Red de Caminos
Naturales
Etapa 17: Cala en Porter - Binissafúller
Descripción
Descubriendo el paisaje agrícola de Menorca y las calas más recónditas
Durante este recorrido el Camí de Cavalls transita por dos ambientes totalmente diferenciados ya que pasa por el desigual trazado que dibujan los barrancos en la parte occidental de la isla a la zona llana y poco accidentada de la parte oriental. Partiendo desde Cala En Porter, uno de los barrancos más importantes de la isla, el camino avanza por la transición de bosque a mosaico agroforestal llegando a Cala des Canutells. Desde aquí la etapa va disminuyendo en altura pasando por otros barrancos como el de Binidalí y el de Biniparratx que, aunque son de menor entidad otorgan un gran encanto al paisaje. Llegando al final del recorrido van quedando atrás los ambientes húmedos de los barrancos, adentrándose en el mosaico agroforestal menorquín formado por zonas de pasto, tierras de labor y monte bajo.
El panel que indica el inicio de etapa se encuentra en la parte más profunda de Cala en Porter. Esta se localiza en el sector occidental de la isla, encajada entre los imponentes acantilados de roca caliza del barranco con el que comparte nombre y que supone uno de los más importantes de la isla, gracias a un caudal de agua permanente que permite el desarrollo de vegetación de zonas húmedas y que supone uno de los espacios protegidos de la Red Natura 2000. Siendo fácil de distinguir zarzas (Rubus ulmifolius), carrizos (Phragmites australis), laureles (Laurus nobilis) o frondosos acebuches (Olea europaea var. sylvestris). Además, de pequeñas ranas, alguna culebra y aves como currucas (Sylvia sp.), ruiseñores (Cettia cettí) o garzas (Ardea cinerea).
Partiendo desde el panel, la etapa asciende por el carrer Platja de Cala en Porter saliendo del barranco e introduciéndose de lleno en la urbanización, ubicada sobre el acantilado izquierdo del barranco, y rodeándola a través del Paseo Marítimo. Desde aquí, se divisa una bonita panorámica compuesta por el Mediterráneo entrando tierra a dentro, los acantilados, las viviendas de la urbanización encaramadas a los mismos, la playa y el recorrido del barranco hacia el interior de la isla.
Pasados unos 800 metros, la etapa gira internandose en la Travessia de L´Avinguada Central que atraviesa Cala en Porter hasta la zona deportiva. Aquí el camino penetra, girando en dirección norte, en el Carrer Art hasta alcanzar su final, donde una barrera menorquina, ubicada frente a las viviendas, indica el inicio del recorrido monte a través.
A partir de este punto, la etapa comienza su trazado sobre un sendero bien señalizado entre barreras menorquinas y muros de piedra que separan el bosque de encinas (Quercus ilex), pinos (Pinus halepensis) y acebuches, de las parcelas agrícolas cultivadas con cereales y pastos. Durante el primer tramo del sendero, de aproximadamente un kilómetro, la etapa cruza el barranco de Son Domingo y continúa su descenso hasta la parte más profunda del mismo en el que se encaja la playa de Coles Coves. Durante este trecho, la superficie es prácticamente homogénea, a excepción de ciertos puntos, especialmente en el descenso más pronunciado, donde las raíces y las rocas sobresalen de la llamativa tierra rojiza.
En el fondo del barranco el ambiente es fresco y húmedo, continuando la etapa hacia la pared este del mismo, donde se aprecian algunos abrigos, cuevas y roquedos, proliferando un bosque de acebuches y laureles bastante frondoso. Es posible que en este punto se divise la pampalonia (Paeonia cambessedesii), una planta con flores lilas y en peligro de extinción endémica de Mallorca y Menorca. Además, de una rica avifauna destacando rapaces como el gavilán (Accipiter nisus), el cernícalo (Falco sparverius) o el milano (Milvus milvus), así como alimoches (Neophron pernocterus) murciélagos, lagartijas o salamanquesas en los roquedos, o erizos (Athelerix algirus), musarañas (Crocidura suaervolens balearica) y lirones (Eliomis quercinus), entre los matorrales.
Continuando el sendero junto a la pared caliza, la etapa va ascendiendo poco a poco, transitando de un ambiente fresco y húmedo hacia uno más seco y cálido que se desarrolla en las zonas elevadas. Este nuevo tramo atraviesa durante aproximadamente dos kilómetros, en dirección este, el mosaico agroforestal que se desarrolla sobre la plataforma calcárea en este sector de la isla. La etapa recorre, entre fincas agrícolas delimitadas con muros y barreras menorquinas, áreas de bosque y matorral mediterráneo, por una ruta sin apenas desnivel y de superficie homogénea de la que de vez en cuando sobresalen rocas calcáreas o raíces.
Transcurridos alrededor de 4,5 km, desde el inicio, el itinerario gira hacia el sur y comienza a descender abandonando la zona elevada de la plataforma calcárea e introduciéndose en el barranco de Es Canutells, donde se encuentra la playa de mismo nombre y en cuya parte más profunda se localiza una de las pocas formaciones de olmos de la isla. Continuando hacia el sureste, la etapa sale del barranco ascendiendo por un sendero algo inclinado hasta alcanzar la cima del acantilado izquierdo donde se localiza la urbanización de Es Canutells. Nada más terminar la subida, la etapa se encuentra con una zona de descanso bajo un pinar que también hace las veces de mirador de Cala Es Canutells.
Una vez pasada la zona de descanso etapa circula por la urbanización siguiendo el carrer de Sa Cala en dirección sur para girar hacia el este en la intersección con Avinguda des Canutells.
Continuando todo recto, la avenida se convierte en un paseo de adoquines por el que la etapa avanza abandonando la zona urbanizada e introduciéndose en el arcén de la carretera insular que da acceso a Es Canutells, circulando junto al tráfico rodado durante 1,75 km. Durante este tamo se recomienda extremar la precaución. Culminado este intervalo por carretera la etapa se desvía de nuevo hacia el este introduciéndose en un sendero que de nuevo transita sin excesiva dificultad entre parcelas agrícolas delimitadas con muros, acebuches o lentiscos (Pistacia lentiscus) y que da paso a un camino de tierra enmarcado entre muros.
Pasada la torre de S´Argossam, la etapa cruza la carretera de Binidalí continuando el recorrido entre viviendas diseminadas para desviarse de nuevo hacia el este y cruzar el barranco de Biniparratx, mucho menos profundo y frondoso en comparación con el resto. Superado este accidente natural la etapa cruza el camí de Biniparratx Petit y recorre su último tramo durante poco más de un kilómetro por un sendero, poco uniforme y pedregoso, rodeado de monte bajo y descendiendo en dirección sur hasta alcanzar el panel que indica el fin de etapa en Binisafúller, en concreto al inicio de la avenida Platja Binisafúller, frente al parking des Caló Blanc.
Enlaces de interés
Puntos de interés
Cultura
Orografía
Perfil
(calculado según criterios MIDE para un excursionista medio poco cargado)
Destacados
Playa de Cales Coves
Calescoves es una pequeña cala doble y virgen situada a poca distancia al este de Cala en Porter. La particularidad de esta cala, cuya zona de arena no alcanza los 20 m, es que acoge una importante necrópolis prehistórica excavada en las paredes de los acantilados que la flanquean.
Se trata de un conjunto de cuevas artificiales e hipogeos, excavadas en la roca de los cantiles y la costa donde se han contabilizado unos 90 enterramientos. La necrópolis fue utilizada durante unos 1000 años, desde el siglo XI a.C. hasta la antigüedad tardía.
En época romana, aunque ya perdió su uso de necrópolis, parece que siguió siendo un lugar de culto o peregrinación, como atestiguan una serie de inscripciones en la conocida “Cova dels Jurats”. Aparte de la necrópolis, esta cala, muy protegida de los vientos y las mareas, fue un importante embarcadero entre los siglos IV a.C. y VI d.C., como demuestran restos cerámicos hallados en el fondo de la misma. También hay restos de un asentamiento costero fortificado, del que se conserva parte de una muralla.
Es Castellàs des Caparrot de Forma
El conjunto arqueológico de Es Castellàs des Caparrot de Forma es un yacimiento de origen prehistórico ubicado en la costa sur de Menorca. Su peculiaridad reside en que dentro del mismo hay dos yacimientos de cronologías y funcionalidades distintas.
De este modo se puede diferenciar una fortificación costera y una necrópolis constituida por varios hipogeos. En el promontorio más cercano a la costa se han localizado restos de lo que pudo ser un asentamiento de finales de la Edad de Bronce en el que destaca una muralla de considerables proporciones que cierra el acceso a esta zona desde tierra firme. Estaba formado por un paramento de grandes piedras a modo de bastión que permitía aislar el caparrot.
Dentro de estos muros se levantaron dos construcciones que presentan planta circular y en cuya obra se empleó piedra de tamaño pequeño. Las excavaciones realizadas en esta zona han sacado a la luz restos de vasijas empleadas en la vida cotidiana de sus antiguos moradores, así como distintas herramientas, como dos molinos de mano para machacar el cereal.
Por otro lado, existe en la zona de los acantilados una necrópolis formada por un total de 23 cuevas o hipogeos que datan de la Edad de Hierro.
Este complejo, situado cerca de la urbanización des Canutells, ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Poblado talayótico de Binissafúller
Se trata de un poblado de pequeñas dimensiones. Según las excavaciones realizadas estuvo en uso desde el siglo X a.C., sobre todo entre los siglos IV y III a.C., y es probable que la ocupación se mantuviera hasta época musulmana.
Es conocido por la gran variedad de restos que atesora entre los que se cuentan los característicos de este tipo de poblados, como el recinto de taula, los talayot, la sala hipóstila y algunas viviendas.
Uno de los elementos principales de este yacimiento es un talayot de planta circular que se sitúa en el centro del poblado, articulándose a su alrededor el resto de estructuras encontradas. Es una torre con forma de tronco con un diámetro de 15 m y una altura de 2,8 m. Se levanta sobre un montículo artificial de poca altura.
En la parte este encontramos una sala hipóstila bastante bien conservada que ha llegado hasta nuestra época con parte de su cubierta. Tres enormes pilastras se encargan de sujetar grandes losas colocadas de forma horizontal entrecruzadas entre sí.
Al sur se localiza la taula del poblado. Es algo diferente al resto de los encontrados en Menorca ya que tiene planta cuadrada, pero de ángulos redondeados, lo que se explica por el aprovechamiento de un muro ya existente para su construcción. Este recinto es bastante pequeño, no alcanza los 5 metros, y gracias a una restauración realizada en 1992 ha podido volver a colocarse en su posición original.
Las excavaciones realizadas en esta parte del complejo han arrojado mucha luz sobre las actividades que se realizaban en la misma. Muchas ánforas púnicas pudieron recuperarse y, además, se encontraron huesos de distintos animales cerca de un hogar, lo que hace suponer que se realizaba algún tipo de ritual relacionado con la fertilizada, los animales y el campo durante el siglo IV-III a.C..