazos de historia que vamos encontrando al caminar, podremos ver en esta etapa una infraestructura de nuestra historia moderna, que por sus características y dimensiones, es un referente de la ingeniería mundial y que se ha construido para el tren de alta velocidad en España (AVE).
Este viaducto está situado en el subtramo Cañaveral - Embalse de Alcántara en pleno río Tajo, y es puente con arco de hormigón o acero, de alta velocidad, con mayor luz del mundo. Tiene una longitud de 1.488 metros, un vano central de 384 metros, un arco central de 324 metros y su altura media sobre el nivel del río es de 90 metros superando en algunos puntos los 100 metros.
Castillo de Floripes o Rocafrida
A la altura del cruce de la carretera N-630 con la carretera EX-373, en el embalse se pueden apreciar los restos del mismo. Realmente poco se puede ver a excepción de la torre del homenaje que se deja entrever entre las azules aguas en periodos de sequía.
La fortaleza fue construida en Alconétar para proteger la Vía de la Plata, en un punto de gran interés estratégico, ya que se emplaza en la frontera natural del Tajo.
Originalmente el castillo contaba con doble recinto de protección con varias torres, entre ellas tres albarranas. La torre de planta pentagonal está construida con sillares romanos que conforman sus cimientos y el Puente de Alconétar se encontraba originalmente unido a la fortaleza. El puente fue trasladado de lugar para preservarlo de la inundación, sin embargo no ocurrió lo mismo con el castillo debido al elevado coste de su traslado.
El castillo cuenta con la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Ruinas del Puente de Alconétar
Puente de la época de Trajano que fue trasladado aguas arriba en 1970 cuando se construyó el embalse. En su origen tuvo 250 m de longitud y trece arcos de medio punto, de los que hoy en día quedan cuatro.
Fue construido por el arquitecto Lucio Vivo en el siglo I d. C. Situado muy próximo a la desembocadura del río Almonte en el Tajo. Servía para sortear las aguas del río y formaba parte de una de las vías más importantes de la Península Ibérica, La Vía de la Plata que comunicaba Mérida con Gijón.
Garrovillas de Alconétar
Cabe destacar la plaza de la Constitución, considerada como una de las doce plazas mayores de España. Este increíble conjunto arquitectónico se compone de casas flanqueadas de dos plantas, con soporte en columnas de granito y arquerías de ladrillo. Las casas más antiguas fueron construidas en el siglo XV, de trazado gótico, aunque con muy clara influencia mudéjar. La plaza completa consta de 65 arcos y unos 103 ventanales. Tiene unas dimensiones de más de 4.000 m², de trazado rectangular, con cinco accesos de entrada. La plaza está considerada Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional. En las fiestas de San Roque es utilizada como coso taurino.
En esta localidad también destacan: la iglesia de San Pedro Apóstol del siglo XV, de sillería y estilo románico y gótico; la iglesia de Santa María de la Consolación, en la cual se encuentra un órgano considerado el más antiguo de la Península Ibérica, y el tercero más antiguo de toda Europa; el convento de las Monjas Jerónimas; el palacio de los Condes de Alba de Liste y el barrio judío que conforma un conjunto de calles estrechas y sinuosas donde se combinan el gótico y el mudéjar.
El Convento del Palancar
El santo extremeño, San Pedro de Alcántara, fundó entre el berrocal cercano a Pedroso de Acim y la fuente del Palancar un lugar donde resplandece “toda pobreza, aspereza y vileza”. Así se creó el Convento de Nuestra Señora de la Concepción del Palancar, que tiene un nombre muy largo comparado con el que se le conoce actualmente: el conventico.
A pesar de su austeridad, consta de todas las estancias de un convento: claustro, cocina, algunas celdas, todas ellas son minúsculas; tanto que dicen que San Pedro de Alcántara dormía sentado en una piedra y apoyando la cabeza en un madero pegado a la pared.
La belleza del paraje donde se encuentra el conventico, sin duda invita al descanso y el recogimiento espiritual.