Red de Caminos
Naturales
Etapa 12: Cap d'Artrutx – Cala en Turqueta
Descripción
Adentrándonos en los azulados acantilados de la Costa Sur de Menorca.
Durante esta etapa, el Camí de Cavalls abandona la costa occidental de la isla, introduciéndose desde el Cap d'Artruxt en la costa sur de Menorca. La etapa discurre bordeando el Mar Mediterráneo por un sendero, en su mayoría pedregoso y erosionando, sin demasiadas elevaciones. Tras 13 kilómetros recorriendo el cuidado entorno virgen de la costa sur menorquina, compuesto por el litoral de acantilados, pinares, calas y arenales característicos por sus magníficos colores, la etapa alcanza su fin en la conocida Cala en Turqueta.
El viajero inicia su andadura por esta etapa 12 en el extremo más occidental de Menorca, en concreto en la línea costera que da paso a la calle Paseo Marítimo de la urbanización Cap d'Artrutx, desde donde se puede divisar, en los días claros, la isla de Mallorca. Recorre el último kilómetro de la costa occidental de la isla siguiendo la calle Paseo Marítimo hasta alcanzar el faro d'Artrutx, punto en el que el Camí de Cavalls gira hacia el este y se introduce de facto en el sector sur de la isla.
Manteniéndose por la calle Paseo Marítimo, la etapa discurre por la urbanización Son Bosch donde, a pocos metros de cruzar el puente del puerto, accede en la Cala en Bosch, la primera playa del sector sur. Pasada esta cala, la etapa continúa hacia Platja de Son Xoriguer, comenzando a mostrar alguno de los rasgos característicos del recorrido, pues sigue por un sendero junto al mar, sobre un acantilado calizo de escasa altura y sin apenas desnivel, donde se encuentra el primero de los muchos bunkers que se construyeron en la zona durante la Guerra Civil Española. Tras 3,8 kilómetros y de cruzar la Platja de Son Xoriguer, el Camí de Cavalls abandona la zona urbanizada y se introduce en el espacio Red Natura 2000, en el que se recomienda evitar salir de los senderos señalizados.
La etapa avanza por un sendero, poco uniforme y pedregoso, sobre los acantilados del marés o roca caliza, cruzando pequeñas calas de piedras y arena, o pasando sobre cuevas y cavidades que tanto el mar, como el viento y el hombre han ido labrando. En este tramo, de aproximadamente 5,3 kilómetros hasta Son Saura, la leve altitud de los acantilados y la claridad del mar permiten divisar los fondos marinos. Apreciando, si el tiempo lo permite, lapas (Patella rustica), erizos (Paracentrotus lividus), anémonas (Anemona viridis) y diversos cangrejos. Así como pequeños bancos de peces o formaciones de algas o vegetales subacuáticos como la Posidonia oceanica, cuyos restos en las orillas de las playas son cruciales para mantener la arena.
Por otro lado, en la superficie, apenas hay desarrollo de vegetación. Las zonas en las que se forma destacan por presentar pequeños arbustos espinosos conocidos como Socarrells, además de otras especies como el hinojo marino (Crithmum maritimun), y formaciones de aladiernos menorquines (Phillyrea latifolia var. rodriguezii), lentiscos (Pistacia lenticus) y sabinas rastreras (Juniperus sabina). Sin embargo, una vez que la etapa se acerca a las Platjas de Son Saura del Sur se puede apreciar un leve cambio de paisaje.
Son Saura del Sur es un paraje compuesto por dos playas: Banyul y Bellavista, separadas por una leve elevación de roca caliza e inmersas en un extenso pinar en el que también aparecen encinas y sabinas. Ambas playas componen un extenso arenal de casi un kilómetro de longitud, sobre el que transcurre la etapa. En el caso de Bellavista, lo hace sobre una pasarela de madera para preservar el sistema dunar y las comunidades vegetales que en él habitan, como el cardo marino (Eryngium maritimum) o el borrón (Ammophila areanaria). Además, la playa de Bellavista, se ubica en la desembocadura del Canal de Ses Abelles, por lo que junto a ella se abre un pequeño humedal en el que es habitual encontrar aves acuáticas.
Pasado Son Saura del Sur, la etapa sigue a lo largo de algo más de un kilómetro por un sendero rocoso entre pinos y matorral. Lo hace bordeando la Punta del Governador, la cual se eleva unos 20 metros sobre el mar, hasta alcanzar Cala des Talaier, una pequeña cala de arena en la que el mar se introduce hacia el interior en cuyo acceso hay una zona de descanso adaptada con mesas y sillas. Desde aquí, la etapa recorre sus últimos 2,2 kilómetros hasta alcanzar Cala en Turqueta. Durante este último tramo de la etapa se produce el mayor desnivel del recorrido, volviendo de nuevo a un sendero poco uniforme y pedregoso ascendiendo sobre un acantilado en el que se intercala matorral bajo con algún pino o acebuche (Olea europea var. sylvestris oleaster), los cuales se van volviendo más frondosos al acercarse el fin de la etapa.
Es interesante insistir en que la costa sur de Menorca se compone de materiales carbonatados procedentes de depósitos orgánicos marinos que se formaron hace más de 20 millones de años y que posteriormente emergieron a la superficie, por lo que la etapa transcurre sobre la inclinación progresiva de los mismos. Dicha inclinación se aprecia en una elevación que se va dibujando en el transcurso del recorrido, pues al inicio los acantilados no superan los 10 metros de altitud. Sin embargo, en este último tramo, a apenas a un kilómetro de Cala en Turqueta, frente a la torre vigía Talaia d’Artrutx, estos llegan a alcanzar los 40 metros.
En los últimos metros la etapa va descendiendo entre pinos hacia la pequeña garganta donde se encuentra Cala en Turqueta, rodeándola levemente para acceder a ella por el mismo punto por el que se accede al parking, donde se localizan una zona de descanso y frente a ella el panel que indica el final de la etapa.
Enlaces de interés
Puntos de interés
Cultura
Infraestructura
Orografía
Perfil
(calculado según criterios MIDE para un excursionista medio poco cargado)
Destacados
Faro d´Artrutx
El faro d´Artrut se ubica sobre el cabo con el que comparte nombre en el extremo más occidental de Menorca, junto al faro de Cap d’ Artrutx, en la isla de Mallorca, señaliza el conocido como Canal de Menorca, es decir, el corredor de 36 kilómetros que separa ambas islas.
Forma parte del catálogo insular del patrimonio histórico de la isla ya que fue construido a mediados del siglo XIX, en concreto en 1858, con una altura de 17 metros. En los años sesenta del siglo XX se duplicó la altura de la torre y se le añadieron los llamativos contrafuertes, por lo que actualmente cuenta con una altitud total de 45 metros, siendo la torre de 34.
En inicio los fareros habitaban en las solitarias instalaciones del faro, empleado aceite de oliva para su funcionamiento que posteriormente sustituyeron por petróleo, hasta qué en la década de 1980 se automatizó y comenzó a aumentar el desarrollo turístico en la zona. Es por ello, que en la actualidad las dependencias de los fareros albergan un restaurante.
Torre vigía Talaia d’Artrutx
Entre las calas Es Talaier y en Turqueta se divisa, sobre una colina, la torre vigía Talaia d´Artrutx. Esta es una torre de vigilancia de planta circular, construida en piedra y revestida con cal y arena, de la que se tiene constancia desde el siglo XIII, siendo la primera vez que se documenta el año 1550. Su apariencia ha ido variando en base a los diversos eventos históricos que ha sufrido la isla. La última modificación se llevó a cabo por parte del ejército español en el siglo XVII, con el fin de fortalecer el sistema de vigilancia contra piratas y posteriormente tropas enemigas. Actualmente pertenece a la finca privada Sa Marjal Vella.
Cala en Turqueta
Cala en Turqueta se ubica en la costa sur menorquina en el término municipal de Ciutadella de Menorca, siendo una de las playas más conocidas de Menorca. Su fama es gracias a la belleza que le aporta el destacado entorno en el que se encuentra, resultado de un interesante cúmulo de eventos físicos y geológicos.
Se trata de la abertura que la desembocadura de un pequeño arroyo o torrente de agua ha ido generando mediante la erosión de la roca caliza, de la que están compuestos los acantilados que rodean la cala, y en la que el mar a penetrado 400 metros tierra a dentro.
Estas rocas de tipo calizo, que rodean la cala, han sufrido a lo largo de la historia geológica de la isla el proceso de erosión de tipo kárstico por parte del mar, el viento y el agua que aquí desemboca, dando lugar a galerías y cuevas. Siendo esta erosión la principal generadora de la arena blanca y fina que encontramos en la cala y que permite el desarrollo de los sistemas dunares y vegetativos del entorno.
La escasa profundidad del mar, así como a su limpieza, la oxigenación marina que aportan las praderas de Posidonia oceanica y el reflejo de los rayos del sol en la blanca y fina arena dan lugar al espectacular color azul turquesa que afama a esta cala.