Etapa 5: Villalba de la Sierra – Cuenca

La etapa arranca en un marco incomparable, con el panel interpretativo ubicado junto al río Júcar en la población de Villalba de la Sierra. Continúa el trazado cruzando el puente sobre el río y, a continuación, la carretera CM-2105. En este punto es necesario extremar las precauciones.

Los pasos del viajero pisan ahora un camino ancho de tierra que gira a la derecha poco después, según la señalización al efecto, para colocarse en paralelo al cauce del río Júcar, situación que no se abandonará en prácticamente la totalidad de la etapa.

Es momento para que los más curiosos se detengan frente a un interesante panel informativo que explica, con detalle, cómo se abastece la monumental ciudad de Cuenca de las aguas de excelentísima calidad de su sierra. La etapa avanza por un terreno de suave relieve, aunque no libre de pequeñas rampas de subida y bajada, con terrenos de cultivo de secano salpicados por manchas de pinar y monte mediterráneo que, en ocasiones, vegetan cercanos al cauce del río, con permiso del omnipresente bosque de galería.

Al superar el hito kilométrico 3 se alza frente al cicloturista el monumento a El Ganchero. Construido en acero autopatinable, lo que protege a la figura frente a la corrosión, esta escultura rinde homenaje al ancestral oficio de transportar las maderadas compuestas por fustes de pino laricio (Pinus nigra) por el curso alto del río Júcar y otros ríos y arroyos de la Serranía de Cuenca. La madera era llevada de esta manera hasta lugares más accesibles donde pudieran ser procesados o transportados los troncos por otros medios.

El trazado continúa jugueteando entre masas de pinar y cultivos, con el río Júcar siempre a la derecha protegido por su dosel vegetal de ribera. En el punto kilométrico 6 el cauce del río se acerca todavía más al Camino Natural. Durante más de 2 kilómetros, serpentea formando meandros de espectacular belleza, alcanzando el salto de agua de La Torre del que sale el caz por donde va ganando velocidad el agua hasta la cercana Central Hidroeléctrica de La Torre. Este es uno de los múltiples ingenios hidráulicos construidos en el curso alto del río Júcar y en parte de sus afluentes. Entre todos ellos, se pueden encontrar molinos harineros, fábricas de luz, batanes, herrerías y fábricas de papel que aprovechaban la fuerza del agua para sus actividades productivas.

Los kilómetros se van sucediendo compartiendo el viaje con el río Júcar. Tanto el itinerario como el cauce giran a la derecha para alcanzar, pocos metros después, el kilómetro 12 de la etapa. Una vez superado, aparece un panel interpretativo que cuenta la historia del puente de El Chantre, localizado junto al mismo. Parada obligatoria es este puente que debe su nombre a Nuño Álvarez Osorio. Promotor de la construcción original en el siglo XV, una de sus numerosas ocupaciones a lo largo de su vida profesional fue, durante treinta años, la de director del coro de la catedral de Cuenca, cargo conocido como Chantre. Ha sido reconstruido en dos ocasiones, la primera en 1882 por el Ayuntamiento de Cuenca al encontrarse hundido, según documentos escritos de la época, y la segunda, en 2010, por la Diputación Provincial de Cuenca, debido al derrumbe parcial sufrido en 2013 debido a las abundantes lluvias. En la actualidad, junto con el área recreativa homónima, es un lugar ideal para disfrutar del entorno fluvial que brinda el río Júcar.

El trayecto continua nuevamente en predominante dirección sur. Ante el aventurero el mosaico paisajístico formado por masas de pinar multiespecíficos donde conviven varias especies de pinos autóctonos peninsulares, masas de encinares y quejigares con sotobosque de matorral mediterráneo y bosques de galería desarrollados a ambos lados de los cauces. Todo ello salpicado con terrenos agrícolas de secano.

Poco después se supera el hito kilométrico 14. Comienza de este modo un tramo de poco más de un kilómetro que avanza por la carretera CM-2104, donde senderistas y cicloturistas deberán extremar las precauciones y cumplir la normativa de tráfico vigente. Después, se continua por el conocido como Camino de San Isidro, donde una acera pavimentada de color verde en el lado izquierdo marca el camino a los senderistas, debiendo los cicloturistas proseguir por el lado izquierdo de este camino asfaltado.

Las aguas esmeralda del río Júcar siguen su curso junto al viajero que continúa avanzando por el trazado. Poco antes del kilómetro 17 de la etapa las señales direccionales indican que se abandona el citado Camino de San Isidro, tomando la pista de tierra de la derecha para seguir caminando junto al río Júcar.

El senderista se zambulle plenamente en la Hoz del Júcar, donde es frecuente encontrar escaladores practicando su deporte favorito en los cortados debidamente equipados, y que bien pueden refrescarse en la conocidísima Fuente de Martín Alhaja. A la altura del desvío hacia la derecha del conocido como Puente de Las Grajas, el viajero de Caminos Naturales debe hacer caso omiso y tomar la senda de la izquierda. El camino entonces se estrecha a la par que gana en belleza, avanzando por un tramo de menos de 1 kilómetro donde el trazado se pega al farallón de roca alternando rampas de subida, al principio, y predominando la bajada en la parte final.

El camino se ensancha poco antes de alcanzar el kilómetro 19, abriéndose al paisaje formado por el Júcar y su hoz, pudiendo pasar desapercibidos para el viajero elementos como la ermita de San Isidro o la antigua central hidroeléctrica de El Batán. Ensimismado con esta bella panorámica superará, casi sin darse cuenta, el punto kilométrico 20, al mismo tiempo que la monumental ciudad de Cuenca se erige sobre el cortado, alcanzando poco después el paraje conocido como Recreo Peral. Una vez más, el punto final del recorrido está marcado con un panel interpretativo situado a los pies del río Júcar y de la ciudad de Cuenca.