Red de Caminos
Naturales
Etapa 2: San Juan de Puntallana - Barlovento
Descripción
Recorriendo las tierras más fértiles de La Palma
La segunda etapa del Camino Real de la Costa y Medianías ofrece un hermoso paseo desde la iglesia de San Juan de Puntallana hasta Barlovento, en el extremo norte de La Palma, atravesando las tierras más fértiles y mejor acondicionadas para la agricultura de la isla. Con un desnivel acumulado de 1.110 metros debido a los cinco profundos barrancos que se cruzan, esta etapa está llena de leyendas, como la del "Salto del Enamorado". Paradas obligatorias incluyen el casco histórico de San Andrés y el Barranco de Nogales, destacando la riqueza histórica y la belleza natural del recorrido.
La etapa arranca junto a la Iglesia de San Juan de Puntallana, comenzando un recorrido que sube y baja a través de algunos de los barrancos más antiguos de la costa noreste de la isla, para terminar en Barlovento. En la calle Procesiones, justo detrás de la plaza de Puntallana y al lado a su mencionada iglesia, se encuentra el panel informativo que indica el inicio de la etapa. Desde este punto, ya se pueden disfrutar las impresionantes vistas panorámicas del recorrido, con el entorno rural de la localidad, los riscos y el océano Atlántico, que acompañará la ruta a lo largo de todo el trayecto hacia el este.
El recorrido parte hacia el norte, iniciando un pronunciado descenso por las calles del entorno urbano de Puntallana, a 410 metros de altitud, caracterizado por su arquitectura tradicional y su entorno agrícola. En el camino se pasa junto al Museo Etnográfico Casa Luján, la Fuente de San Juan, un paraje ideal para disfrutar de la calma y la belleza del paisaje de Medianías, y el albergue juvenil. Poco después, en un cruce de caminos, el sendero se desvía hacia la derecha, alcanzando la carretera LP-102 por la calle Martín Luis.
Este tramo, asfaltado y flanqueado por muros de roca que protegen las fincas agrícolas, conduce a la carretera principal, donde se debe girar a la izquierda y caminar unos pocos metros antes de desviarse nuevamente, esta vez hacia una pista agrícola rodeada de viñedos y plataneras. Este desvío marca el punto en el que el viajero abandona el asfalto para adentrarse en los caminos rurales, conectando con la naturaleza y alejándose del entorno urbano.
El sendero continúa por aproximadamente kilómetro y medio, bien señalizado y delimitado en varios puntos, superando la pronunciada pendiente de este sector de la isla. Aquí, los barrancos y las antiguas coladas volcánicas, vestigios del primitivo volcán que originó La Palma hace más de dos millones de años, dominan el paisaje. A lo largo del camino, rodeado de exuberante vegetación costera y extensas fincas agrícolas, principalmente plataneras, algunas de ellas cubiertas por invernaderos, destaca el hermoso y verde paisaje conformado por la vegetación de los acantilados costeros. Estas especies vegetales de tipo halófilo están adaptadas al ambiente salino. Entre ellas destacan el tabaquero (Aeonium palmense), la cerraja (Sonchus bornmuelleri), los salados (Schizogyne serícea) y las siemprevivas (Limonium pectinatum var. solandri, L. imbricatum) entre otras.
En una pequeña vaguada, antesala de los profundos barrancos que hay que sortear, se encuentra una zona de descanso ideal para reponer fuerzas. Tras cruzar esta vaguada, el trazado continúa descendiendo sorteando tres pequeños barrancos. Una vez cruzado el último de ellos, el camino gira levemente a la derecha para incorporarse en el camino pavimentado de La Lomada. Tras avanzar 300 m en claro descenso, el recorrido gira a la izquierda y continúa en dirección norte durante aproximadamente 400 m por la carreta de Nogales.
Esta vía cuenta con un desvío que conduce a la conocida playa de Nogales. Posteriormente, el sendero se adentra de nuevo en una pista agrícola que atraviesa un pequeño barranco y se acerca al primer gran desafío de la etapa: el imponente Barranco Hondo de Nogales. Aquí el trazado desciende casi 100 m de altitud, para llegar a los 20 metros sobre el nivel del mar, para posteriormente ascender por un sendero zigzagueante y vallado que asciende hasta los 230 m de altitud.
Superado este gran obstáculo, la segunda etapa del camino continúa durante 2 km, bordeando el acantilado de Bajamar de La Galga. A lo largo de este tramo, el viajero irá sorteando estrechos senderos, plataneras y pistas agrícolas que facilitan el acceso a las plantaciones. Según la tradición palmera, en este acantilado tuvo lugar la leyenda del Santo del Enamorado. Durante este tramo, la epata transcurre de nuevo rodeada de vegetación autóctona costera, junto a plataneras, viñedos y pequeñas huertas, hasta adentrarse en el barrio de la Galga. Aquí, se pueden apreciar también especies de vegetación de roca como el cardón (Echio breviramis-Euphorbietum canariensis) o los tarajales costeros (Tamarix canariensis).
Tras rodear la Punta de La Galga, el camino supera el pequeño barranco del mismo nombre y desciende por el camino de Bajamar hasta el fondo. Desde allí, gira a la izquierda y asciende por un sendero que recorre las paredes del barranco, compuestas por impresionantes columnas basálticas, hasta enlazar con el camino del Garachico. Unos metros más adelante, el recorrido llega hasta un cruce y vira a la derecha, incorporándose a una carretera asfaltada. Durante algo más de un kilómetro transita entre plataneras y balsas de riego, rodeando así la Punta del Guincho y pasando junto a varias viviendas pertenecientes a los barrios de Garachico y San Juan antes de alcanzar el barranco de San Juan.
El descenso de este nuevo barranco, de aproximadamente 100 m, está bien acondicionado con barandillas de madera y escalones de roca para facilitar el descenso y evitar posibles caídas. Una vez en la parte más profunda del barranco, debemos introducirnos momentáneamente en la playa antes de comenzar un ascenso suave por una pista cementada que nos llevará hasta la puerta del cementerio de San Andrés. Lugar que marca la mitad de nuestro recorrido. Es buen momento para detenerse y echar la vista atrás para contemplar la belleza del barranco que acabamos de descender y de su entorno. En el barranco de San Juan se encuentran varios yacimientos arqueológicos, que se pueden visitar en el parque Arqueológico el Tendal, situado en la barriada de San Juan.
El siguiente tramo de la ruta transcurre a lo largo de un kilómetro entre plataneras, siguiendo el camino asfaltado de San Sebastián. Pasa junto al calvario y a la ermita del Pilar y San Sebastián, para adentrarse e en la pintoresca localidad costera de San Andrés. Este barrio destaca por su arquitectura tradicional palmera y es uno de los más bonitos y mejor conservados de la isla. Pasear por sus calles empedradas, junto a la iglesia de San Andrés Apóstol, hasta alcanzar el océano a través del Barranco del Agua, donde se haya un antiguo horno de cal, rodeado de las imponentes cimas de las palmas, ofrece una experiencia que parece detener el tiempo.
Continuando por los caminos asfaltados de la Cruz Grande y de La Calzada, San Andrés y el océano quedan atrás y comienza una notable subida, de un kilómetro y medio, para llegar al centro neurálgico de Los Sauces, a 270 m sobre el nivel del mar, alcanzando la Plaza de Monserrat y el parque de Antonio Herrera. Aquí el caminante se encuentra con la parroquia de Monserrat y las hermosas casas y edificios de estilo colonial palmero, además, de establecimientos, bares y cafeterías para recuperar fuerzas antes de afrontar los últimos kilómetros de la etapa.
Desde aquí, la etapa cruza la carretera LP-1 y pasa por la puerta del ayuntamiento de la localidad. Después gira hacia la derecha y recorre la calle Ciro González. Al final de esta calle, vuelve a girar a la derecha por la calle Abraham Martín recorriéndola hasta rodear el mirador de la Cruz de La Loma.
A partir de aquí, comienza el descenso por el último gran barranco de la etapa: el barranco de la Herradura o de la Barata, situado a 100 m sobre el nivel del mar. El descenso comienza en el barrio de El Poiso, y sigue por un sendero bien señalizado. Este sendero cruza la carretera LP-1 unos metros más abajo y desciende hasta llegar a la parte más profunda del mismo, donde comienza el término municipal de Barlovento.
Una vez superada la parte más profunda del barranco de la Herradura o de la Barata, el recorrido inicia una pronunciada subida. Este ascenso permite distinguir los cambios de paisaje, así como los distintos pisos bioclimáticos de la isla. Después e unos metros de subida, la etapa cruza por última vez la carretera LP-1, introduciéndose de lleno en la inclinada pared del barranco por medio de un zigzagueante sendero. De nuevo el ascenso se encuentra bien delimitado y acondicionado tanto con barandillas, como con escalones empedrados para facilitar la subida. Durante el ascenso, destaca el paisaje del entorno con ricos suelos y cuevas en las paredes del barranco, así como la vegetación que se aferra a las rocas, incluyendo tabaibales y cardonales.
Una vez finalizada la subida por la escarpada pared del barranco, es recomendable detenerse a disfrutar de las vistas desde esta altitud. Desde aquí es posible divisar el océano a lo lejos, la localidad de los Sauces y los bosques húmedos más próximos a medida que se asciende. El sendero continúa adentrándose en la barriada de Las Cabezadas por la calle Loma de la Florida donde gira a la izquierda para incorporarse a la carretera LP-107, con la que compartirá parte del recorrido en este último tramo de etapa. Después de caminar unos 600 metros por LP-107, el camino gira a la derecha, pasa frente al colegio CEIP Las Cabezas y se introduce en una pista de tierra que conduce a la calle Lomo Romero. Allí gira a la izquierda para volver a encontrarse con la carretera tras una pronunciada cuesta.
Siguiendo la carretera, en dirección norte, el camino se enfrenta a una nueva subida situada a la izquierda. Esta vez, el sendero, se adentra en una pista de tierra y roca. Esta subida atraviesa un bonito bosque, característico de esta área de la isla, que es mucho más húmeda y frondosa, pues se dan las condiciones propias para la vegetación de Monteverde. Aquí empezarán a aparecer ejemplares de Pinus Cannariensis, fayas, poleo de monte (Bystropogon origanifolius var. palmensis), amagante (Cistus symphytifolius) y corazoncillo del pinar (Lotus hillebrandlii) entre otras especies.
Después de recorrer y ascender durante 500 m por la zona más boscosa, el camino vuelve a cruzarse con la carretera LP-107. Tras una curva, gira de nuevo a la izquierda por un pequeño sendero que asciende hasta la barriada de Lomo Machín. Aquí continúa recto entre bonitas viviendas y parcelas agrícolas, donde las huertas han reemplazado a las plataneras. Un poco más adelante, gira a la derecha siguiendo el camino de Lomo Machín Alto.
A pocos metros vuelve a girar a la izquierda continuando en dirección norte hasta llegar a la calle Las Paredes. Desde allí, el camino busca la calle Barranquito del Rey, que tras 200 metros, siempre girando hacia la izquierda, conduce hasta la intersección con la carretera LP-1. Al cruzar al otro lado de la carretera, junto al aparcamiento de un restaurante, se ubica el panel informativo que indica el fin de esta dura pero bonita etapa del Camino Natural: Camino Real de La Costa y Medianías.
Perfil
(calculado según criterios MIDE para un excursionista medio poco cargado)
Destacados
Información adicional
Parque Natural de las Nieves
El Parque Natural de las Nieves, fue designado Parque Natural en 1994 y Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1983. Se ubica en las laderas orientales y nororientales de La Palma, abarca 5.094 ha y se extiende por los municipios de Santa Cruz de La Palma, Puntallana y San Andrés y Sauces, alcanzando hasta 2.300 metros en el borde superior de la Cadena de Taburiente.
Este parque es un ejemplo destacado del bosque de laurisilva canaria, con alta humedad y numerosos nacimientos de agua, como el Cubo de la Galga y el bosque de Los Tilos. Exhibe distintos pisos de vegetación, desde monteverde y pinar hasta sabinares y bosques termófilos, y alberga especies endémicas como el pino canario y el cabezón de La Palma. La fauna incluye aves como canarios y cernícalos, reptiles como lagartos tizones, y anfibios como la ranita de San Antonio.
San Andrés y Sauces
San Andrés y Sauces, situado al noreste de La Palma en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, fue el cantón Benahorita de Adeyahamen antes de la conquista, conocido por sus nacimientos de agua. El municipio incluye varios núcleos, destacando la Villa de San Andrés, con su arquitectura colonial y la Iglesia de San Andrés Apóstol, y Los Sauces, conocido por sus plazas animadas y referencia al sauce canario. Alberga el Bosque de Los Tilos, parte del Parque Natural de Las Nieves, y la franja costera con las piscinas naturales de Charco Azul y playas de Espíndola.
Desde el siglo XVI, destaca en producción agrícola, cultivando plátano, ñame y caña de azúcar, y ofreciendo una rica gastronomía local. El municipio celebra numerosos eventos culturales, deportivos y festivos, destacando las fiestas patronales en honor a la Virgen de Montserrat en septiembre, y festividades como la Boda de los 60s y el Entierro de la Sardina en Carnaval.