Red de Caminos
Naturales
Etapa 7: Los Canarios (Fuencaliente) - Villa de Mazo
Descripción
Caminando entre pinos, volcanes y viñedos
La etapa 7 del Camino Natural de La Palma, con un recorrido de 15 kilómetros, comienza en Los Canarios a 820 metros de altitud y ofrece un recorrido que combina paisajes urbanas, agrícolas y volcánicos. Inicialmente, el camino cruza un pinar con un distintivo suelo volcánico y sigue por la vertiente sureste de la isla, bordeando el Parque Natural de Cumbre Vieja y pasando por la Plaza del Pino de la Virgen antes de cruzar las históricas coladas del volcán de Martín de Tigalate. El sendero desciende hacia Monte de Luna, donde se adentra en una una pista agrícola que revela la vida rural de la isla. Tras cruzar la carretera LP-2, la ruta continúa hacia la Villa de Mazo, recorriendo zonas agrícolas y pasando junto al cementerio municipal. La etapa concluye en la zona recreativa Montaña de las Toscas, cerca de El Pueblo, ofreciendo un final tranquilo en un entorno natural.
La etapa 7 del Camino Natural de La Palma, también conocida como el Camino Real de la Costa y Medianías, se inicia en la localidad de Los Canarios, en la intersección con la etapa 3 del GR-131. Partiendo a unos 820 metros de altitud, el sendero arranca a solo 400 metros al este del área recreativa del Pino de Santo Domingo.
El sendero avanza hacia la derecha, por un camino terroso flanqueado por muros de piedra de baja altura. A medida que se recorre, se atraviesa un extenso pinar de Pinus canariensis, cuyo intenso verde contrasta con el negro del suelo volcánico. Este suelo está compuesto principalmente por antiguas coladas de lava erosionadas, cubiertas de pequeñas rocas y minerales como ceniza y piroclastos. El potente azul del Atlántico al este y el dorado de las acículas caídas de los pinos completan el cuadro paisajístico.
A lo largo del camino, es fácil avistar algunas de las especies más destacadas de la fauna palmera, como las urracas (Pica pica), los lagartos gigantes de La Palma (Gallotia auaritae) y los lagartos tizones (Gallotia galloti palmae) con sus tonos azulados.
El sendero va girando gradualmente hacia la derecha, bordeando el extremo sur de la isla y adentrándose en su vertiente sureste. Desde aquí, continúa en dirección norte hacia la Villa de Mazo, siguiendo la linde del Parque Natural de Cumbre Vieja por su margen izquierdo.
Tras algo más de 2,5 kilómetros, el camino se adentra durante unos 600 metros por la pista que conduce a la Fuente de los Roques, donde se encuentra la Plaza del Pino de la Virgen. En este apacible lugar, un majestuoso pino alberga la imagen de una Virgen adosada a su tronco, venerada cada segundo domingo de agosto con una romería que parte desde Los Canarios.
Una vez superado el Pino de la Virgen, la etapa 7 continúa recto por la pista durante unos 800 metros. Aquí, el suelo asfaltado da paso a un empedrado que asciende suavemente antes de adentrarse en las coladas del volcán de Martín de Tigalate. Esta erupción, que comenzó a finales de 1646 y duró aproximadamente 82 días, dejó un paisaje que parece sacado de otro mundo, con un terreno agreste y primitivo que evoca un paisaje lunar o extraterrestre. A pesar de las duras condiciones geológicas, la naturaleza ha encontrado su camino, y el caminante puede observar cómo han prosperado capas de liquen, matorrales y especies como el bejeque (Aeonium spathulatum), el poleo (Bystropogon origanifolius), la calcosa (Rumex lunaria), helechos (Notholaena marantae, Cosentinia vellea) y formaciones de tabaibal-cardonal, que añaden vida y color a este asombroso escenario volcánico.
Superadas las coladas del Martín, el camino atraviesa un entorno más húmedo, donde la vegetación se vuelve más exuberante y diversa. Aquí, el suelo varía entre una calzada de piedra y un terreno arenoso, y es fácil encontrar arbustos de mayor porte como el brezo (Erica arborea), la faya (Myrica faya) y el acebiño (Ilex canariensis), siempre rodeados de los omnipresentes pinos canarios. Después de recorrer 500 metros en este entorno más frondoso, la etapa regresa brevemente a las coladas del Martín antes de iniciar un descenso suave que deja atrás la zona boscosa y se adentra durante 200 metros en la zona norte de la barriada de Monte de Luna.
El camino gira luego a la izquierda para tomar una pista que atraviesa zonas predominantemente agrícolas, donde los viñedos se mezclan con los pinares, todo ello delimitado por los característicos muros de piedra. Este tramo, de 1,5 kilómetros, supone uno de los mayores desafíos de la ruta, ya que el sendero sube unos 25 metros antes de girar a la derecha por una zona acondicionada con escalones. Aquí el camino desciende en paralelo al barranco de Meredos, pasando por las últimas viviendas de la barriada hasta llegar a la carretera LP-2.
A los 6,7 kilómetros de recorrido, la etapa cruza la citada carretera y continúa paralela a ella por un paseo habilitado en su margen derecha, volviendo a cruzarla unos 300 metros más adelante, frente a una zona de descanso. Pocos después, el sendero atraviesa un pequeño torrente y gira a la izquierda para incorporarse a una nueva pista que le conduce en dirección a Villa de Mazo.
En este tramo, la pista continúa a través de la zona agrícola, cruzando dos pequeños cursos de agua antes de conectar con un sendero que lleva directamente hasta la puerta del cementerio municipal de la Villa de Mazo. Desde aquí, siguiendo en línea recta por la calle del cementerio, el camino atraviesa el barrio de Tigalate hasta incorporarse a la carretera LP-206. Durante 1,6 kilómetros, la ruta discurre en paralelo a la carretera cruzándola en varios puntos y compartiendo trazado con ella en algunos tramos, por lo que es importante extremar la precaución.
Al llegar al barrio de Tirimaga, el camino continúa recto por el Camino Viejo durante 2,2 kilómetros, llevando al caminante hasta el barranco de San Simón. Después de cruzar el barranco, el sendero sigue por una pista paralela a la carretera LP-206 durante 1,2 kilómetros, conduciendo al Camino de Las Tocas, ya a las afueras de la localidad de La Sabina. Desde aquí, la etapa recorre sus últimos metros hasta llegar a la zona recreativa Montaña de las Toscas, situada a tan solo 5 kilómetros de El Pueblo, el principal núcleo de la Villa de Mazo.
Perfil
(calculado según criterios MIDE para un excursionista medio poco cargado)
Destacados
Información adicional
Fuencaliente de La Palma
Este encantador municipio en el sur de La Palma, es un tesoro de patrimonio cultural y natural. Conocido por sus antiguas fuentes de aguas termales y su profundo vínculo histórico con la colonización española desde el siglo XV, Fuencaliente se despliega en pintorescos núcleos como Los Canarios, Las Indias y otros barrios como Los Quemados y La Fajana.
Entre sus joyas naturales destacan el impresionante Parque Natural de Cumbre Vieja, las Salinas de Fuencaliente y el imponente Volcán San Antonio, mientras que los históricos faros de Fuencaliente añaden un toque distintivo a su costa. La economía local se basa en un próspero sector agrícola, destacando los cultivos de plátanos y viñedos que dan origen a la mayoría de los vinos con Denominación de Origen La Palma, celebrados cada año en la Fiesta de la Vendimia. Además, en este municipio se puede disfrutar de ricos pescados y mariscos, así como de actividades de turismo activo como el senderismo y el buceo.
Villa de Mazo
Este municipio situado al sureste de La Palma y limitando con el Atlántico, está repleto de historia, cultura y belleza natural. Con sus catorce barrios, destaca El Pueblo, la capital municipal, donde la Casa Consistorial y la Parroquia de San Blas, del siglo XV, se alzan como monumentos históricos. Fundada tras la llegada de los conquistadores españoles en 1492, la localidad es conocida por su paisaje volcánico, suelos fértiles ideales para la vid Malvasía y su rica tradición artesanal en cestería y bordados, que se exhibe en el animado Mercadillo Municipal.
Los visitantes pueden sumergirse en la historia y naturaleza explorando el Parque Arqueológico Belmaco, famoso por sus petroglifos, o disfrutando de rutas de senderismo que conectan la costa con en impresionante el Parque Natural de Cumbre Vieja. Las festividades de Corpus Christi, con sus arcos y alfombras florales, son un espectáculo cultural que no se puede perder. La gastronomía local añade un toque auténtico e inolvidable a la experiencia, con delicias como pescado fresco, quesos acompañados con mojo y vinos de bodegas locales, que capturan la esencia de La Palma en cada bocado.