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Emblema de la vida silvestre, hogar de colosos formados por montañas y lagos y un lugar de enorme relevancia para la historia de España, hablamos de los Picos de Europa. Estos grandiosos macizos montañosos se ubican en la zona central de la Cordillera Cantábrica, comprendidos entre las provincias de Asturias, Cantabria y León. No existe una única entrada al parque nacional, ni una sola ruta y, sin duda, tampoco hay una única manera para disfrutar de este privilegiado entorno.
Los Picos de Europa han sido escenario de la evolución humana. Este espectacular paraje ha sido el coto de caza y la morada de nuestro antepasado prehistórico desde hace 35.000 años. Las paredes de las cuevas escondidas en el paisaje han sido el lienzo donde manifestaban el arte parietal que entendemos como pinturas rupestres. Más adelante, esta serranía ha sido venerada por las tribus celtas y estos dominios han servido como refugio contra la expansión romana. Son también conocidos los Picos de Europa por ser el campo de batalla entre astures y musulmanes, destacando a Don Pelayo, el líder que dirigió el enfrentamiento a la victoria en la Batalla de Covadonga en el año 711 y que inició la conquista cristiana. Otro hecho histórico de gran repercusión es el nombramiento del primer Parque Nacional en España a la Montaña de Covadonga en el año 1918, que se amplió en 1995 y nuevamente en 2015 al resto del territorio de los Picos de Europa.
El medio natural del Parque Nacional es espectacular. Gracias a la orogenia producida durante el Carbonífero y el Terciario junto con los episodios glaciares se formó a grandes rasgos el paisaje tan peculiar que hoy podemos disfrutar. Destacan sus barrancos escarpados, profundos desfiladeros como el Desfiladero de la Hermida, gargantas que nos despiertan los sentidos como los que encontramos en la ruta del Cares, cumbres de formas imposibles como el Picu Urriellu, verdes praderías y bosques como los del Valle de Valdeón y el Valle de Sajambre, lagos cristalinos como los Lagos de Covadonga y míticos ríos como el Sella, el Cares y el Deva.
Un componente muy importante de este rico ambiente lo forma una próspera biodiversidad. En este paraje, declarado Reserva de la Biosfera, pueden encontrarse hasta cuatro pisos de vegetación: colino, montano, subalpino y alpino. Podemos encontrar especies tan emblemáticas como los helechos, avellanos, abedules, fresnos, robles y hayas entre otros, además de una larga lista de especies de interés para su conservación. Asimismo, los Picos de Europa son el hogar de una fauna extraordinaria que cuenta con poblaciones de osos pardos, rebecos, el lobo ibérico y una rica variedad de avifauna con ejemplares de quebrantahuesos, urogallos y águilas. Cabe mencionar a los anfibios, y reptiles que habitan el parque nacional y la fauna troglobia que ha logrado subsistir en las abismales cavidades y galerías de las cuevas de las montañas.
Parte del valor intrínseco de Picos de Europa reside también en su factor etnológico, religioso y cultural. Los Picos de Europa es un parque nacional con poblaciones en su interior. Su actividad respetuosa con el medio es muy importante, como es el caso de la ganadería, que ha sido y sigue siendo esencial para el desarrollo de la vida en estos macizos. Fruto del esfuerzo de sus pobladores se puede comprobar en sus quesos como el Cabrales, el Gamonéu o el Beyos. Asimismo, hay que mencionar el titánico esfuerzo invertido en la extracción de materias primas de las explotaciones mineras, que ya son un recuerdo.
Estos parajes invitan también a un autoconocimiento de uno mismo y evocan sentimientos religiosos. En este sentido, es de obligada visita la Basílica de Covadonga y su Santuario, ya que es un lugar monumental y emblemático de estas santas montañas.
Por otro lado, cabe mencionar el valor deportivo que se ha creado en torno al parque nacional. Con el ascenso de Casiano del Prado en el año 1853 a la Torre de Salinas comenzó el amor por el alpinismo en los Picos de Europa. Otro año memorable fue el 1904 con la conquista por parte de Pedro Pidal y Gregorio Pérez del pico más famoso de Picos de Europa, el Picu Urriellu. Importante mencionar también la espeleología en un mundo subterráneo lleno de simas y conductos espectaculares que se esconde en su interior.
Finalmente, es de señalar que existe un asombroso teleférico en Fuente Dé que permite llegar al mirador de El Cable. Asimismo, existe una serie de refugios conectados por una ruta llamada Anillo de Picos que puede ser un plan ideal para los aventureros amantes de la montaña. Sin lugar a dudas, los Picos de Europa es un mágico lugar que no tiene solo paisajes espectaculares en su conjunto, sino que atesora y conserva mucho más.