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Culture
Castillo de Marinyén
El Castillo de Marinyén, también conocido como el Casillo de Alfandech o el Castillo de la Reina Mora, se encuentra ubicado en la comarca valenciana de La Safor, a unos 2,5 km de Benifairó de la Valldigna.
Las ruinas de esta antigua fortificación de origen árabe se levantan sobre la cima de un peñasco, a casi 240 m de altura, entre dos profundos barrancos: el Barranco del Raboser y el Barranco del Castell.
Fue construido a finales del siglo XI, aunque experimentó reformas posteriores realizadas por los monjes cistercienses. Y gracias, tanto a su situación geográfica como a la orografía de la zona, se estableció como un gran enclave defensivo y un importante punto de control y vigilancia durante la Edad Media.
El nombre del Castillo de la Reina Mora proviene de una antigua leyenda popular, según la cual, en época de guerras entre musulmanes y cristianos, la antigua reina del castillo, ante el inminente asedio por parte de las tropas cristianas capitaneadas por el rey Jaime II, decide, desesperada, arrojarse desde lo alto de sus muros con su hijo en brazos.
En sus inicios este castillo sirvió como refugio a la población de las alquerías próximas. Pero tras la reconquista pasó a servir como protección a los monjes de la Orden del Císter, que habitaban el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, frente a las revueltas moriscas. Durante el señorío de este monasterio se construyeron nuevas estructuras defensivas, lo que significó la época de esplendor de este asentamiento. Además, en el transcurso de la Guerra de Unión entre Castilla y Aragón, este recinto amurallado tuvo una gran relevancia. Pero a principios del siglo XVII y tras la expulsión definitiva de los moriscos, el castillo pierde su interés.
La edificación de esta fortaleza se realiza aprovechando la complicada orografía del terreno. Por ello es una estructura de planta irregular, articulada en dos recintos amurallados.
El primero comprendía la zona de viviendas, construidas en tapial, y se accedía a él mediante un pórtico de arco rebajado en mampostería, que aún se conserva y recibe el nombre de Puerta del Albacar.
El segundo, situado en la zona más elevada, comprendía un conjunto heterogéneo de estructuras de las cuales se conserva: dependencias de la época cristiana, dos aljibes de sillería y una capilla gótica del siglo XIV construida con sillares y con bóveda de crucería.
Caben destacar los restos encontrados en este asentamiento amurallado, como los vestigios de un antiguo poblado de la Edad del Bronce, monedas de la época romana o parte del tesoro rey Jaime I de Aragón.
Actualmente este monumento se encuentra en ruinas y ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC).