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Infrastructure
Viaducto de Gulina
Durante años el conocido como ferrocarril del Plazaola atravesó los imponentes paisajes del valle de Gulina. Esta línea de comunicación, que hasta el año 1953 unió Pamplona con San Sebastián, fue clave para el desarrollo de esta zona navarra, ya que gracias a ella fue posible transportar el hierro y otras materias primas extraídas de las minas de la región hasta los núcleos de población y los puertos de Euskadi, fomentando así una fuerte industrialización de este entorno.
No obstante, el servicio ferroviario cesó a mediados del siglo pasado tras sufrir importantes desperfectos debido a inundaciones en algunos puntos del itinerario del Plazaola y tras encadenar varios años con resultados económicos deficitarios. Como vestigio de aquel ferrocarril que durante décadas cruzó los escarpados paisajes navarros quedan hoy infraestructuras como el viaducto de Gulina que en el pasado constituyó uno de los 40 puentes que en sus más de 80 km de recorrido debía atravesar el convoy para llegar hasta su destino. En el caso concreto de este viaducto su construcción realizada en piedra permite salvar un barranco en esta zona gracias a sus 185 m de trazado y sus 18 ojos que atraviesan este escarpado entorno.
Aunque por estas tierras ya no transita servicio ferroviario alguno y no hay ya ningún tren que cruce este viaducto, el itinerario marcado por el Plazaola ha sido hoy recuperado por el Camino Natural al que da nombre este mítico ferrocarril y que ha revitalizado infraestructuras como este puente en Gulina, que hoy se ha convertido en una pasarela perfectamente acondicionada para el paso de senderistas y cicloturistas.