Red de Caminos
Naturales
Etapa 20: Cala Sant Esteve - Maó
Descripción
Recorriendo el legado histórico de la isla
La última etapa del Camí de Cavalls parte desde la cala de Sant Esteve, remonta un pequeño desnivel y continua por un vial urbano que ofrece unas magníficas vistas de la entrada del puerto de Maó. Una vez deja atrás el castillo de Sant Felip y el pueblo des Castell, el camino continúa hasta llegar a Maó, capital de Menorca. La ciudad de Maó tiene una historia milenaria, apreciable en los diferentes estilos arquitectónicos y los monumentos de la ciudad. Finalmente, el camino cruza la ciudad y baja hasta acabar en el final del puerto de Maó que, gracias a sus 5 km de longitud, es considerado el segundo puerto natural más grande de Europa.
El inicio de la última etapa del Camí de Cavalls se encuentra frente al recodo que conforma la Cala de Sant Esteve, en el que se encuentra la rampa de embotadura, próxima al acceso de Fort Marlborough. Desde aquí, el camino avanza hacia el fondo de la cala donde, refugiado entre acebuches (Olea europaea var. sylvestris) y lentiscos (Pistacia lentiscus), comienza el Camí Romá de sa Cala, acceso peatonal a la cala que, además, conecta con en el Camí de sa Cala Sant Esteve.
A partir de este punto la etapa discurre paralela a carreteras asfaltadas y acondicionadas con aceras durante la mayor parte del trazado. Es por este motivo por el cual se recomienda extremar las precauciones en los tramos compartidos con tráfico rodado.
La ruta recorre 500 m del Camí de Sa Cala Sant Esteve hasta llegar al desvío del castillo de San Felipe, girando hacia la izquierda e introduciéndose en la Carretera de Sant Felip en dirección a Es Castell. El lugar ofrece una panorámica desde donde se pueden divisar algunos elementos del complejo Castillo de San Felipe, la boca del puerto de Maó, la Península de la Mola y su fortaleza, y la isla del Lazareto.
Continuando 300 m por el arcén de la Carretera de Sant Felip, el recorrido pasa frente el cementerio de Es Castell, gira hacia la derecha, para cruzar de forma segura la intersección de la Carretera Me-6 y comenzar el recorrido por zona urbana, dejando atrás las vistas al puerto y las parcelas agrícolas amuralladas. La carretera Me-6 sirve de guía al viajero, al discurrir en paralelo al itinerario de la etapa durante al menos un kilómetro más, pasando a mano derecha, junto al Parque es Clot de ses Ànimes e introduciéndose el camino en Es Castell.
En el tramo de 1,9 km que recorre el Camí de Cavalls por la Me-2 en dirección norte hacia Maó, éste pasa junto a la localidad de Es Castell salvando, en el lado izquierdo, uno de sus tradicionales molinos de cereal que, actualmente, hace las veces de oficina de turismo mientras que, en el lado derecho, puede contemplarse la iglesia de la localidad.
Cabe destacar que, en sus orígenes, Es Castell fue creado como un arrabal, próximo al asentamiento de pescadores de Cales Fonts, en el que residían los comerciantes y familiares del castillo de San Felipe. Este fue arrasado durante la primera ocupación británica, en las primeras décadas del siglo XVIII, y reedificado de nuevo alrededor del 1720 más alejado del castillo. De esta época es la actual iglesia de la localidad, construida empleando elementos del templo anterior en honor a Nuestra Señora del Rosario.
Metros antes de adentrarse en el núcleo urbano de Maó, el Camí de Cavalls hace un leve descenso atravesando el desnivel de Cala Figuera y ascendiendo de nuevo hasta abandonar la Me-2. Para ello, pasa junto a una estación de servicio para, finalmente, introducirse en Maó por el Camí des Castell. El recorrido por el entramado urbano de Maó hace visible el legado histórico de la capital menorquina.
A lo largo del Camí des Castell la mayoría de las viviendas y edificios que el viajero se encuentra a su paso cuentan con elementos que recuerdan a la arquitectura georgiana. Una corriente característica del Reino Unido entre los siglos XVIII y XIX, que puede distinguirse por el uso de ventanas rectangulares de guillotina con persianas externas de madera pintadas en verde, azul o negro.
Poco después, la etapa llega hasta la Plaça del Príncep, situada en pendiente, donde se ubica la iglesia del Carmen, construida como complejo monástico a finales del siglo XVIII y en cuyo claustro se encuentra, actualmente, el mercado de abastos de Maó. A escasos metros de este lugar, el recorrido llega al punto más bajo de la cuesta entre Plaça d´Espanya y el Mercado del Pescado, para subir por Carrer Portal del Mar hasta la Plaça de la Constitució. Precisamente en esta plaza el viajero podrá detenerse y contemplar tanto la Iglesia de Santa María de Maó, construida a mediados del siglo XVIII sobre un edificio anterior del siglo XIV, como el ayuntamiento de la localidad.
Una vez dejada atrás la Plaça de la Constitució, el Camí de Cavalls continúa su marcha por el Carrer d´Isabel II, pasando por el palacio de igual nombre en dirección al Museo de Menorca. Al final de la calle el senderista encontrará este museo, alojado actualmente en el claustro de la iglesia del Sant Fransesc de Asís, vestigio más antiguo que se conserva de este vetusto convento construido entre los siglos XV y XVI.
Desde aquí, la etapa desciende hacia el puerto, rodeando el museo, por la Costa de Ses Piques, que discurre paralela a las paredes de roca caliza que un día sirvieron como elementos defensivos para proteger la ciudad. Aquí se puede hacer una pequeña parada en una placita que hace las veces de mirador, en el que hay un pequeño panel y desde donde se tiene una bonita panorámica de la parte final del puerto. Terminada la cuesta, el Camí de Cavalls cruza hacia el paseo del puerto y recorre sus últimos 800 m junto a los barcos que allí están atracados. Tras salvar el puente del torrente de Santa Sirga, situado al fondo del puerto, se culmina esta etapa y, con ella, se pone punto final al Camino Natural Camí de Cavalls.
Enlaces de interés
Perfil
Destacados
Castillo de San Felipe
El castillo de San Felipe se encuentra en la bocana sur del puerto de Maó. Se alzó durante el reinado de Carlos V, en 1555, para defender la isla de los continuos ataques de las naves turcas. La obra se realizó bajo la supervisión del ingeniero italiano Juan Bautista Calvi, que proyectó un castillo con cuatro baluartes unidos por cortinas, rodeados de un estrecho y profundo foso excavado en la piedra. Durante el siglo XVII, se amplió cubriendo las cortinas por revellines al otro lado del foso, y el conjunto fue rodeado de camino cubierto, estacada y glacis.
En 1708, bajo la dominación británica, comenzaron las obras de ampliación del castillo, momento en el que adquirió su característica forma de estrella de 8 puntas, alzándose como una de las mayores fortalezas de la época. En 1802, la corona española recuperó la isla y, en 1807, Carlos IV ordenó demoler el castillo dejando solo las baterías para la defensa del puerto.
En la actualidad los restos del complejo han sido rehabilitados y se pueden visitar sus galerías subterráneas, gracias al trabajo del Consorcio del Museo Militar de Menorca.
Fortaleza de la Mola
Conocida como la fortaleza de Isabel II, ya que se mandó construir bajo su mandato, se encuentra en la bocana norte del puerto de Maó, sobre la península de la Mola.
La historia de este complejo militar inicia con la demolición del castillo de San Felipe, en 1850, quedando la isla desprotegida ante las tensiones internacionales que comenzaron en el Mediterráneo Occidental cuando Francia invadió Argelia, llevando al ejército británico a querer ocupar la isla como punto estratégico para cortar las comunicaciones de los franceses que interferían en su ruta comercial por el Mediterráneo, por lo que en 1852 comenzaron las obras.
La fortaleza debía ser una base de operaciones del Ejército en la isla y defender el puerto. Sin embargo, cuando finalizaron las obras de manera definitiva, en 1875, el desarrollo armamentístico a nivel internacional, precursor de la era militar del siglo XX, había avanzado tanto que las instalaciones quedaron anticuadas, lo que llevó a continuar con las obras instalando nuevas baterías.
La fortaleza nunca fue usada con el fin defensivo con el que se creó, pero a lo largo de su historia se ha empleado como centro de formación militar e incluso centro penitenciario. Desde 2007 el Govern Balear adquirió la infraestructura como instalación turística.
Maó
La capital Menorquina atesora una historia milenaria que va desde conquistas, asentamientos de pueblos como el fenicio, el griego o el turco, así como numerosas incursiones. El origen de la fundación de la capital, a pesar de los restos talayóticos, se remonta a la llegada a la isla de los cartagineses, siendo el hermano del conocido Aníbal, Magón, quien bautizó la población con su propio nombre. Posteriormente, llegaron los romanos, pasando a manos de vándalos y bizantinos después.
Debido a su estratégica posición en el mar mediterráneo, fue codiciada por muchos pueblos, como normandos y musulmanes, que lograron mantener su poder en la isla varios años. Otras culturas, llegaron con intención comercial, como era el caso de griegos y fenicios o, cartagineses, que engrosaban sus ejércitos con la habilidad de los honderos menorquines.
La actual ciudad de Maó comienza con el castillo que el rey Alfonso III mandó fortificar tras la conquista musulmana. Paseando por sus calles se aprecia la riqueza del legado histórico acumulado en estos siglos de existencia, así como las diferentes arquitecturas y monumentos que engalanan la población.
Desde 1708, la isla estuvo bajo el dominio británico, convirtiéndose el puerto de Maó en una base naval británica que mantendría su hegemonía durante setenta años. Prueba de todo ello son algunas de las construcciones más emblemáticas de la capital menorquina como el bastión de Sant Roc, puerta principal de la muralla; la Iglesia de Santa María; el Museo de Menorca, en Sant Francesc o el Mercado Claustro del Carmen.