Red de Caminos
Naturales
Etapa 3: Refugio de El Pilar - Faro de Fuencaliente
Descripción
La ruta de los volcanes
El tramo final de “El Bastón” coincide con una de las rutas más emblemáticas de La Palma: la Ruta de Los Volcanes. Este camino, frecuentado desde el siglo XVII, era conocido como el “Camino de los Palos Jincados” debido a los palos que se clavaban en el terreno para servir de guía a los viajeros. Actualmente, recorrerlo es como hacer un viaje a través de la historia volcánica de la isla, donde se camina entre calderas y volcanes, sobre lavas y cenizas volcánicas, muchas de las cuales e corresponden a las últimas erupciones en la isla previas a la del Tajogaite. A lo largo del trayecto se tiene la oportunidad de explorar casi todos los pisos de vegetación del sur de la isla: desde los frondosos pinares y crespales hasta las comunidades pioneras que sobreviven en los malpaises, tabaibales o saladares.
Durante toda esta etapa se discurre, excepto en los alrededores de Los Canarios, por espacios naturales protegidos, incluyendo el Parque Natural de Cumbre Vieja, brevemente por el Paisaje Protegido de Tamanca y el Monumento Natural de los Volcanes de Teneguía.
Esta etapa comienza en el área recreativa de El Pilar, una de las más populares de la isla por su situación, su acceso relativamente sencillo y sus excelentes instalaciones, que incluyenb un centro de información ambiental. Conviene tener en cuenta que una vez dejada atrás el área recreativa, la siguiente posibilidad de abandonar fácilmente la ruta o de conseguir agua es en el área de descanso de Fuente de los Roques, a 14 km del inicio, así que conviene afrontar esta etapa con buena preparación y provisiones.
El camino se interna de inmediato en un pinar que va ganando altura por la ladera del pico Birigoyo. En este primer tramo se alterna un pinar de repoblación con un pinar más maduro en que el pino canario (Pinus canariensis) está acompañado por especies arbustivas subhúmedas como el codeso de monte (Adenocarpus foliolosus), el amagante (Cystus symphitifolius), el escobón (Chamecytisus proliferus) o el poleo de monte (Bystropogon origanifolius).
A medida que se asciende, se encuentra un pequeño mirador con una mesa panorámicaque ofrece vistas espectaculares del valle de Aridane. El camino continúa rodeando el monte por el oeste, llegando a una pista más ancha por la que se discurre brevemente antes de abandonar tanto la pista como el Birigoyo.
A partir de este punto, con el comienzo de la ascensión al cráter de Hoyo Negro, la denominación de Ruta de los volcanes comienza a hacer honor a su nombre. Este cráter es testigo, junto al cráter del Duraznero que se visitará más adelante, de una de las erupciones sucedidas en el siglo XX, concretamente la de 1949. Durante el ascenso, el pinar se ha ido haciendo cada vez más escaso en favor de una formación de matorral de escasa cobertura característica de los lapillis y arenas volcánicas de erupciones recientes, el crespar. Entre las especies que se encuentran en esta área están la crespa (Plantago webii (un endemismo de las Islas Canarias), y endemismos palmeros como el tomillo palmero (Micromeria herpyllomorpha), la hierba pajonera (Descurainia gilva) o el rosalito (Pterocephalus porphyranthus).
Durante estos primeros kilómetros de etapa, la altitud marca el predominio de un matorral bajo y resistente, adaptado a las duras condiciones climáticas del lugar, destacando de entre todas las especies el tajinaste rojo o rosado (Echium wildpretii) que con sus espectaculares flores da color a una de las típicas instantáneas de la isla de La Palma.
Se deja el pico Nambroque a la izquierda mientras el sendero desciende a media ladera hacia las lavas de la Malforada, un impresionante paraje formado por la colada de lava del Duraznero. Posteriormente, se rodea por la derecha la montaña del Fraile y el camino alcanza su punto más alto al llegar a las Deseadas, un volcán con dos cimas casi gemelas separadas por su cráter, que representa la máxima altura que se alcanza en esta etapa.
A continuación, se entra en una especie de valle cerrado, donde un ligero ascenso lleva a un antiguo cráter que parece un valle cerrado cubierto de lapilli producto de la erupción del volcán El Charco. A partir de este punto, el resto de etapa es un descenso casi continuo. El sendero rodea consecutivamente montaña Cabrera, la Hoya de la Manteca y el volcán de Martín, cuyas tonalidades rojizas destacan sobre los tonos grises de los alrededores. El camino bordea estos volcanes por su cara oeste y continúa en dirección a la montaña Pelada, dejando atrás el paisaje de matorral para volver a entrar en el piso del pinar.
Un sendero a media ladera rodea la montaña de Fuego. Justo antes de dejarla atrás, un desvío permite acceder al área recreativa de la Fuente de los Roques, donde se puede recargar agua o abandonar la ruta en caso de tener necesidad ya que es posible llegar en automóvil. De vuelta a la ruta, el sendero continúa descendiendo por el pinar. En esta ladera, con menos humedad, la vegetación acompañante ha cambiado a especies como el jaguarzo (Cistus monspeliensis) o el espinero (Rhamnus crenulata).
Después de más de dos kilómetros de descenso entre pinos por un sendero delimitado por rocas, se llega a una pista ancha que conecta con la localidad de Los Canarios. En ese punto se cruza esta etapa del GR 130 con el final de la etapa 6 y el inicio de la etapa 7 del GR 130. Se retoma el sendero descendiente, que se vuelve a topar brevemente con la misma pista de antes y, medio kilómetro después, con una pista asfaltada que lleva a la zona deportiva de Los Canarios. Antes de cruzar la pista, si se camina por ella en dirección oeste se puede llegar a un área de descanso. Después de cruzar, se desciende por una cuesta empedrada que termina a los pies de la iglesia de San Antonio Abad. Como curiosidad, las campanas de este templo se instalaron en 1867 con donaciones de vecinos emigrados a Cuba, junto a una estatua de bronce erigida en honor a los caminantes que recorren día a día los senderos de La Palma.
Desde la plaza, comienza el descenso por la calle José Pons, que lleva a la carretera General. Se recorren apenas unos metros antes girar a la derecha en la calle Emilio Quintana Sánchez, y posteriormente tomar la carretera de Las Indias, LP-209, hasta llegar a la calle de los Volcanes. Tras cruzar de nuevo la carretera, se continúa recto hasta el volcán San Antonio. A sus pies se halla el Centro de Visitantes Volcanes de Fuencaliente, un centro interpretativo sobre el vulcanismo palmero y canario.
El camino toma un sendero que parte a la derecha del recinto del centro de visitantes, y va descendiendo hasta una pista de buen ancho que va rodeando el volcán. A la derecha se puede observar, primer, el Roque de Teneguía, donde se encontraron una serie de grabados aborígenes y, posteriormente el volcán al que dio nombre, responsable de la erupción de 1971.
El camino hace un giro de casi 180 º para dirigirse hacia el volcán de Teneguía. En esta zona, donde el terreno apenas permite el crecimiento de arreboles (Echium breviame) o los tomillos palmeros (Micromeria herpyllomorpha), el ser humano ha sabido sacarle partido al terreno con la plantación de viñedos, que ocupan casi cualquier superficie susceptible de ser cultivada. Medio kilómetro antes de llegar al volcán, el camino vuelve a cambiar de dirección, tomando una pista en dirección sur que discurre sobre las lavas del volcán, entre el cono volcánico y la montaña del Mago.
El camino se encuentra con la carretera LP-207, con la que se cruza hasta en dos ocasiones más mientras continúa el descenso hacia el faro de Fuencaliente. El faro y las salinas de Fuencaliente, que son visibles hacia el sur, son una importante referencia en la ruta. Las salinas están declaradas Sitio de Interés Científico, siendo la única explotación de este tipo en La Palma y punto de reunión para las aves limícolas. A lo largo del trayecto hasta el faro, el paisaje está dominado por tabaibas (Euphorbia sp.), arreboles, iramas (Schizogyne serícea) o verodes (Kleinia neriifolia), especies adaptadas al suelo volcánico a la acción de los vientos salinos.
El camino concluye finalmente a la plataforma donde se asienta el faro de Fuencaliente, o más bien los faros. El edificio original fue el segundo faro construido en La Palma, en 1899, aunque no entró en servicio hasta 1904. Aparte del deterioro por su localización, sufrió muchos daños durante la erupción del Teneguía, por lo que se construyó otro a su lado en 1983. No obstante, el faro primigenio se rehabilitó en 2006 como centro de interpretación de la reserva marina de la isla de la Palma.
Aunque el punto final de este viaje que comenzó en el puerto de Tazacorte es el faro, no está de más acercarse a visitar las playas que lo rodean y darse un merecido baño si el oleaje y el tiempo son adecuados.
Enlaces de interés
- Ayuntamiento de Barlovento
- Ayuntamiento de El Paso
- Ayuntamiento de Fuencaliente de La Palma
- Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma
- Ayuntamiento de La Villa de Mazo
- Salinas de Fuencaliente
- Centro de interpretación Reserva Marina de La Palma (Faro de Fuencaliente)
- La Palma. Reserva de la Biosfera
- Turismo de La Palma
- Cabildo Insular de La Palma
- Gobierno de La Palma
Perfil
(calculado según criterios MIDE para un excursionista medio poco cargado)
Destacados
Información adicional
Las últimas erupciones en La Palma
Cumbre Vieja, es una de las dos principales zonas volcánicas de la isla de la Palma, junto con la zona del Dominio Taburiente, al norte de la isla, y actualmente inactivo. El Dominio Dorsal, al sur de la isla, está compuesto por Cumbre Vieja y Cumbre Nueva, y ha sido protagonista de las últimas erupciones registradas en la isla de La Palma. A continuación, se mencionan las fechas y el nombre que se le dio al volcán causante de la erupción:
1470-1492: Montaña Quemada.
1585: Volcán de Tajuya.
1646: Volcán de Martín.
1677: Volcán Fuencaliente.
1712: Volcán de El Charco.
1949: Volcán San Juan (cráteres del Duraznero, Hoyo Negro y Llano del Banco).
1971: Volcán Teneguía.
2021: Tajogaite.
Los cráteres y volcanes de casi todas estas erupciones históricas son visitados durante la Ruta de los Volcanes.
Salinas de Fuencaliente
Las Salinas de Fuencaliente, impregnadas de una rica tradición familiar, constituyen un escenario donde convergen la destreza artesanal y la producción de sal marina. Este espacio, caracterizado por sus contrastes cromáticos que crea una magia impresionante, se ha convertido en una empresa arraigada a la naturaleza de la isla, trascendiendo a lo largo de generaciones.
El legado artesanal ha perdurado en el tiempo tras la erupción del volcán Teneguía, en 1979, que dejó su huella, paralizando la construcción de las salinas durante un año. Este vínculo con la historia y la naturaleza ha atraído la atención de ornitólogos, botánicos y científicos, culminando en su designación como Espacio Natural de Sitio de Interés Científico en 1994 (LENAC 12/1994, de 19 de diciembre).
Desde el inicio de su actividad, en 1967, las Salinas de Fuencaliente han experimentado un crecimiento constante, alcanzando su extensión actual de 35,000 m2, respaldadas por programas de la UNESCO en 1994. Este complejo salinero se erige como un referente en las visitas naturales y paisajísticas de la isla, fusionando de manera única aspectos históricos, culturales, naturales, botánicos y geológicos.