Red de Caminos
Naturales
Etapa 29: El Puente del Arzobispo a Valdelacasa de Tajo
Descripción
Los primeros pasos en la provincia de Cáceres
El camino natural abandona la ciudad toledana de El Puente del Arzobispo, atravesando infinitos campos salpicados de olivos, almendros y encinas para llegar finalmente a Valdelacasa de Tajo.
La ruta comienza en el núcleo rural de El Puente del Arzobispo, en la margen izquierda del río Tajo, justo a la salida del puente de piedra del mismo nombre que la localidad, construido hace más de seiscientos años (ver cuadro informativo en el texto de la etapa 28). Dejando atrás el puente, la senda acompaña al cauce del río en los primeros 300 metros y ofrece una panorámica del pueblo muy pintoresca.
La primera parte del camino natural transcurre sobre una pista de fácil tránsito desde la que se observan extensos campos de cereal y olivares, que son la base de la economía agraria en la zona.
La vía se va alejando del río y, poco a poco, se transforma en un sendero algo más estrecho en el que la presencia de arbolado y los afloramientos rocosos son más frecuentes. Este trecho culmina con un pequeño ascenso hasta alcanzar el punto más elevado de la etapa, desde el que se puede apreciar la extensa superficie que ocupan los olivares, alcanzando el horizonte.
Se desciende ligeramente hasta encontrar un pequeño puente que sortea un cauce, seco en temporada estival. Siguiendo el recorrido se van encontrando las primeras ganaderías de bovino, que serán una constante hasta el final de la etapa. En diferentes puntos existen pasos canadienses que permiten controlar la circulación de las reses.
En determinadas zonas del trazado se pueden observar las instalaciones de canalización de agua mediante tuberías para abastecer los campos dedicados al cultivo. Tras cruzar varias portillas, se confluye con la carretera de Valdelacasa que une el inicio y el final de esta etapa. Hasta este punto, el viajero habrá recorrido aproximadamente diez kilómetros.
El recorrido prosigue entre las amplias llanuras que conforman los campos de cereal donde se pueden observar trabajos agrarios así como la presencia de ganado ovino y caprino. Al fondo, dibujada sobre el horizonte, se divisa la Sierra de Valdelacasa de la que destaca el Pico Cabras con 1.010 m de altitud. Este panorama permanece hasta llegar al pueblo de Villar del Pedroso, una encantadora localidad dotada de calles empedradas, a la que se llega tras atravesar la carretera que la une con El Puente del Arzobispo.
Una vez cruzada la localidad de Villar del pedroso, el camino continúa entre olivares y campos de cultivo hasta encontrarse con una ruta emblemática: el camino Real de Guadalupe. Aunque en principio lleva sentido suroeste, un cambio de dirección de 90 grados aproximadamente, a los cinco kilómetros de haber salido de Villar, hace que los últimos ocho kilómetros de la etapa se orienten hacia el noroeste. Durante el tramo final de la etapa, cerca de la margen derecha del camino, se encuentra el embalse de Pizarroso, aunque no se divisa desde el mismo.
Finalmente se alcanza el núcleo de población de Valdelacasa de Tajo, del que se pueden destacar el campanario de la iglesia parroquial de La Asunción, que sobresale por encima de los tejados de los demás edificios del pueblo, y la escultura zoomorfa de El Verraco.
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Información adicional
Iglesia Parroquial de la Asunción
Se trata de una construcción gótica, de los siglos XV y XVI, con cabecera poligonal cubierta por una bóveda de crucería. Tiene un pórtico renacentista que cubre la portada sur, que está construido por arcos y decorado con troncos.
El camino Real de Guadalupe
Utilizado primero por los romanos y más tarde por los árabes, tuvo un papel muy importante a partir de la construcción del monasterio de Guadalupe en el siglo XIII, siendo una de las vías de peregrinación que unían Castilla con el monasterio jerónimo.
Este camino se extendía desde Villar del Pedroso hasta Guadalupe; dejaba a un lado Carrascalejo y subía por la umbría de la sierra de Altamira en dirección al puerto de Arrebatacapas. Desde aquí descendía por la solana de la sierra hacia Los Gallegos, para después pasar por el collado de la Venta del Puerto. Seguía por el Salto de la Cabra, cruzando las cancheras por el portillo denominado del camino Real y desde aquí bajaba al valle de la Venta a pasar por los Caserones; que era donde estaba situada la venta que daba nombre a dicho valle. Desde este lugar continuaba paralelo al río Gualija en dirección hacia las Cabezuelas, y en sentido contrario al curso de este río.